La política dominicana del postrujillismo estuvo marcada por el papel predominante de Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.
Aunque diferían en sus posicionamientos políticos, tuvieron en común un carisma que atraía fieles seguidores y grandes detractores, y ejercieron el liderazgo en sus partidos hasta el final de sus vidas. Esas características en común los convirtieron en los tres grandes caudillos del siglo XX post-Trujillo.
Cerrando el siglo surgió Leonel Fernández, un discípulo de Bosch estudioso y con destreza en la oratoria, y escogido para ser su candidato vicepresidencial en las elecciones de 1994 por el PLD. Eso facilitó que en el 1996 obtuviera la candidatura presidencial.
Aupado por Bosch (enfermo) y Balaguer (impedido constitucionalmente para postularse ese año), Leonel pudo derrotar en segunda vuelta a Peña Gómez quien, a pesar de su gran liderazgo, había sido bloqueado por muchos años para que no fuera candidato del PRD, y luego para que no llegara a la Presidencia por su origen haitiano.
El Gobierno del PLD de 1996-2000 fue un ensayo de jóvenes políticos. Se enfocaron en el análisis de reformas al Estado, el mejoramiento de algunos servicios públicos y el inicio de grandes obras de infraestructura en el Gran Santo Domingo. La opinión sobre el Gobierno en aquellos años no era desfavorable, pero el PLD carecía de una base electoral sólida.
En 1998 se produjo la venganza perredeísta. Peña Gómez murió justo antes de las elecciones municipales y legislativas de aquel año sin haber podido llegar a la presidencia, y el electorado se volcó hacia el PRD que logró mayoría municipal y legislativa. Luego, en el 2000, Balaguer se repostuló y recuperó los votos que había prestado al PLD en 1996. Ganó Hipólito Mejía, y en el 2002 el PRD volvió a ganar las elecciones municipales y legislativas.
El panorama era favorable para un largo gobierno del PRD, pero la crisis bancaria de 2003 abrió la compuerta para el regreso de Leonel Fernández al poder en el 2004.
La reforma constitucional de Hipólito Mejía en el 2002 había establecido una repostulación y nunca más, así que Leonel podía repostularse en el 2008 y permanecer en el poder hasta el 2012. No conforme con ocho años más, promulgó en el 2010 una nueva Constitución que reestableció la repostulación intercalada para postularse por cuarta vez en el 2016.
Danilo Medina lo impidió con otra reforma constitucional en 2015 que permitió su reelección en el 2016. Desde entonces la disputa entre ellos ha sido mortal para el peledeísmo.
La cuarta candidatura presidencial de Leonel Fernández fue en el 2020 en su nuevo partido Fuerza del Pueblo (FP) y la quinta en el 2024. En ambas perdió. ¿Volverá a postularse en el 2028?
Ya se especula, aunque es temprano para saber. Lo evidente es que en el 2012 Leonel no aceptó que había gobernado tres veces (12 años), y que su partido requería de un líder que lo democratizara y modernizara (ese debió ser su rol), no un caudillo que siguiera insistiendo en volver al poder.