El presente gobierno tiene entre sus principales objetivos, lograr un pacto nacional en torno a diversas reformas con la finalidad de fortalecer las institucionales claves del sistema político. Sin entrar en la valoración sobre cantidad, temas, pertinencia o alcances de ellas, creo de vital importancia para el país que la clase política y los diversos sectores de la sociedad civil, hagan conciencia de que cualquier reforma en las esferas política, social o económica serían insostenibles sin la existencia de un marco regulador del  territorio y del espacio construido, sustentado en una  reforma municipal  y urbana en  la que, junto a las  organizaciones de la sociedad civil, la Liga Municipal Dominicana, LMD, y la Federación Dominicana de Municipio, FEDOMU,  deberán jugar un rol determinante.

Además de éstas, otras instituciones del Estado, como el MEPyD y el MAP, están llamadas a participar en esas reformas. Los temas del territorio, urbano y municipio  fueron tratados en programa del actual gobierno de manera más seria que ningún otro programa de campaña en el pasado. Ese elemento, y el giro que se le ha dado a la función y orientación a la actual LMD, permiten pensar que es posible el diseño de las referidas reformas involucrando a los principales actores políticos y de la sociedad civil. También, por pluralidad de capacidades que actualmente esta ha logrado aglutinar, al igual que FEDOMU y las otras instituciones del Estado arriba referidas.

La LMD está en un proceso de convertirse en ese espacio instruccional de encuentro entre el gobierno central y los municipios que tanta falta le ha hecho al sistema político. En se sentido, está impulsando diversas iniciativas de colaboración con otras instituciones del Estado para obtener conocimiento con la finalidad de una mejor actuación de ellas en el territorio. A tal efecto, mediante acuerdos de colaboración con el SIUBEN y el MAP, se realizó una encuesta en la que se realizaron 69 000 entrevistas en 165 municipios y distritos municipales, para conocer  los niveles de satisfacción de la población sobre la calidad de la gestión del manejo de residuos sólidos, ordenamiento del tránsito, funerarias y cementerios y los servicios de las infraestructuras municipales básicas.

Los resultados obtenidos de esta Iniciativa de trabajo interinstitucional, son claves para la gestión municipal y para que sea viable la elaboración de una propuesta conjunta de reforma municipal  con énfasis en la gestión de lo urbano y su entorno rural. En esta tarea, la participación de los partidos y el involucramiento de la Academia y la comunidad es vital, porque sin la articulación de esa pluralidad de actores las referidas ni ninguna reforma podrán ser sostenibles. En  ese tenor, es necesario que entre las reformas que se plantean, está el tema de la unificación de las elecciones municipales con las presidenciales y congresuales con, lo cual plantea una vieja discusión que está muy lejos de ser zanjada. En lo particular, no estoy de acuerdo con esa intención.

Pienso,  además, que plantease la unificación de esas elecciones sin antes hacer las reformas urbana y municipal es como poner los bueyes  delante de la carreta.  Y no sólo eso, sino que evidencia una limitada lógica política, además de una limitada atención sobre estos temas de parte de nuestra clase política, de todos los signos. Creo que, como más arriba he planteado, la presencia de tantas capacidades en las instituciones antes mencionada, constituye una estimulante oportunidad para definitivamente asumir conciencia de que no es posible el desarrollo de las naciones sin la participación activa de la gente en la vida política y eso sólo es posible donde discurre la cotidianidad: en los espacios locales.

El proyecto de modificación de la Ley 176/07 del Distrito Nacional  y los Municipios en cuyo proceso de actualización y modificación, que  junto a funcionarios de otras instituciones del Estado y de la sociedad civil la LMD ha estado diseñando, constituye un punto importante  el camino hacia reforma municipal del país, el proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial, en que han participado técnicos  de alta calidad tanto de dentro como de fuera de las instituciones del Estado, es también un elemento clave para el tema que nos ocupa. A eso lo deben acompañar iniciativas más concretas en el tema urbano que, por su complejidad e intereses que se mueven en torno al mismo, se ha avanzado mucho menos que en municipal. Casio nada.

Los graves problemas de nuestras ciudades, entre otros, los hacinamientos, el imparable incremento del costo del suelo edificable y de las viviendas, del caos de transporte y del tránsito urbanos/interurbano, los procesos imparables de conurbación, la inseguridad, criminalidad y pobreza, incrementan las  dificultades para el ejercicio de una gestión municipal y no se correspondan con la consistencia del crecimiento económico del país.  En definitiva, gestionar el territorio requiere de una toma de conciencia de la clase política sobre la necesidad de reformas sustantivas del sistema.

En ese tenor, las reformas urbana y municipal constituyen el eje de las reformas que requiere este país. Sin ellas no es posible la gestión del territorio desde una perspectiva de modernización, y más que de  esto, de participación, inclusión y democratización de esta sociedad