Somos vecinos de Haití…
Una parte de la cultura dominicana se expresa con la frase “las vecinas, los vecinos, son nuestra familia”.
En el edificio donde resido a un vecino le dio un ataque del corazón y fue encontrado por el vecino de al lado cuando buscaba protección, en el pasillo, acostado.
Es un ejemplo con el que trato de testimoniar el tema que ocupa mi corazón en esta escritura: la solidaridad ante las deportaciones masivas de haitianos/haitianas y otras diferentes situaciones que nos demandan apoyo solidario.
COTIDIANIDADES ANTE SITUACIONES DE NUESTROS VECINOS HAITIANOS/AS.
-Los centros de refugio de los haitianos/as para deportar: un caso
Las deportaciones masivas están trayendo muchas tareas de solidaridad para quienes realizamos este tipo de activismo social.
En Santiago, RD, tenemos semanas que, por las repatriaciones masivas, en un centro adonde alojan los inmigrantes detenidos se están presentando situaciones de carencias. La primea es que en ese espacio deben estar de 20 personas y entran hasta 100 personas. Se puede canalizar que le llegue agua, (mucha agua para tomar) jugo, pan, toallas sanitarias, alimentos cocidos, jabón, pasta de diente, cepillos de diente.
A través del Movimiento por los Derechos Humanos, la Paz y la Justicia Global (MONDHA) que son conocidos por algunas de las personas de migración que laboran ahí se le puede hacer llegar esos productos. MONDHA queda en la calle Pedro Francisco Bonó #38, esquina Cuba, tercera planta, Santiago, RD. Tel. 809-241-8060
En el Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM) estamos también apoyando y canalizando ese tipo de recurso.
-Otra situación
Hay un niño muy enfermo cuya madre es haitiana que viene desde Santiago Rodríguez, está en el Hospital de Niños, Niñas doctor Arturo Grullón, de Santiago y necesita plaquetas, y eso vale unos $30,000.00, cualquier apoyo en ese sentido viene bien. El Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM) también puede servir de canal.
Escribo sobre estos dos casos pues han sido parte de la cotidianidad de antes de ayer, de ayer, hoy…
La solidaridad con el vecino/vecina debe ser cotidiana, sobre todo cuando está en situaciones de carencias.
Traté de expresar lo que ocupa de mis días horas; además del apoyo a mujeres, niñas y adolescentes, víctimas, sobrevivientes de violencia de género.