¿Estamos acercándonos
al fin de una etapa o algo
más grave? Dentro
de treinta días deciden
los pueblos brasileiros
y estadounidenses su gobierno.
Y nos da miedo que estemos
viendo la democracia,
su casa abierta a los vientos,
sentada en una silla en el patio
de enfrente esperando el golpe
de la tiranía que va tomar
el relieve y define su destino
ante la furia de la tierra
y de los océanos contra
el hombre verdugo que va
ciego y con los ojos abiertos,
no importa, a estas elecciones
que no van a parar
la formación de la ola
más grande de la historia,
una ola terrenal llena
de polvo, una ola de mar
hecha ya de plástico.