Ayer, 29 de mayo de 2022, se celebró el Día de las Madres en la República Dominicana. Como algo muy natural, desde el mes de abril y todo el mes de mayo, los comerciantes y los empresarios pusieron a funcionar su estrategia comercial para felicitar a las madres. Para estos dos sectores, las madres dominicanas tienen como único objetivo resolver problemas domésticos. Su accionar tiene como razón de ser y como horizonte resolver los problemas del hogar que están relacionados con electrodomésticos. Proclaman lo mejor para ellas e invitan, también, a que se les entregue el regalo óptimo: la nevera, la plancha, la lavadora y otros utensilios más que facilitan su felicidad en el hogar. Se entiende que las madres están listas para hacer; un accionar que se circunscribe a los asuntos domésticos.  Los anunciantes no encuentran regalos que evidencien la capacidad que tienen las madres para pensar más allá del razonamiento práctico.  Conciben a las madres, aunque no lo expresan de forma explícita, como un ser con poco potencial reflexivo; un sujeto distante del estudio, de la investigación, de una relación cercana con las tareas científicas. De igual modo, continúan acentuando las tareas de la casa exclusivamente para las madres. El regalo de los padres es de otra naturaleza.

Los padres no tienen nada que ver con la estufa, la escoba y los platos. Esto es, según esa mentalidad, cosa de mujeres; por lo tanto, se subrayan, veladamente, imágenes confusas y distorsionadoras de las madres. Los comerciantes y los empresarios, con este hecho, demuestran que su estrategia está fuera del siglo y que deben revisar su creatividad y su actualización. Estos dos sectores necesitan una visión más integral sobre las madres del país. De esta manera, cambiarán sus concepciones y cesará la cosificación de las mujeres que  optan por la maternidad. Las madres dominicanas demuestran, en la vida cotidiana, que no se agotan en la practicidad del hogar. No rechazo el razonamiento práctico; lo que me resisto a aceptar es que las madres solo sean felices con los aparatos e instrumentos que les sirven para un trabajo rutinario en la casa. Su capacidad para aportar al desarrollo cultural, social y político está probada.

Las madres de este país tienen capacidades múltiples que no la confinan en las tareas de la casa. Estas tareas tienen importancia, pero no son exclusivas de las madres, ni pueden atribuírseles como expresión de máxima felicidad. Cada vez más, es necesario que los medios de comunicación presenten una imagen realista de las madres. Su contribución para que haya progreso en la eliminación de estereotipos constituye una tarea prioritaria en la sociedad dominicana.  Resulta ofensivo alentar la celebración del Día de las Madres con anuncios que las instrumentalizan y las alejan de las personas que aportan a un desarrollo más global y significativo en la sociedad. No descarto que haya mujeres identificadas con los anuncios que rechazamos. Tampoco dudo que a muchas madres haya que ayudarlas a potenciar el desarrollo de su conciencia crítica. Este tipo de desarrollo les aportará referentes para luchar con más ahínco, para que comerciantes y empresarios le pongan punto final a la celebración del Día de las Madres con la promoción de los electrodomésticos como productores de una felicidad paradisíaca en las madres.