El mundo camina hacia el fin de la globalización. Por ello nos encontramos en la vía de la creación de nuevos bloques geográficos y económicos, comerciales y militares. El mundo se rige todavía por una arquitectura del derecho internacional diseñada de los balances de fuerzas resultantes de la II Guerra Mundial. Con el fin de la guerra fría en 1991, la disolución del “Pacto de Varsovia” y el colapso de la URSS, la unificación de Alemania, la ampliación de la Unión Europa y de la OTAN a Europa del Este –en el extinto “campo socialista”- y todas las consecuencias que esto conlleva, el mundo está en constante transformación geopolítica y militar. Estados completos han desaparecido y sustituidos por decenas de nuevos pequeños Estados. La URSS fue sustituida por 15 repúblicas distintas. Yugoslavia estalló en 6 repúblicas además de amputarle a Serbia una provincia histórica como Kosovo. Checoslovaquia se dividió en la República Checa y Eslovaquia. Alemania dividida en la guerra fría se reunificó.
Igualmente uno de los elementos más llamativos de este nuevo periodo en gestación es la emergencia de los llamados países de Sur Global –anteriormente llamados Mundo Colonial, Tercer Mundo o Países Subdesarrollados- con un gran protagonismo de China, India, Brasil, Rusia, Irán, el mundo musulmán, además de Sudáfrica y con ella, el vasto mundo africano. Etiopía estalló en varios estados, y aún sigue la guerra en Tigre. Sudán se partió en dos, en Sudán y Sudán del Sur. Otros países surgen como actores más independientes, como Arabia Saudí y la petromonarquías del Golfo Pérsico, el Sudeste de Asia y países de América Latina como Argentina, Colombia, México y Venezuela, además de Brasil, entre otros.
La transición geopolítica del mundo, del modelo anterior, neoliberal y globalista, al mundo de nuevos bloques, tomó al menos treinta años, de 1991 a 2021 a groso modo, con varias fases, la más importante la ampliación de la alianza atlántica a Europa del Este a partir de 1999 con la incorporación de Polonia, Hungría y la República Checa, hasta llegar a las puertas de Rusia que está en la base de la sangrienta y peligrosa guerra en Ucrania. Esto a pesar de que documentos desclasificados soviéticos y norteamericanos reflejan la existencia el 9 de febrero de 1990 de negociaciones para la no ampliación de la OTAN al este europeo, más allá de una Alemania unificada. La OTAN pareció languideciendo hasta el golpe de Estado del Euromaidan en Ucrania en 2014 y el posterior inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, en febrero de 2022. Incluso, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, llegó a decir, todavía durante el gobierno Donald Trump, que “la OTAN padecía de muerte cerebral”. Eso fue antes del estallido de las hostilidades en Ucrania en febrero de 2022 y el total alineamiento de los países de la UE con las posiciones de EEUU, con algunas excepciones como el caso de Hungría.
Otro bloque del Norte Global que se ha formado en la llamada “angloesfera” es el AUKUS…aunque geográficamente se ubica en sur del Pacifico. La alianza militar entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos para reforzar la presión sobre China y el Indo-Pacifico, con la adición de 12 submarinos nucleares de manufactura norteamericana a la Marina de Australia, y como dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Francia Jean-Yves Le Drien, que significó “una puñalada en la espalda a Francia”. El país galo tenía firmado y en desarrollo la construcción de esos 12 submarinos para la Marina de Guerra australiana, bajo un contrato entre ambos países y que fue desconocido por Australia. Este bloque del AUKUS para la región del Indo-Pacifico supone la próxima integración de Nueva Zelanda, Canadá y eventualmente Japón y Corea del Sur…una OTAN del Pacifico.
Otro bloque central en la nueva geopolítica mundial es el llamado BRICS, que nuclea a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica y que ya se anuncia la incorporación en este año de otros países del Sur Global claves, como Arabia Saudí, Argentina, Irán, Egipto e Indonesia entre otros. El llamado BRICS+. La batería de sanciones económicas contra algunos componentes claves del BRICS por parte de EEUU y la UE, como es el caso de China y Rusia, ha reforzado las agrupaciones de estos países. Un paso importante en el desarrollo del geoespacio de los BRICS+ es el desarrollo del proyecto de la Franja y la Ruta de parte de China (Belt and Road Initiative BRI), una iniciativa que implica inversiones en infraestructura a nivel mundial por unos 7,1 billones de dólares hasta 2040, según un estudio de Consultores Económicos Globales. Eso es siete millones de millones más cien mil millones de dólares.
Dado que los PIB combinados de los países BRICS, sin ampliar todavía, sobrepasó en 2023 los PIB combinados de Grupo de los Siete (G7) que integran EEUU, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón, la lucha en el terreno comercial y económico de estos bloques, podría tener una expresión en el terreno militar, con las tensiones crecientes en Ucrania y en Taiwán que pueden desembocar en una conflagración mundial. Un embrión de esa nueva alianza defensiva es el grupo llamado de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) que integran China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán. La presencia cada vez más importante de naves y fuerzas de los EEUU en el Estrecho de Taiwán, en Japón, Corea del Sur y el Mar de China Meridional, y la actitud muy firme de China frente a veleidades de declarar la independencia de Taipéi, inducen cada día más al abismo de una confrontación de los nuevos bloques. Junto a ello está el crecimiento del gasto militar de Corea del Sur y Japón, y el apoyo de Rusia y Corea del Norte a China.
La pregunta ante estas tensiones y estos nuevos bloques comerciales, militares y geopolíticos es ¿Cuál debe ser la política de la mayoría de los países del Sur Global ante este desarrollo de las fuerzas de división y la confrontación? ¿Deben los países de América Latina y El Caribe, África, Medio Oriente y Asia no implicados en estos conflictos tomar partido? Entendemos que los principios de la Carta de las Naciones Unidas, de independencia, autodeterminación, no intervención en los asuntos internos de otros estados y la preservación de la paz deben guiar las acciones de los países pequeños, medianos o grandes del Sur Global. Debemos seguir una política de No-Alineación a ningún bloque y sacar provecho para nuestros países de las relaciones con EEUU, Canadá, los países de la Unión Europea, Japón, Australia y Corea del Sur, así como con China, Rusia, India, Brasil, África y lo que podría considerarse ahora verdaderos países No-Alineados. La expresión del responsable de Política Exterior de la UE de que “la neutralidad en los conflictos actuales, es apoyar al adversario” no se corresponde con los intereses de los países del Sur Global. Propugnar por el multilateralismo, la solución pacífica de los conflictos, la reducción o eliminación de las armas nucleares, la reducción del gasto militar, la cooperación cuantificable contra el cambio climático y la cooperación para el desarrollo son componentes fundamentales de la acción exterior nacional y regional de los países del Sur Global y particularmente de América Latina y El Caribe.