Bastó poco menos de cuatro años para que el partido de gobierno se cansara de la ola que conquistó en el 2020. Por eso le puso el divorcio y saltó a otra ola de mayor magnitud. El salto fue tan alto que le valió zapatera a la oposición en 17 provincias.
En la jerga criolla cuando en un partido de beisbol el equipo ganador deja al derrotado sin anotar ni una carrera, los fanáticos gritan: le dimos zapatera. Eso fue lo que hizo el PRM en 17 de las 32 provincias. Es decir, dejó sin diputados y sin senadores a las demás agrupaciones opositoras.
En el sur, por ejemplo, hay seis provincias donde solamente el oficialismo ganó diputados y senadores. Estas son: Bahoruco, Independencia, Barahona, Elías Piña y Peravia. En San Juan la Fuerza del Pueblo logró el senador, pero el PRM arrasó con todos los diputados. Y en el este solo zapatearon en dos: El Seybo y Hato Mayor.
Y en el Cibao los perremeistas dieron zapatera en ocho provincias. En: Espaillat, Dajabón, María Trinidad Sánchez, Montecristi, Hermanas Mirabal, Samaná, Santiago Rodríguez y Valverde.
Los perremeistas no dejaron ni tan siquiera las rabizas. ¡Qué peligro!
Lo sucedido es un peligro latente, real. Sobre todo, si se parte de una premisa tan vieja como la política misma, dice: a cuanto más poder, más soberbia.
Cabe recordar que en el 2015 los peledeístas estaban en una situación muy parecida. Para aprovechar la bonanza propiciaron una reforma constitucional a su antojo. El PLD también se apoderó de la justicia, la Junta Central Electoral y hasta de los sindicatos. Las consecuencias todavía gravitan sobre la sociedad y la democracia.
Pero volviendo al Partido Revolucionario Moderno, este también azotó en el segmento femenino. José Ignacio Paliza, presidente del PRM dijo que fueron electas —entre senadoras y diputadas— 69 mujeres. Y de éstas, 63 son perremeistas, equivalentes al 91.3% de las mujeres electas.
No obstante, confrontemos las 63 mujeres electas congresistas en las elecciones pasadas por el PRM, con el total del Congreso. Representan el 28.4%. Pero la globalidad de las mujeres elegidas —69— representan el 31.1%. Poco menos de la tercera parte del universo.
Lo anterior quiere decir que las mujeres, si logran ponerse de acuerdo, si consiguen dejar a un lado los intereses partidarios, si se aglutinan como una sola fuerza, entonces podrán empujar las reformas que ellas tanto han reclamado.
En general, el Congreso Nacional está compuesto por la Cámara de Diputados y por el Senado de la República. La Cámara de Diputados está integrada, a su vez, por 178 diputados territoriales, electos por provincia; 5 diputados nacionales y 7 diputados de ultramar. 190 en total.
El Senado, por su lado, comprende 32 senadores electos uno por provincia. En suma, el Congreso Nacional lo integran 222 legisladores.
Los diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN) no corresponden al Congreso Dominicano. Los países miembros son: Guatemala —país sede—, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana. Es una instancia parlamentaria a nivel regional.
La República Dominicana, por su parte, le corresponde elegir por voto popular, 20 diputados al Parlacen. El partido de gobierno ganó 12 diputados, equivalentes al 60% de la cuota.
Lo descrito arriba no pretende cuestionar el derecho de los electores a votar por quienes ellos crean que representan mejor sus intereses. Es, más bien, un llamado a atizar los niveles de vigilancia hacia las autoridades, de modo que se puedan prever los excesos típicos del mucho poder.
De hecho, ya el diputado Nelson Marmolejos, reelecto, se tomó la libertad de rellenar como longaniza con epítetos e insultos a un periodista de Diario Libre. El joven congresista se ofendió por una mención desagradable.
Yo por mi lado, me resisto a aceptar que la altura de la cresta conquistada en 2024 esté haciendo efectos en algunos perremeistas. Prefiero ver lo acontecido con Marmolejos como un caso aislado.
En suma, se sabe de sobra que lo mucho hasta Dios lo ve, pero se vale no olvidar que la acción ciudadana consiste en vigilar y denunciar.