Descubrir Sevilla es una aventura de riqueza histórica, y arranca por el origen de su nombre.  Ciertos historiadores afirman que los fenicios la llamaban «Spal» o «Ispal»; durante el imperio Romano pasó a llamarse «Híspalis». Los godos variaron el nombre latino a «Spalis». Luego los árabes la llamaron «Ishbiliya». Finalmente, la palabra se castellanizó como «Sevilla». (https://sevillasecreta.co/por-que-sevilla-se-llama-asi/ y https://etimologias.dechile.net/?Sevilla ).

Los registros históricos de Sevilla se inician en la Edad Antigua con pobladores fenicios. Posteriormente el sur de la península, fue invadida y controlada por los cartaginenses entre los siglos V y III a.C. Hacia el siglo II a.C. Roma ocupaba la totalidad del valle del Guadalquivir, creando la provincia que se denominó indistintamente como Hispania o Iberia.  La península fue objeto de las invasiones germánicas, entrando a formar parte del “reino visigodo” en los años 400s d.C.

Hacia los años 711 la península fue objeto de las invasiones musulmanas desde el califato omeya o de Damasco (una de las ramas descendientes del Profeta Mahoma); los omeyas establecieron primero un emirato y luego un califato en Córdoba, creando posteriormente Al-Ándalus como estado independiente.

Sucesivas divisiones entre los omeyas y las diferentes dinastías árabes, bereberes y muladíes, causaron una guerra entre ellos de más de veinte años, haciendo caer el califato de Córdoba y generando la creación de las “taifas” entre ellas la de Sevilla hacia el año 1023. (https://www.legadoandalusi.es/historia-de-al-andalus/)

Durante la Edad Media, entre los siglos XI y XIII los reinos cristianos del norte de la península ibérica lanzaron la Reconquista o las “cruzadas ibéricas” para “recuperar” Al-Ándalus, tornando el territorio en una “compleja red de pequeños reinos”, establecidos por toda suerte de personajes, incluyendo aventureros como el famoso Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid que se estableció en Valencia en 1094, cuyas hazañas se recogen en el poema épico del siglo XII “Cantar del Mío Cid”. (https://www.worldhistory.org/trans/es/1-17457/la-reconquista/#:~:text=La%20Reconquista%2C%20o%20cruzadas%20ib%C3%A9ricas%2C%20consisti%C3%B3%20en%20una,los%20hab%C3%ADan%20conquistado%20ya%20en%20el%20siglo%20VIII.)

Confieso mi lectura obligada y muy poco entusiasta de esta obra épica española sobre las aventuras y andanzas de Rodrigo Díaz de Vivar.  Nada en esa lectura me anunciaba que años después me fascinaría andando sus mismos pasos, en el lugar donde se ganó el nombre de “sidi”, señor en árabe, modificado a “cid”.  Agradezco a mi querido Padre Ángel (https://acento.com.do/opinion/hasta-siempre-querido-p-angel-8875495.html ) que nos haya obligado a leer la obra como parte de nuestra formación.

Siguiendo las pistas de la presencia de los omeyas, o quizás del Cid, anduvimos por la ciudad, cuya arquitectura transita por el estilo gótico y medieval, mudéjar, renacentista, neoclásico entre otros.

Calle de Sevilla. Foto propia.

Si hay un monumento en Sevilla que narra todos los secretos de la ciudad, ese es la Catedral de Sevilla.

Catedral de Sevilla. Foto propia.

La Catedral de Sevilla, cuyo nombre completo es la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Santa María de la Sede y de la Asunción de Sevilla, fue declarada Patrimonio de la Humanidad la UNESCO en el año 1987, junto al Real Alcázar y el Archivo de Indias.  Asimismo, fue declarada Bien de Valor Universal Excepcional el 25 de julio de 2010 y en 1988 el Libro Guinness de Records certificó que es la catedral gótica de mayor superficie del mundo. (https://www.catedraldesevilla.es/la-catedral/patrimonio-de-la-humanidad/).

Esta edificación levantada sobre las ruinas de la Mezquita Mayor de Sevilla, cuya construcción fue ordenada en el año 1172, y el alminar para llamar a la oración, actual torre conocida como La Giralda, fue originalmente levantada en el año 1184.

Según los registros históricos de la catedral, la mezquita sevillana se transformó en la iglesia de Santa María en el 1248.  La actual catedral se comenzó a construir en el año 1433 por orden del rey, y se estrenó en el 1507.  Se conservaron en la nueva Catedral la torre de La Giralda, el Patio de los Naranjos, así como la Puerta del Perdón de la antigua mezquita.

https://www.catedraldesevilla.es/la-catedral/catedral-de-sevilla-su-historia/

Catedral de Sevilla: la Puerta del Perdón y el Patio de los Naranjos. Fuente: https://www.visitarsevilla.com/wp-content/uploads/2019/11/patio-naranjos_2.jpg

La visita inicia con la subida a la torre La Giralda.  Te explican que son 36 rampas hasta la cima.  Yo con mi bastón subí la primera que tendría una inclinación de 45 grados.  Pero con solo dar un paso en la segunda rampa me percaté que si quería seguir disfrutando el paseo tendría que renunciar a lo que para mí era una desafiante empresa.

Catedral de Sevilla: La Giralda.  Foto propia.

Una crítica constructiva a los monumentos que visité en las ciudades de Andalucía es la inaccesibilidad física para personas con limitaciones o dificultades motoras.

Sin pretender ser experta en el tema cito que el Decreto 293/2019 de Andalucía contiene normas de accesibilidad que contienen excepciones que dejan bastante laxo el criterio de cumplimiento en el artículo 1-b) el cual dispone textualmente:

Que las condiciones físicas del terreno o de la propia construcción o cualquier otro condicionante de tipo histórico, artístico, medioambiental o normativo, imposibiliten el total cumplimiento de la presente norma y sus disposiciones de desarrollo”.

Avanzamos con la visita de la planta baja y mi hermana Cristina maravillada, me preguntaba una y otra vez cómo fue posible coordinar de manera continua a través de un siglo, una capilla tras la otra, un altar tras otro, cuáles serían las obras de arte que la decorarían, el estilo, los portones de hierro forjado.  Un auténtico ejemplo de “continuidad de estado” bajo la autoridad del rey, y del indiscutible poder de la Iglesia Católica en esa época.

Catedral de Sevilla. Foto propia.

 

En la próxima entrega continuaré con mis impresiones sobre la Catedral de Sevilla y su enlace con la República Dominicana.