En el año 2022 la Fundación del Español Urgente, Fundéu RAE, escogió la expresión “inteligencia artificial” como palabra del año. Fue seleccionada por su importante presencia en los medios de comunicación durante ese año y por el debate social que generó en razón de los notables avances registrados en este campo y las consecuencias éticas derivadas.
La Inteligencia Artificial (IA), está aquí, está adentro, invade nuestras vidas no solo por su existencia sino también porque todo el mundo escribe, opina y tiene algo que decir sobre un tema que sobrepasa el entendimiento promedio de los usuarios. Todos, del motoconchista a la persona mas encumbrada, utilizan el concepto de IA, sin que en realidad sepan siempre de lo que hablan. ¡La IA es tendencia!
Desde el lanzamiento del Chat GPT en noviembre de 2022 da la impresión que la IA entró de golpe en nuestras vidas a pesar que ya había penetrado paulatinamente en toda una serie de actividades.
Así, el algoritmo de Google prioriza las respuestas a nuestras preguntas, Facebook nos propone sus publicidades acordes a nuestros gustos, y Waze nos salva de los entaponamientos de manera eficaz. La robótica figura en el currículo de varias escuelas y, por ejemplo, en agricultura y medicina la IA está ganando terreno con grandes éxitos.
Sin embargo, se siente una aceleración exponencial de esta tecnología que ha venido a arroparnos y quizás intrigarnos. Frente a esta agitacion, el presidente Luis Abinader anunció en el mes de abril que la República Dominicana tendrá este año su propia Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial.
Los rectores de seis universidades dominicanas se reunieron recientemente para pronunciarse sobre este tema que genera a la vez inquietud y entusiasmo porque combina la innovación con la proximidad de la inteligencia humana, hecho que tiene un impacto a nivel personal y social.
Odile Camilo Vincent, rectora de la Universidad Iberoamericana (UNIBE), indicó que la llegada de la inteligencia artificial es un tema que ocupa y preocupa a los usuarios y a los formadores. Sin embargo, todas las universidades presentes están desarrollando programas, herramientas y capacidades vinculados a la Inteligencia Artificial que es a la vez una oportunidad y una aliada para las altas casas de estudios como lo es para las empresas.
Para el FBI, la utilización criminal de la Inteligencia Artificial debería ir en aumento en paralelo con la adopción y democratización de los modelos de IA. Por eso para la policía federal la IA es una prioridad nacional.
Dejar a máquinas y a sistemas de ayuda la toma de decisiones puede presentar graves problemas éticos. Los programas pueden disponer de una lógica fría; sin embargo, un sistema alimentado con una masa de datos que provienen de discursos humanos no ofrece forzosamente garantías de objetividad.
Aplicados de manera mecánica los algoritmos pueden aumentar los prejuicios y crear sistemas discriminatorios o tomar decisiones inaceptables éticamente para un ser humano. La máquina no siempre es suficiente. Las decisiones necesitan una intención humana y ética de preferencia.
Como toda innovación prometedora, la IA deberá ser regulada y varios países han empezado a legislar sobre este tema. Los expertos reconocen que no hay un consenso sobre si sería mejor distintos regulaciones a nivel regional o una sola regulación mundial.
Las preguntas están al orden del día: ¿Cómo evitar una mayor confusión entre la verdad y la mentira? ¿Cómo educar en Inteligencia Artificial? ¿Cómo gestionar los problemas de ética cuando no se puede parar la innovación? ¿Cual sera el impacto medio ambiental de la IA? ¿Qué efecto tendrá la IA sobre el empleo?