Encuestas reconocidas y diversas evidencias identifican los robos, asaltos y las acciones de bandas delincuenciales como el principal problema de República Dominicana, por lo que destacaré los beneficios que ofrecen los deportes para los niños y jóvenes, de acuerdo a psicólogos y profesores. Los deportes fortalecen la concentración y la capacidad de aprendizaje; la confianza y autoestima. Ayudan a tomar decisiones rápidas; y anticipar acciones. Desarrollan los talentos sociales, como el compañerismo, la colaboración, y el liderazgo. Enseñan valores, como el respeto, la honestidad, y la ética. Mejoran las habilidades de movimientos finos y gruesos; la coordinación mano-ojo; la agilidad y el equilibrio; fuerza y la precisión. Fortalecen la salud mental; al reducir el estrés, la depresión, la ansiedad; y aumentan la producción o liberación de hormonas del placer como las endorfinas. En fin, justifican la vieja frase de mente sana en cuerpo sano.
Recordemos que en nuestra sociedad más del 80% de la población reside en las ciudades, y la mayoría de las acciones delictivas y violentas, corresponden a menores de 24 años urbanos. Hijos de padres, que la mayoría, nacieron en los campos, en un tiempo en que producían más comida y las familias obtenían más ingresos. O sea, cuando en los campos se sufría menos hambre que en las ciudades. Por suerte, el experto mundial en delincuencia y criminalidad Jean Francois Gayraud, en su famoso texto el G9 de las mafias en el mundo ha demostrado que es errónea la tesis o el planteamiento marxista de que la pobreza, engendra el crimen. O sea, que la mayoría de población puede ser pobre y honrada, porque la marginalidad y el desarraigo social no determinan la delincuencia.
Sin embargo, en este tiempo de auge del narcotráfico, de tanta influencia de las redes sociales, del predominio de modelos consumistas propios de sociedades de mayores ingresos; debe ofrecerse a los jóvenes, herramientas preventivas y terapéuticas efectivas, como los deportes, por lo que las élites del poder, al construir viviendas, escuelas y hospitales deben incluir centros deportivos, donde aprendices y aficionados pasen el tiempo y quemen energías y algunos se ilusionen con el sueño de convertirse en grandes futbolistas, basquetbolistas o peloteros. Recordemos que el deporte ha servido para anestesiar y hasta para la contrainsurgencia, pero ese sería otro tema.
Es urgente que el liderazgo político y empresarial rescate las instalaciones deportivas existentes y a construyan nuevas. Por ejemplo, el Centro Olímpico o deportivo, construido en 1974, luce abandonado. Los campos de practicar béisbol, voleibol, baloncesto, futbol, están deteriorados e insuficientes; porque algunos las destinaron a otros usos. Las pistas de atletismo y de ciclismo, los gimnasios estén inservibles; y sin máquinas de ejercicios al aire libre. Los principiantes carecen de aéreas para aprender y practicar ping pong y ajedrez. Pero levantaron edificios para un Museo del Deporte, un Pabellón de la Fama y de Esgrima, e importantes terrenos los usan de parqueos, y otros simplemente son estanques y basureros de contaminación.
Por lo que es tiempo de priorizar la construcción de canchas techadas, en barrios populares y campos, y menos instalaciones con estándares olímpicos, para competencias de alto rendimiento; luego no reciben mantenimiento. Un lujo de países desarrollados y que en los países pobres han influido a precipitar crisis financieras y bancarias, con graves consecuencias a medio y largo plazo. Y es tiempo de construir más piscinas, y darle buen mantenimiento como operan las del Olímpico, ahora con la llegada del sargazo.
En definitiva, sería bueno que nuestro presidente Lic. Abinader también coordinara personalmente el sector deportivo como anunció acciones contra el crimen y la delincuencia; y así evitar los terribles daños que el sargazo y el crimen provocaran al turismo; tan importante para la nación.
** Este artículo puede ser escuchado en audio en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván en Spotify.