Soñamos con ser un Nueva Yol chiquito; somos casi un hub logístico regional; somos uno de los destinos turísticos más pujantes de América Latina y estamos envueltos en una vorágine de crecimiento en altura, en tecnologías, en nuevos desarrollos turísticos que nos señalan como una economía que está de lleno en el siglo XXI.

Sin embargo, sabemos que este desarrollo pujante ha sido muy desigual y se ha producido a costas de las clases trabajadoras dominicanas y haitianas que han percibido y perciben muy bajos salarios.

Esto hace que los dominicanos sueñen con cruzar el charco para trabajar en el primer mundo y los haitianos que no pueden llegar al primer mundo crucen la frontera ilegalmente para trabajar en El Dorado dominicano como tratan de hacerlo también en otros países de América Latina.

No es, como lo pregonan ciertas personas, que los trabajadores haitianos le roban el pan a los dominicanos; es que la mano de obra haitiana, por lo general, opera en sectores en los que los y las dominicanas no quieren trabajar desde hace mucho tiempo, porque son trabajos muy duros con salarios que no permiten vivir dignamente.

Estructuralmente somos una economía de bajos salarios, lo que por un lado atrae la inversión extranjera y por el otro hace huir a los dominicanos.

Amparados en nuestros avances económicos constantes pretendemos hoy en día jugar en las grandes ligas sin haber resuelto antes algunas cuestiones fundamentales que chocan  con nuestros sueños de grandeza.

Nos cuesta hacer los ajustes salariales, la reforma tributaria y luchar contra la desigualdad cerrando las enormes brechas que siguen existiendo en la República Dominicana.

No hemos resuelto el tema de la educación y de su calidad se desprende la calidad de los servicios que brindamos al público en innumerables aspectos .

Hasta en las repatriaciones de ilegales juega un papel importante el nivel de educación de los agentes de Migración y de los soldados del Ejército Nacional que actúan en los operativos, ya que ello condiciona su capacitación en derechos humanos y su entendimiento de los protocolos internacionales vigentes en la materia.

Nadie se puede oponer al derecho soberano del Estado dominicano a repatriar los ilegales establecidos de manera irregular en su territorio. No obstante, se puede exigir que las deportaciones se hagan sin violencia y humillaciones, que no se produzcan repatriaciones de menores ni la separación de las familias, en función del interés superior del niño que prima tanto en el derecho dominicano como en el internacional.

Un reciente comunicado firmado por nueve prelados de la línea fronteriza señala de nuevo la deportación de niños, niñas y adolescentes sin sus familias en violación de todos los convenios y leyes sobre la niñez.

Todo proceso masivo de deportación es objeto de desbordamientos y abusos, más aún cuando este se hace en medio de una campaña de comunicación de ciertos sectores que tildan a los haitianos de todos los males.

Tomando en cuenta que somos un país de tradición caudillista, donde existe todavía la práctica de cumplir las órdenes con mucho celo para satisfacer a los estamentos superiores, no es de dudar que pocos encargados de deportaciones pongan en primer lugar el respeto de los derechos de la niñez, la vulnerabilidad de los niños, niñas y adolescentes o cuestionen  las separaciones familiares.

Según, el  Centro para la Observación Migratoria y el Desarrollo Social en el Caribe (OBMICA), las prácticas de deportación de niños, niñas y adolescentes haitianos se iniciaron en este mismo año 2022 y tienen por consecuencia la violación por las autoridades de su propia legislación, que no permite la detención ni mucho menos la deportación de menores de edad.

Para no ser foco de oprobio, el gobierno debería detener las expulsiones de las categorías de personas no deportables según nuestras leyes, especialmente mujeres migrantes embarazadas o lactantes, niños, niñas y adolescentes migrantes y descendientes de migrantes nacidos en República Dominicana, desnacionalizados por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional.

Solamente si actuamos en esta dirección podremos acceder a las grandes ligas.