En recordación y homenaje a los caídos y sobrevivientes en el 59 aniversario del intento de asalto en San Francisco de Macoris.

(El azar convertido en un Gato Barcino, en la vida de Clemen)

Llegó a San Francisco de Macorís, bajo el nombre de Juan Diaz, ( Guancho), con la leyenda de ser un mecánico que iba a reparar una planta eléctrica en la casa- finca de la madre de la viuda del héroe, coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, doña Arlette Fernández, pero en realidad, Eligio Antonio Blanco Peña, (Clemen), formaba parte del contingente de combatientes que participarían en el asalto a la Fortaleza del Ejército y al Cuartel policial de San Francisco de Macoris, en el mes de junio del 1965.

En esa casa pernoctaría varias noches, como sucedía con más de unos 30 hombres, en espera de "la hora señalada", para emprender las acciones militares que se habían propuestos. Aprovechó y efectivamente arregló, una planta eléctrica que estaba dañada en la casa de la señora. También se encontró con la sorpresa de tener que armar una cantidad de fusiles que se trasladaron desarmados, teniendo que armarlos todos en una noche. Aunque los dueños de la casa lo invitaron a dormir en una habitación, se negó y dormía en la rancheta que servía para secar cacao. Allí se estacionó y acomodó con un fusil ametralladora Tompson, durante los días previos al asalto.

SALVANDO LA VIDA DEL PRIMER INTENTO DE FUSILAMIENTO

Después de algunos días, Jimmy Vargas llega a avisarle que muy pronto empezarían los combates. De repente se apareció una camioneta llena de guardias apresando a Jimmy, porque este era buscado por todas partes. Ya el movimiento había sido denunciado. Decían que buscaban a un hombre rana. En ese momento Blanco, no tenía la Tompson, porque habían tomado la precaución de trasladar las armas a un lugar más cercano a la fortaleza.

Al ver a Blanco, los guardias vociferaron : "Aquí está el hombre rana". Lo amarran y el capitán del contingente ordena fusilarlo en un árbol que estaba detrás de los secaderos de cacao.

Ya cuando van a fusilarlo, la señora y varias mujeres de la casa, le dicen a los guardias que el señor es un mecánico que fue a arreglar la planta eléctrica. Y ahí entra la virtud heroica, firme y solidaria de Jimmy Vargas, quien declara que él ( Jimmy), sí es de los conjurados, pero que ese señor no es de su grupo y que no lo conoce. Que él es constitucionalista y que pueden hacer con él lo que quieran. Arremeten a culatazos contra Jimmy. Los guardias estaban dudando y un oficial le exigió a Clemen una demostración en la planta eléctrica. Como ya la había reparado, le explicó el funcionamiento y la prendía y la apagaba. Esto convenció a los guardias, pero todavía tenían ciertas dudas. De todas maneras su pericia con el generador, la actitud de las mujeres de la casa y la valentía de Jimmy, se conjugaron para que no fusilaran al supuesto hombre rana.

EL SEGUNDO INTENTO DE FUSILAMIENTO

Lo amarran y lo llevan detenido en una camioneta Falcón a la Fortaleza, donde según los guardias, esperaban al Presidente de la "Junta de Reconstrucción Nacional", Antonio Imbert Barreras.

Fidel Soto y Blanco Peña en medio de la pandemia de Covid 19

En el camino a la fortaleza, se desata un torrencial aguacero, se moja la ignición de la camioneta y no pueden continuar la marcha. El oficial al mando, mira a Clemen y le dice : "Ahora vamos a ver si es verdad que tú eres mecánico, porque si no te fusilamos aquí mismo". Todavía tenían dudas de que el prisionero no fuera un inocente mecánico, sino un peligroso comunista. Blanco no se inmutó, con calma se puso a trabajar y para el asombro del oficial y los guardias, logró reparar la camioneta. Con teatralidad, se explayó explicando lo que estaba haciendo : Que la ignición, que el Coi, que el Acelerador, que el Carburador. Limpió los Platinos y poniendo a chispear los cables de bujías, demostraba sus conocimientos de mecánica. Se salvó nuestro comandante por segunda vez. El gato Barcino de su yo interior volvió a salvar una vida más de las siete que tenía.

Al llegar a la fortaleza se encontró con un oficial llamado Papito Lajara Peña, quien al verlo, en señal de protección le dijo para que todos escucharan : "Seguro que tú estabas trabajando mecánica para acá." Asintiendo Clemen. Era una forma de ayudar al prisionero, porque ese oficial era el chófer de Imbert Barreras, pero también primo del prisionero. En los interrogatorios Blanco mantuvo su leyenda. Lo más doloroso fue que presenció, por un agujero de la celda donde lo tenían, el fusilamiento de Pasito Polanco y de Jimmy Vargas. Escuchó cuando Jimmy le dijo a Perelló Soto : ¡ Sólo así puedes matarme, cobarde ! ¡Buena mierda!

Sin ninguna compasión le sacaron los ojos y lo acribillaron. Pasito, desafió al Coronel genocida y le dijo : ¡ Matenme, coño que aquí no hay miedo, partidas de asesinos !

Como hemos visto en los relatos de Fidel Guzmán Soto, llegó una comisión internacional a San Francisco de Macorís, porque las atrocidades y crimenes denunciados por el gobierno del coronel Caamaño, fueron tantos que la "Junta Imbertina" se vio obligada a permitir una investigación de los hechos. El oficial que interrogó a Blanco era un coronel que lo conocía y prácticamente dejó pasar ciertas cosas de manera que no presentó hostilidad ante el prisionero, ni descubrió su verdadera identidad ante los verdugos, en protección del detenido.

TERCER INTENTO DE FUSILAMIENTO

Luego de los interrogatorios y de las entrevistas con los investigadores extranjeros, el alto mando de San Isidro, requirió llevar a los detenidos al Departamento de Transportacion del Ejército Nacional, ubicado en las inmediaciones del hospital Federico Lithgow Ceara y del Hipódromo Perla Antillana. Los trasladaban en un camión. Ulises Cerón, que también estaba entre los apresados, expresó con preocupación que lo que más lamentaba era que cuando llegaran allí los guardias reconocerían a Blanco Peña. Es que el comandante Clemen le dio buenas tundas a ese destacamento al principio de la contienda, así como durante la llamada "Operación Limpieza".

Efectivamente, Ulises Cerón tenía razón. Desde que llegaron, un grupo de guardias con algarabía desenfrenada, empezaron a llamar la atención sobre ese joven mecánico que desde el Comando "La Javilla" o "Sierra Maestra" lo habían desplazado, haciéndolos correr a tiros limpios. Entre ellos se encontraban algunos que fueron desarmados por Clemen. Decían : "este lo vamos a fusilar ahora mismo".

Lo llevaron al patio y ya se aprestaban a matar a Clemen. Este, con altivez, soltó una arenga : *"Sepan que van a matar a un hombre que lo único que ha hecho es defender a su patria con honor y que no le temo a la muerte, porque sé que he cumplido con mi deber como hijo del pueblo dominicano. Ustedes mismos son testigos de que los desarmé y no los maltraté ni los maté".

La voz portentosa se dejaba escuchar y llegó el coronel Beras Toribio, del ejército. Preguntó ¿Por qué iban a fusilar a ese hombre? Que esos guardias eran unos cobardes que se dejaron desarmar. Que el prisionero sería conducido a la victoria. Volvió el gato Barcino a circular por los alrededores de la vida de Clemen.

De ahí, para la cárcel de la Victoria. En la que desde el año 66 hasta el 78 estaría visitando constantemente, como prisionero político. La última vez duraría 7 años.

Arribando a los 90 años Eligio Antonio Blanco Peña ( Clemen, el Pai y otros de sus nombres de la clandestinidad), mantiene la fuerza, el vigor y los ideales de Rodrigo Lozada, Sóstene Peña Jaquez, Jimmy Vargas, Pasito Polanco, Munny Diaz Moreno, Franklin de La Rosa, Frank Sosa Duarte, Baldemiro Castro y todos los caídos en San Francisco de Macoris en junio del 1965.