Definitivamente, en el proceso electoral se ha iniciado el período de los discursos y las respuestas espontáneas de una ciudadanía implacable. Por ejemplo, en San Pedro de Macorís, el ¡otra vez! candidato presidencial Leonel Fernández prometió en un mitin bajar los precios del plátano, la carne, el arroz, el pollo, el huevo y la leche, “para que el pueblo coma barato”. Pero recibió la crítica más ácida que hasta ahora haya merecido su elemental promesa, expresada por el ciudadano Rolando Antonio Concepción con peculiar ironía: “Y también nos bajará los pantalones”…(Dudo que Leonel se atreva a darle respuesta).