Es necesario seguir repitiendo; hay que masificar, sembrar, profundizar… en la idea de que las mujeres víctimas o sobrevivientes de la violencia de género no son las culpables de la violencia que reciben.

Las mujeres no son las culpables de la violencia, sea psicológica, física, sexual, o todas juntas, o combinadas, o de la violencia física más grave, como es el feminicidio. Los feminicidios nos deben llamar a una alerta general, en el Cibao en alrededor de un mes han sido degolladas 4 mujeres, un método letal de matar.

Esta violencia de género en la que se tiende a culpabilizar a las mujeres suele ser la que ejercen ex parejas, parejas, principalmente. Es la llamada “violencia de género íntima”, como se le llama a este tipo de violencia. A veces sucede que la “violencia íntima” llega a extenderse a familiares, amistades, colegas laborales…etcétera.

La violencia de género contra la mujer es un fenómeno estructural, socio-cultural, económico, político, filosófico, espiritual, y a veces suele ser histórico, con tóxicos legados en las sociedades, en cadenas ancestrales, secretos, naturalización, normalización, de generación en generación.

Son muchas las instituciones, organizaciones, personas, que, con sus acciones, actitudes, pensamientos, ideas, educan, promocionan, estructuran condiciones, que recrean a las personas con dependencia, apegos no sanos, educan a la mujer en la pasividad, la obediencia; a los hombres en la violencia, con poca integridad.

Es una percepción que he leído y observado de que los hombres agresores además de ser exageradamente machistas, también tienen baja autoestima. En sociedades donde los hombres que ejercen violencia y tienen mejores condiciones laborales y económicas a pesar de que son machistas tienden a “recogerse” más fácilmente cuando tienen consecuencias por sus acciones violentas y “tienen más condiciones que perder”. Hay por tanto problemas de precariedades económicas y sociales.

Pero el problema de las vulneralizaciones económicas, de pocas oportunidades, socialización dependiente, con discriminación, suele repercutir en la baja autoestima de la mujer. Y también existe la afirmación, observación, percepción, de que en estas relaciones que se hace difícil romper con el ciclo de la violencia ambos casi siempre tienen baja autoestima.

“A las mujeres no les gusta el maltrato”, “a las mujeres no les gusta que le peguen” …y suponiendo que así fuese, la persona violenta, los feminicidas, son responsables de sus acciones. Dejemos de excusar a los hombres violentos.

Cuando se esté conversando de que las mujeres son las responsables de la violencia que reciben porque no rompen ese ciclo de violencia, y vuelven a la relación, se recomienda el tratar de analizar los porqués, y mejor formar una red de apoyo o redes de apoyo para que rompan con algunas de las ataduras de las vulnerabilizaciones. Son acciones de apoyo:

  • Tratemos que haya más trabajadores sociales profesionales, psicólogas/os, en las instituciones escolares, de salud, en las empresas, etcétera, apoyen, visiten, investiguen, den seguimiento en la comunidad, faciliten educación…coordinen servicios para empoderar, como apoyo para la vivienda, empleo, seguridad social, centros de acogida y de cuidado de niñas y niños, adolescentes.
  • Que las instituciones, grupos comunitarios, sociedad civil en general, estén atentos a que haya apoyo legal, psicológico, y que las acompañen a hacer denuncias, a las audiencias, a esconderlas cuando no quieran ir a las casas de acogida.
  • Crear, fortalecer, Redes de Apoyo, de instituciones, grupos, juntas de vecinos/as, padres, madres, tutores de la escuela, del personal de salud de las UNAP, desde hospitales barriales, colegios, escuelas, para que la mujer pueda lograr un trabajo, pueda seguir estudiando y procuren que se creen servicios diversos, entre ellos, para que las y los niños sean cuidados, mientras ellas trabajan y/o estudian.
  • Que no se le saquen de los trabajos porque tienen que acudir a la justicia, y mejor acompañarlas a la justicia…

Se necesitan cambios estructurales, leyes, como la que instaura el Sistema de Atención Integral a las víctimas para la promoción, prevención, atención, sanción, seguimiento… Recordar que este Sistema es aún un proyecto de ley que está sin aprobar en el Congreso de la República.

La erradicación de la violencia de género hacia la mujer, y para la superación del machismo se requieren normativas, el accionar de la ciudadanía en conjunto, así como accionar junto con el Estado en todas sus instancias, las centrales y las locales, como son los ayuntamientos. Se requiere de presupuestos, lo que facilitaría más personal.

Las capacitaciones continuas en igualdad, democracia, liderazgo participativo, derechos humanos, son vitales.

La sensibilidad del personal puede mejorar con programas de autocuidado, capacitaciones en el buen trato, en derechos humanos para el acceso sin discriminaciones. Se requiere la sensibilidad también para la empatía, el asertividad, la inteligencia emocional, para el manejo de conflictos, habilidades para crianza positiva a niños, niñas y para la sinergia …en toda la sociedad.

Los mayores presupuestos facilitarán más personal para eliminar las excesivas tardanzas, el burnout, y facilitaría la práctica de trabajar con terapias las dificultades del propio personal que trabaja en el tema para superar secuelas de violencia que hayan vivido o estén viviendo. E insistir en el autocuidado: personal bien cuidado, personal que podrá abrazar con más ternura a las víctimas/sobrevivientes.

  • Programas para los hombres priorizando los excesivamente machistas

Deben crearse y fortalecerse los programas para el cambio de las tristes consecuencias de las creencias machistas y que afectan al hombre con las ideas de anti sociabilidad, consumo de sustancias, superar el exceso en la formación de los hombres machistas de visualizar a las mujeres como objetos sexuales, exceso de estímulo sexual para la realización, más espiritualidad, la ciudadanía social activa, la solidaridad, la no violencia, la no competencia, y cero educación de ver a las mujeres como subordinadas, de su posesión. Se necesitan programas para superar los excesos del machismo, reforzar los hombres igualitarios, positivos, íntegros…

  • Cambios estructurales se necesitan pues…

En todas las estructuras del Estado, en los partidos, en la familia, en la cultura debe practicarse la igualdad, la paridad, la integridad, la dignidad y la no discriminación. ¡Qué viva el amor!