En el sábado 24 de diciembre, la obra de Leda Herasme sirve el espíritu de Navidad en esta columna. Sus proyectos educativos convocan a la participación en el desarrollo literario y social de niños y adolescentes.
En las últimas semanas, nuestro editor Fausto Rosario ha producido en Acento TV una imperdible serie de entrevistas a protagonistas y testigos de la historia de los años sesenta y setenta dominicanos. En paralelo, y en un plano personal, un entrañable reencuentro este diciembre con nuestra amiga de infancia Nieves Hoyos Vegas, nos ha puesto a mí y otras antiguas compañeras de colegio, a reflexionar desde la madurez, la temática que el periodista reconstruye junto a nuestra posibilidad de aportar en el presente nacional.
Fuimos alumnas del Colegio Santo Domingo (CSD), y muchas de nosotras, además, vecinas del colegio y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Conocemos el fenómeno social que Rosario reconstruye en su programa “Y tú… ¿Qué dices?” en calidad de testigos infantiles y púberes de la impronta de miles de muchachos universitarios provenientes de toda la geografía nacional, agrupados en movimientos estudiantiles de izquierda, incontables veces enfrentados con la Policía Nacional cerca de donde crecíamos.
El sector La Julia, una arboleda donde el Colegio, nuestras casas paternas y la UASD compartían cercanía, mucho lloramos a causa de las bombas lacrimógenas disparadas a los universitarios y por el sentimiento de pérdida que nos provocaba la partida de nuestra amiguita de once años a España, su país de origen. Mientras le repetíamos “vuelve”, estribillo de la canción Happy de La Pandilla, los movimientos estudiantiles de la UASD arreciaban su clamor por un cambio político.
El asesinato del periodista Orlando Martínez el año anterior a la partida de Nieves, caído en la calle donde ellos marchaban y gritaban consignas, lugares de nuestras idas y venidas de una casa a otra es una coincidencia que me ha revuelto el alma. Mientras esos jóvenes arriesgaban sus vidas, nosotras solo andábamos por ahí con un disco de 45 RPM de ABBA, regalo de despedida para la amiguita, envuelto con una moña y nuestro cariño.
Cuarenta y cinco años después, nuestra dancing queen ha regresado de Gijón a Santo Domingo cumpliendo su promesa de niña. Creo hablar por las demás amigas Sheila y Nancy Guerrero, Alejandra Rodríguez, Mary Pily Ripoll, Claudette López Pehna, Gina Porcella, etc., cuando manifiesto que Nieves nos hecho un regalo inconmensurable. Su fidelidad y dulzura intactas, nos reconcilia con los sentimientos de pureza infantil que una vez sirvieron de tinta indeleble para firmar el pacto del reencuentro. Quizás el más importante sentimiento a redescubrir de esos años de nobleza de corazón propio de las niñas chiquitas, que hace mucho tiempo fuimos, es la posibilidad de lograr pequeñas grandes cosas (sostenibles) por otros los no privilegiados como nosotras, como nos pedían la señorita Ana Abreu y el padre Valentín, para estas fechas.
Entre el catolicismo de la Renovación Carismática de los años setenta, con el que nos educaron en el CSD, y la sensibilidad social de aquellos muchachos marxistas de la UASD, hay más coincidencias que desavenencias. Una entrevista del mencionado periodista a Yván Rodríguez, pasado líder universitario de izquierda, me proveyó un dato desconocido y asombroso (Izquierdistas con baja formación política y muy jóvenes, razones del fracaso del socialismo en RD – YouTube). El hoy economista contó que fue reclutado por tales movimientos desde sus doce años en su liceo. Agregó que, como muchos otros en su generación, aunque abandonó la lucha revolucionaria y el marxismo, ese paso por la militancia le confirió sentido de disciplina, estudio y sentimientos de solidaridad.
Esto le ocurría a la generación de Rodríguez en el tiempo que, cursando el séptimo grado, vimos marchar nuestra niñez y a nuestra amiga del país. Como apunta Mary Pily, eterna traviesa, ellos, los universitarios movilizados, nos libraron de tomar una que otra clase, cuando por sus marchas se armaba una micro guerra civil en la avenida Alma Mater y nos despachaban temprano. Y, como registra la historia, en 1978 el cambio político a través de las urnas no se hizo esperar.
Fausto Rosario demuestra con su serie de periodismo de investigación que esa generación de pasados militantes de izquierda fueron protagonistas en el cambio de la cultura dominicana propia del Estado Social Democrático de Derecho. Sin embargo, su entrevista a Iván Rodríguez me dejó tormentos: ¿Quién visita hoy a la juventud de los liceos? ¿Qué los recluta además de la música urbana, su legítima manifestación a la libre expresión pobre en aprendizaje de las bellas artes?
Casi me abandono a la desdicha de pensar que nadie les induce en la organización de ideas y sentimientos, pero felizmente recordé un correo que envié el 30 de diciembre de 2019 a Leda Herasme. No tenía el gusto de conocer a quien sabía por su apellido y lugar de origen era mi pariente. Desde que leí en México un artículo sobre su labor como educadora en Neiba, no quedaban dudas (Clubes de lectura: "préstame un libro" | Acento escrito por Julio Cuevas). Leda me confirmó que es prima hermana de mi papá, más cercana en edad a mí, por lo que se refiere a él como tío Guaroa. Ambos son nietos Regil Herasme, uno de esos hombres de antaño, con decenas de hijos, y en el caso de mi legendario bisabuelo, singularmente ocupado en proveer a hijos y nietos, contaba mi papá, opinión que Leda comparte.
La idea de reencontrarnos quedó sobreseída por la pandemia, aunque mantuvimos contacto virtual. Esta semana nos comunicamos en una larga conferencia telefónica que me enlazó con Neiba, donde Leda reside y realiza su obra, así como con el espíritu de la Navidad aprendido en el CSD. Soy hija de Paíto, me dijo, de una de las casas de Regil Herasme que bordearon el parque del pueblo, con lo cual confirma lo escuchado a mi padre, el bisabuelo logró que sus hijos de distintas madres se unieran como una sola familia. Por eso Leda, nieta de otra madre distinta a mi bisabuela, habla de mi abuela Encarnación, como su tía querida. La foto revela, además, un notable parecido físico con ella, y, en consecuencia, conmigo.
Leda fue alumna de mis tíos, y como muchos otros con el apellido de origen desconocido y que se imputa de moros originalmente residentes en Haití antes de la independencia del país vecino de Francia, ella hizo del magisterio su vocación. Mis tíos Neomicia, Colombina y Jorge fueron sus maestros de lengua española, educación doméstica y voleibol, respectivamente me contó. Al último, que lo perdimos cuando tenía veintiocho años, lo recuerda como yo, un atleta que escribía poemas y tocaba la guitarra.
Leda Nieves Herasme Sena, es egresada de la Escuela Superior de Magisterio Félix Evaristo Mejía, su hoja de vida es amplia y su formación académica sólida Leda Herasme – EDUCAR PARA VIVIR SALUDABLE – Centro Para Educación Salud y Medioambiente | LinkedIn, pero son sus proyectos lo más sorprendente.
Me preguntaba qué había pasado con “Préstame un libro”, reseñado por Julio Cuevas antes de la pandemia. El proyecto sigue en pie y alcanza a niños y adolescentes de liceos de Neiba, provincia de Bahoruco y Mella, provincia Independencia. Son llamados clubes de lectura, pues Leda necesitaba quitarle la pesada palabra biblioteca que intimida a los chicos. Ella designa entre ellos a un presidente, un secretario, vocales de los clubes y estos quedan a cargo, junto a las directoras y maestras de los planteles, de la administración de los libros y su devolución. Los cuidan mucho, prima, más que los adultos, me dijo orgullosa.
En su primera etapa, los miembros de los clubes de lectores, con técnicas enseñadas por Leda y sus colaboradores, se convirtieron en escritores. Cuentos de la autoría de los miembros infantiles y juveniles fueron publicados en un libro. Ese proyecto fue ganador de un concurso del Ministerio de Cultura que le proveyó los fondos iniciales. La biblioteca se encuentra en un espacio del hogar que Leda ha hecho en Neiba, luego de mudarse de la vida agitada en la capital, para emprender esta obra. La biblioteca necesita de un proyector, una fotocopiadora y una lap top, me dijo. Sospecho que necesita mucho más, además, claro está, de cualquier libro que los donantes quieran mandar, para beneficiar a los estudiantes de liceo de esos municipios de la Zona Fronteriza.
Leda se ha encargado de organizar una estructura organizacional en torno al proyecto, como antes hacían los izquierdistas, según contaba Rodríguez a Rosario. Hay guías comunitarios que ayudan a la difusión y gestión de ese y sus otros proyectos. Pero esta vez, los libros no son solo de Marx, Engels o Lenin. Leda recibe toda obra.
Actualmente ha logrado insertar el proyecto en el espacio de la tanda extendida de las escuelas, modalidad que se inició desde la pandemia. Sin embargo, el proyecto no ha estado libre de desafíos. La maestra explica que los alumnos tienen muchas dificultades para leer y escribir. Para vencer esa barrera ha ideado unas metodologías que llevan a los principiantes por un paso a paso, a fin de aprehender los conceptos propios de la lectura comprensiva y la narración. Es tan complejo para los estudiantes llevar a cabo una lectura o una escritura, que la profesora Herasme ideó un segundo método basado en el dibujo. Del método leo, escribo y comprendo, se vio en la necesidad desarrollar otra técnica, aún más básica, de otros tres pasos más sencillos: coloreo, escribo palabra, escribo frase, escribo oración.
Además de libros, y los equipos mencionados, Leda requiere un aporte simple para la población de miles de alumnos que abarcan sus proyectos. Los clubes de lectura necesitan mascotas cuadriculadas, rayadas y blancas, así como lápices de carbón, de colores y borradores, para entrenar a los estudiantes en caligrafía y conceptualización de ideas, vocablos, frases y párrafos completos.
Preciso es mencionar que estos niños y adolescentes recibieron tabletas del gobierno durante la pandemia, que desafortunadamente no saben utilizar, me explica Leda, lo que es un área de oportunidad para los proyectos, y para mi ingeniosa prima que seguro descubrirá un nuevo método, no obstante, declararme que ella misma necesitada entrenamiento digital. Hay más de una iniciativa estatal de entrenamiento digital para mujeres, que podría darle apoyo, en especial porque la maestra ha visto indispensable involucrar a los padres en la ejecución del proyecto, lo que al final ha generado otro nuevo club de libros, el de adultos de la zona.
Durante la pandemia, “Préstame este libro” sobrevivió vía WhatsApp y la emprendedora maestra derivó dos nuevas líneas de acción: el proyecto “Cuido mi cuerpo”, en el que se educa a los adolescentes sobre embarazo, proyecto de vida y noviazgo; y, “Cuido mi entorno” sobre protección al medioambiente. La profesora Herasme tiene estudio de posgrado en ambas áreas, adquiridos en universidades internacionales.
¿Cuáles son los libros favoritos entre los miembros de club? Pregunté. Los niños gustan de libros como El ratoncito Miguel, La Caperucita Roja y otros clásicos ilustrados. Los más grandes leen a Juan Bosch y a Gabriel García Márquez, respondió Leda.
Tiene unos dos mil tomos en su biblioteca. Recibe donaciones de España, pero desea ampliar en número y variedad los títulos disponibles. Gestiona los préstamos entregando de treinta a cuarenta libros por liceo. Cubre los liceos de los sectores de Cachón Seco, El Tejar, El Tanque, Cerro en Medio de Neyba, así como El Proyecto, El Japón, La Coloma y Angostura en el municipio de Mella, su pueblo natal, y según me explicó, el de mi abuela y la suya.
La maestra tuvo que vender su carro para hacer la biblioteca, que necesita una mejor conexión de Internet, servicio que está tratando de conseguir a través del ayuntamiento de Neiba. Sigue activa creando nuevos métodos para vencer dificultades que va encontrando, por ejemplo, el hecho de que los chicos no saben trabajar en equipo y, que, en algunos municipios, una maestra tiene a cargo tres niveles juntos. A pesar de los problemas, nada la detiene, ni siquiera el hecho de que sufre de artrosis. No faltan las motivaciones, ¿De qué escriben los niños cuentos? Pregunté. De su casa, de su entorno y de princesas, me responde.
Leda es el cuento de Navidad de Artes y Oficios, en este 2022. Mi aporte de esperanza para el que la busca y elude la actitud quejosa y crítica, cuando hay espacios como el habilitado por Leda para abonar en tierra fértil. Esta no será la única vez que informe acerca de sus necesidades. Por el momento, ella me ha autorizado a comunicar por esta vía que los proyectos requieren los materiales y equipos antes mencionados y estos pueden ser entregados en la Terminal de Autobuses de Neiba, dirigidos a su atención y residencia ubicada en la calle San Bartolomé 22. (Ver).
Confío en que, entre aquellas chiquillas que oían a lo lejos a los estudiantes de la UASD gritar consignas revolucionarias, habrá colaboradoras interesadas en apoyar a la maestra Leda Herasme. Es tiempo de los dominicanos reencontrarnos en apoyo a proyectos como los de la maestra, para dar lo mejor de nosotros en provecho de una nueva juventud dominicana que nos necesita. Feliz Navidad.