He leído el trabajo publicado en X de mi querido amigo @JimenezJuan en relación al tema de las inundaciones que han colapsado la capital y todo el país, creo que el tema es mucho más complejo cómo él lo plantea.

Cierto que el gasto en publicidad del gobierno es criticable superando los récords de los gobiernos anteriores y eso también es criticable, pero el problema que está ocurriendo con las inundaciones no es solo culpa de este gobierno o de esta alcaldía, muchas instituciones y funcionarios han sido responsable de este desastre no solo de hoy sino de hace decenas de años.

Recuerdo la lucha de los empresarios de Herrera con el tema de las inundaciones de la avenida Luperón. En mi propio barrio desde que cae una agüita no se puede salir, vivo en Naco, quienes más sufre esto es la familia de Moisés Rojas Alou ya que el agua le llega hasta la marquesina de la casa y han hecho todo lo posible por corregirlo.

Con el tiempo los problemas se han ido agravando debido a la ineficiencia de gobierno y alcaldías, pero sobre todo por la falta de civismo de la ciudadanía. Basta ver los problemas que tenemos con el tránsito.

Pero lo peor es que no hay régimen de consecuencias. Frente a un letrero que dice no estacione hay un vehículo estacionado bajo la mirada irresponsable y cómplice de las autoridades.

Amén de educar, los gobiernos y los ayuntamientos tienen que aplicar un régimen de consecuencia para que se cumplan sus ordenanzas, no es posible permitir esa mala conducta ciudadana, y no me refiero solo a los humildes “Padres de Familia”, sino a gente que se supone que tiene educación.

Esto no puede ser solo un tema de campaña, mas, cuando existe una irresponsabilidad compartida.

Debemos exigir compromisos responsables de nuestros candidatos para enfrentar estos temas.

Las ordenanzas y leyes no se cumplen porque no hay un régimen de consecuencias.

si queremos organizar este caos debemos exigir que se construyan las infraestructuras necesarias, pero también, que las autoridades sean rígidas a la aplicación de la ley.

El clientelismo y el rentismo político son los que no han conducido a este desastre.

El caos y la arrabalización siguen creciendo exponencialmente, si no empezamos a actuar ya sería una catástrofe.