Antes de las elecciones del 19 de mayo dije en otro artículo que esa era la última oportunidad que le quedaba al sistema político tradicional de nuestro país pues se daría un fenómeno interesante y era la alta abstención electoral y la desaparición de algunos partidos como el PRD y el PRSC. Además de la reducción del PLD y la FP.
El tema de la abstención lo vaticiné basado en lo que ha dicho el irlandés Peter Mair de que la modernidad ha prohijado "un individuo asocial y atomizado, sumergido en un mundo privado parcial y limitante, un individuo sin ciudadanía", y una volatilidad electoral que lleva a los electores a cambiar de partido con facilidad. Ahora bien ¿cuál ha sido el camino hacia la debacle de los partidos políticos tradicionales? Aquí trato de narrarlo en una apretujada síntesis.
Lo que se conoce como cultura democrática en RD inició en el gobierno de Antonio Guzmán en 1978 cuando fueron derogadas las leyes 6, 70 y 71 de 1963, llamadas "leyes anticomunistas", y es promulgada la Ley de Amnistía 01-1978, poniendo fin a la persecución, los apresamientos y las deportaciones por razones ideológicas.
Desde ese momento los partidos PRD (hoy PRM), el Reformista partido-estado de Balaguer, el de la Liberación Dominicana (PLD) habían encabezado los partidos que gobiernan este país.
El desgaste y la pérdida de confianza ciudadana en los partidos políticos han sido bien estudiados. Según la investigación "Cultura política de la democracia en la República Dominicana: Tomándole el pulso a la democracia 2021″, basado en encuestas realizadas por la Vanderbilt University y el Barómetro de las Américas, la identificación de los ciudadanos con nuestros partidos viene en acusado descenso desde hace décadas, con una especial caída en los pasados 10 años.
El estudio establece que al preguntársele a los ciudadanos si simpatizan por un partido político, en el 2012 un 63.4 % contestó afirmativamente, en 2016 bajó a un 42.4 % y en el 2019 cayó al 36.2 %".
Pero si bien la gente ha comenzado a dejar de identificarse con los partidos políticos la motivación para votar también ha disminuido sobre todo a partir del año 2016.
En el año 2016 la abstención fue de 30.4%, 2020 fue de 44.71 y en 2024 de 45.63. esta abstención es sin agregar lo que sucedió con el voto en el exterior donde apenas votó el 18% motivada en factores que no se reflejan en el país, entre otros que la votación de la diáspora en las elecciones nacionales es una cultura que apenas empieza a aprenderse.
A esto se debe agregar la enorme cantidad de votos nulos en donde se agrega que muchos fueron intencionales, o sea hubo gente que votó, pero no eligió a nadie.
Los partidos políticos de hoy hace tiempo que, si en su mayoría representan intereses algunos, son los de sus respectivas cúpulas y no a los ciudadanos.
Inmersos en sus torres de babel, en general no ejercen la representación de sus electores, como ciudadanos o grupos sociales.
En cuanto a la comunicación con la gente buena parte de los políticos desinforman, propalando falsas noticias y manteniendo una retórica que no conecta con las necesidades y aspiraciones ciudadanas.
Aquí el gran problema es que no se vislumbra una opción clara de quien podría ser el relevo partidista y esto le despeja el camino al PRM para convertirse en la dinastía hegemónica que fue el PLD por 16 años ininterrumpidos, pero ante la mirada atenta de una población que ya no está en partidos.