En República Dominicana celebramos el pasado domingo el Día del Padre, por lo que sirvan estas palabras de aliento y felicitaciones a los padres que viven en una etapa en que la casi ha llegado la medicina del futuro. Su objetivo es brindar una vida sana, feliz y más larga. Esto se ha reflejado en el aumento de la esperanza de vida. O sea, la estimación del número promedio de años de vida adicionales que tendría un niño al nacer. Por ejemplo, si alguien nació en el 1950, su esperanza de vida era 46 años, pero actualmente es de 76. Y se estima que en el futuro las personas podrían vivir de 100 a 120 años con buena salud; y posiblemente en una sociedad más justa y feliz.

Esta medicina se ha fortalecido gracias a los esfuerzos científicos, técnicos y financieros que permitieron la fabricación en tiempo récord de vacunas y medicamentos que frenaron el avance de la pandemia del coronavirus. Paradójicamente, esta ha sido una consecuencia positiva de la Cov.19. Esto se explica porque personas muy ricas del mundo, como Jeff Bezos (Amazon), Sam Altman (ChatGPT), Larry Page (Google) o Peter Thiel (PayPal), entre otras; realizan importantes inversiones en la emergente industria del envejecimiento o del antienvejecimiento, para convertir descubrimientos y conocimientos científicos producidos por ganadores del Premio Nobel, en soluciones prácticas, especialmente en terapias médicas.

Entre esos nuevos conocimientos se destacan los siguientes.

Uno, la edición o tejera genética, una tecnología, por el que otorgaron el Premio Nobel de química en el 2020, a Doudna y Charpentier. La que sirve para corregir y reemplazar el ADN de células; para tratar enfermedades heredadas, como Diabetes, Párkinson, artritis, situaciones cerebro­vasculares, entre otras; para prevenirlas, retrasarlas o revertirlas.

Dos, la inteligencia artificial aplicada a máquinas permite realizar diagnósticos y tratamientos que reducen las hospitalizaciones, que en el futuro servirán solo para operaciones y casos complejos.

Tres, en la nanomedicina, o sea, herramientas y materiales de tamaño reducido, para canalizar medicamentos y colocar partículas que intervienen directamente en tumores e infecciones.

En tal sentido, la FDA o la administración de drogas y alimentos de Estados Unidos aprobó recientemente el fármaco Legembi, indicado para el tratamiento de pacientes con Alzheimer. También se ha establecido que la metformina, un conocido antidiabético, y la estatina, usada contra el exceso de colesterol; dos medicamentos nobles, se asocian a la restauración y sustitución celular, lo que podría llevar al tratamiento de otras enfermedades incurables.

Ya existen poderosas máquinas con inteligencia artificial que realizan tempranos diagnósticos, como las biopsias sonodirigidas y resonancia magnética multiparamétrica de próstata fusionada. Y otras ofrecen seguras y efectivas radiaciones. Además, hay sofisticados robots, como los Da Vinci, que ejecutan increíbles cirugías, lo que aumenta las posibilidades de superar dolencias cancerosas que en otro tiempo eran mortales.

La aplicación de estos inventos científicos casi está al alcance de la población, ya que muchos servicios médicos especializados se ofrecen a costos razonables y muchos planes de seguros los cubren. Así que, cuidemos nuestra salud y disfrutemos hoy de la medicina del futuro.

Felicidades a los padres, especialmente a los trabajadores y de buena voluntad.

 

** Este artículo puede ser escuchado en audio en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván en Spotify.