I
Plena voraz absoluta como una bestia líquida
En esta noche del quejido
Una mujer equilibra duendes y arlequines
Sobre los triángulos azules
De un rostro terriblemente hermoso
En tanto yo transfiguro
En tiernas manías los desdenes del íntimo deseo
Por los filtros más hondos de su piel
Así de tibio a sutil
De pálido a impúdico
Me abandono a despojos en su cuerpo adolorido
2
Místico es el cuerpo inmóvil de la noche
Con sus quejidos vacíos
Cuando los amantes se arrastran a su encuentro
A medio hacer el beso
Hechos entonces para el alba
Resbalan hacia el lúdico espacio de las fábulas
Donde la luz labora todo su ojo
Y sobria la mirada tansfigura la emoción
Pues en ditirambos de angustias
Vertiginosos se separan los amantes
El día primordial de la vergüenza
3
Tus ojos y la noche
I
Tus ojos: la luna alborotada de pájaros
II
Tus ojos: laguna alborotada de pájaros
4
Hay 30 cristos en la luz de Nadie
Altos como la simulación que acontece sin edad
Profundos como la superficie pulida de tus ojos
Más arduos que la perenne púrpura del sueño
Hay 30 cristos en la luz de Nadie
Entre mis manos y el vacío
Absorbiendo el espanto de tu nombre
5
Tantísimos rostros hay como uno los recuerda todos
Ninguno puede haber como el que ha existido siempre
Aunque yo jamás he visto uno todo parecido es imposible
6
Purifica y fija tu tiempo en el movimiento
De las cosas increadas y absolutas
Apura en lo vital lo que nunca pensaste
Pues la vida fue creada
Por la pereza agónica de un hombre
Que plantó la Rosa sobre la planicie ígnea del deseo
Y luego la plastificó de misterio
Porque jamás pensó la Rosa (sí el misterio)
Cuando su tacto apaciguó sus formas de bestia
En un acto perfecto y tenue
Creado bajo el breve adjetivo de la noche