Los expertos en psicología definen la inteligencia humana como la capacidad de aprender, razonar, percibir, resolver problemas, adaptarse a nuevas situaciones y aplicar conocimientos adquiridos en la vida diaria. Para los informáticos, la inteligencia artificial trata de crear sistemas y programas que aprenden, procesan, recuerdan, analizan datos, toman decisiones y resuelven problemas. La diferencia entre una inteligencia y otra, radica en que la artificial o IA, o  no humana, carece de  conciencia, moral, sentimientos ni emociones; simplemente cumple la tarea para la que está programada.

La base de la inteligencia humana es el cerebro, que contiene alrededor de 86 mil millones de neuronas, y algunas tienen mas de un metro de tamaño;  y 100 billones, -recordemos que un billón equivale a un millón de millones-,  de sinapsis o conexiones entre ellas; las que requieren oxígeno, glucosa, grasa y sustancias químicas que transmiten señales entre las neuronas.

En cambio, la inteligencia artificial se fundamenta en una red neuronal artificial, llamada algoritmos, o conjunto de operaciones matemáticas e instrucciones que funcionan en una máquina llamada computadora. Estas tecnologías se remontan a la década de 1950, y en los años 80 comenzó el aprendizaje automático y la intercomunicación entre diversos componentes del sistema.

Tal vez la tecnología más avanzada de inteligencia artificial sea el ChatGPT, que en español equivale a un Transformador Generativo Preentrenado. Se trata de un modelo de lenguaje ajustado con técnicas de aprendizaje supervisado, que aprende y genera contenido a partir de las interacciones. Fue lanzado en noviembre de 2022, con 175 mil millones de parámetros, es decir,  piezas claves que le permiten entender y generar textos; y a más parámetros; posiblemente más  captará y procesará datos.

Esta tecnología es capaz de generar textos, imágenes, música e incluso videos,  que no son distinguibles de los creados por humanos, tan reales como si fueran originales. Suele utilizarse para producir lo que llaman noticias falsas o posverdad, que desinforman y falsean la realidad. Y también sirve para realizar diversas funciones y, hasta proponer soluciones y estrategias en negocios.

En la actualidad, existen dos áreas que lideran el desarrollo de la inteligencia artificial. La primera es la tecnológica, que se refiere a la fabricación de dispositivos digitales optimizados que se encuentran en asistentes virtuales como Alexa y Siri, así como en aplicaciones para automóviles como Waze y Google Maps, entre otros, y en diversos electrodomésticos. La segunda área; es la médica y robótica, donde se han creado máquinas capaces de realizar tareas complejas, como diagnósticos y procedimientos quirúrgicos  de corazón, próstata, riñones y ginecológicos, mediante el robot Da Vinci, con menos riesgos de infecciones, sangrado y dolor.

Sin embargo, las autoridades del Fondo Monetario Internacional anunciaron recientemente que la inteligencia artificial podría reemplazar a más de 300 millones de trabajadores, principalmente aquellos de mayor edad y menores ingresos. Un hecho que aumentaría la desigualdad socioeconómica en el planeta. Por lo que, es importante que la ciencia y la tecnología sean reguladas para que la inteligencia artificial ofrezca más beneficios y cause menos daños a la humanidad.

Finalmente, recordemos que estamos en un tiempo de aumento de los casos de COVID-19 y de auge de la inteligencia artificial, por lo que considerar cuidadosamente nuestras decisiones, y “Pensar rápido, Pensar despacio”, como sugirió  Daniel Kahneman, en el título de su famoso libro, el primer y único psicólogo ganador de un Premio Nobel, por sus experimentos y contribuciones en el ámbito de las decisiones y el juicio humano.

Nota. Llegue mi agradecimiento al Chatgpt versión avanzada por su apoyo para producir este audio tema. Los invito a consultarlo.

** Este artículo puede ser escuchado en audio en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván en Spotify.