No salgo de mi asombro al presenciar la mejor herencia que pudo haber recibido Jandy Ventura de su famoso padre. No. No me refiero al dinero que habría dejado Johnny en bancos o en una caja fuerte. Ni a la casa familiar que corona un hermoso cerro cerca del río Isabela. Ni a los porcentajes que todavía genera la venta de sus canciones de fama inacabable. Ni a las propiedades inmobiliarias que pudo haber dejado en otros lados. Ni a los instrumentos musicales que por muchos años lo acompañaron. Nada de eso y de lo que me haya faltado. He preguntado por aquí y por allá y me dicen que también heredó su talento…(¡Qué bueno!).