Esta guerra cruel, nacida de una falsa verdad o de un fintar o hacer y fingir al mundo que el problema no es con Ucrania, sino con la OTAN y su amenaza nuclear de seguridad al pueblo ruso. Esta justificación, esgrimida por Vladímir Putin, para hacer la invasión de agresión, constituye a su vez, el mayor y más alto relativismo moral de posverdad enarbolado por Putin y su crimen de lesa humanidad sin sentido. Carente, por demás, de esencias de verdad y respeto por la vida en Ucrania. Esta falsa verdad de razón significa la mayor ofensa de posverdad a la inteligencia y cultura del mundo occidental civilizado.

El hacer, en el deporte, de donde adquiere su connotación el término fintar, y de manera específica del futbol, implica en esta actividad deportiva chutar o patear el balón con un movimiento fingido en una dirección y ejecutarlo en dirección contraria.  O, en el beisbol, el pícher que se cuadra para lanzar a home, pero lo hace hacia primera con la intención de engañar (analogía originaria de Rodríguez F.R).

Con esta misma analogía y lógica, de forma despiadada; se lanza la devastadora invasión rusa al pueblo y nación ucraniana, guerra que por su dimensión genocida es colocada hoy, dada sus atrocidades, en el umbral de asesinato en masa. Barbarie rusa, imperdonable, acometida en pleno siglo 21, sin precedente desde el post II guerra Mundial.

El constructivismo ético y moralidad relativista del lobo siberiano enemigo de la paz, Putin, lo revela en su comportamiento como el mayor depredador de la vida humana, otras especies y el medioambiente.

“La Verdadera pesadilla culmina cuando la posverdad se naturaliza, se erige en sentido común o ideología invisible.”

Las anexiones e incorporaciones de las llamadas regiones y pueblos ocupados por la invasión a Ucrania, hacen que lo que es no sea, es decir, que territorios soberanos de Ucrania sean declarados por soberanía de posverdad rusos. Raúl Rodríguez en su texto Máscaras de la Mentira, El Nuevo Desorden de la Posverdad; lo aborda de una forma interesante, veamos:

“Así pues; allá donde vayamos a buscar, en cuanto el hombre se pone a fabricar algo se levanta la sospecha de que amplía las cosas del mundo con un oscuro propósito, de que se toma la molestia para obtener algo, de que con ese artificio suplantará algo que es o que simulará que no es, pero que parece, y de que intentará disimular su intento, porque esa mentira que sospechamos esconde un secreto mayor (Rodríguez F.R. p.75)”. fin de la cita.

¿Cuál es el secreto mayor que esconde Vladímir Putin con la guerra de agresión a Ucrania?

En su estructura lógico imperial de pensamiento de posverdad Putin interpretó que el establishment estadounidense padecía el mismo síndrome de decadencia que el de su presidente Donald Trump; por lo que se autoconvenció que había llegado la hora de precipitar el derrumbe y caída del Águila Calva Imperial símbolo de la libertad de USA (EE.UU.) y sus aliados en el mundo.

Los ictus mentales del presidente Trump en sus giras de Estado por el mundo, acompañadas de declaraciones y enervamientos de causales de disoluciones que promovieron desconfianza en el sistema electoral norteamericano (por fraudes). Como presidente en funciones, también, hizo el rol de ser el agente motivador del asalto al Capitolio de la Potencia Federada (EE. UU.). Y lo tristemente insólito, compartió con gozo y alegría con Putin el fracaso de las tropas norteamericanas y la forma de su salida de Afganistán o, como si fuera un chiste; las eufóricas felicitaciones a Putin por su movida al invadir Ucrania.

Lo más desconcertante y estrafalario del expresidente y su personalidad caótica, le puso la tapa al pomo. Al   exacerbar las intenciones del invasor ruso: cuando amenazó en sus propias narices a la Comunidad Europea y aliados con retirar las fuerzas militares norteamericanas y todo financiamiento a la OTAM.

Como si este cuadro atípico fuera poco en la conducta de Trump, proclamar en forma humillante como proclamó el entonces presidente, que europeos y Aliados tenían que pagar por su seguridad, no así; EE.UU. por ellos. Acto este que generó pánico de confianza en EE. UU en Europa y el mundo, al hacer cundir el sentimiento que en el argot internacional y derecho de las relaciones compartidas se interpreta como: “sacar la alfombra de debajo o soltar en banda”.

A Putin, le pareció que este desorden mental y de posverdad en el ejercicio de la presidencia de Trump al buscar ayuda extraña en él, siendo él enemigo archirrival de EE.UU., ayuda, con el único propósito personal de ganar las elecciones de su país. Además, otro comportamiento excepcional de vicios y decadencia de Trump que puso en tela de juicio el sigilo político y hermetismo presidencial en EE. UU.  al sustraer de forma irregular documentos ultra sensibles para la seguridad estadounidense.

Ante este desparpajo que acabamos de describir de Trump, constituyó a juicio de Putin, el mejor signo y razón que justificaba poner en marcha la reconstrucción de la antigua Unión Soviética (URSS 30 de diciembre de 1922).

Con esta actitud de Vladímir Putin alimentada por las mentiras verdades de Trump; se impone la era de la guerra militar empujada por las fuerzas de posverdad en Ucrania, citamos:

“Que la posverdad viene a coincidir en sus rasgos fundamentales con esta mentira banal que caracteriza Arendt parece fuera de toda duda. La carrera presidencial de Donald Trump en los EE.UU. ofrece un anecdotario riquísimo a veces por su boca o desde su cuenta de Twitter, otras veces por persona interpuesta de sus subordinados en el cargo (ibidem, p.35)”

Caiga quien caiga, atacar a quien se tenga que atacar, usar el arma que se tenga que usar e ir más allá de donde se tenga que ir, sin importar las consecuencias sobre el planeta y que la destrucción del mundo sea el precio a pagar. Es la forma en cómo se prefigura la nueva ideología de la posverdad en la sociedad contemporánea de ideología invisible de guerra en la cabeza de Putin, entendida y no de otra manera, como principio de una cultura de poder, mentira y muerte.

La operación especial como estrategia e ideología invisible de agresión es, más que todo, el grito de guerra de la nueva ideología de dominación y ocupación en la guerra de Vladímir Putin contra Ucrania y el Mundo.

Marta Sanz, en su ensayo La Mala Calidad, Educación, Verdad, Expresión. Recogido en el texto “En la Era de la Posverdad” 14 ensayos, marca al director creativo genio espiritual de Putin, en su ensayo-ponencia al construir una imagen opinión sobre el expresidente Trump de EE.UU. y establecer: “…este señor es hombre de negocio que ha sabido canalizar la rabia de los blancos pobres con un discurso racista, xenófobo y misógino que camufla su falta de imaginación política (p.52)”. Con un certero juicio y concepto de esta misma pensadora sobre la posverdad concluyo estas reflexiones de Pentagrama:

“La Verdadera pesadilla culmina cuando la posverdad se naturaliza, se erige en sentido común o ideología invisible.”

Op/ https://acento.com.do/opinion/donald-trump-del-desorden-mental-a-la-filosofia-del-caos-8899218.html

Rodríguez F.R.  (2017) Máscaras de la Mentira. El Nuevo Desorden de la Posverdad (1ra ed. 2017).  Adjuntament de Valencia, España. Ediciones Pre-Texto.

Calambur (2017) En la Era de la Posverdad, 14 ensayos. (1ra ed. 2017).  Barcelona, España. Editorial Calambur.