Si sostuviéramos unas relaciones firmes y fluidas con Haití; si contribuyéramos al desarrollo productivo de Haití; si ayudáramos en la repoblación forestal y la producción agropecuaria de Haití; si estableciéramos relaciones de todas las ideologías con los partidos políticos de Haití; si fomentáramos el intercambio de ideas y propósitos comunes con los intelectuales de Haití; si los gobernantes de ambos países se manejaran con una agenda común; si fuéramos en realidad países verdaderamente vecinos no seríamos invadidos por los haitianos ni tendríamos aquí la necesidad de deportarlos en masa hacia su país…(Todo eso está más que claro).