Ceremonia de graduación. Imagen de la colección de Duleidys Rodríguez

El término de fotografía escolar hace referencia a una diversidad de imágenes que tienen el ambiente escolar como denominador común. En este sentido, puede decirse que representan un género propio. No obstante, existen dos vertientes de la expresión: una, para aquellas destinadas por el sistema de instrucción pública para mostrar las edificaciones, los interiores de las escuelas públicas y sus formas de organización y otra; las que fueron realizadas por la escuela -inicialmente colegios privados- en donde la institución se muestra a sí misma, razón por la que abundan las fotografías de actos de graduación, celebración de fiestas patrias, actividades internas, fotos grupales y retratos.

En los inicios de la fotografía escolar, existe un evidente predominio de las tomas en grupo en las que los estudiantes lucen acompañados de los docentes y directivos, muchos de ellos con una actitud de timidez y asombro que permite intuir que podría ser su primer contacto con el aparato fotográfico. “A partir de 1950 la fotografía se personaliza y se generalizan las imágenes de un solo escolar sentado en una mesa y rodeado de útiles académicos (pluma, libro, cuadernos, esfera, mapa de España), una iconografía que se apoya en el retrato individualizado y cuidado, en una escuela dotada de más medios pedagógicos[1].

En la República Dominicana, según la escritora Jeannette Miller, los primeros registros muestran que la llegada de la fotografía se hizo a través de inmigrantes cubanos a principio de la década de 1850, siendo A. Hartman el primero en llegar a la isla en 1851.

La fotografía escolar en el país tuvo sus inicios a principios del siglo XX. Algunas de las publicaciones realizadas por los coleccionistas dominicanos Miguel D. Mena, Sócrates Solano y Duleidys Rodríguez, muestran imágenes que reflejan el nacimiento y desarrollo de la iconografía escolar. Los registros más antiguos que se conservan corresponden, sobre todo, al período de la Primera Intervención Militar Norteamericana y responde a una política explicita del gobierno interventor de mostrar los aportes realizados en el sector educativo relativos a la modernización de las infraestructuras de los planteles educativos y el mobiliario escolar. Con frecuencia, se tomaban fotos de los planteles escolares a ser remodelados para consecuentemente ilustrar el antes y el después de la edificación.

Posteriormente, en el trujillato, hubo una política explicita de mostrar un ambiente ordenado, pulcro y homogéneo que promovía los ideales de rectitud, orden y moralidad. Se priorizaron las tomas que sugerían orden y disciplina, por ello los escenarios de izamientos de bandera, recreación de clases en el interior del plantel con el maestro como centro y la pizarra como tecnología estelar.

La maquinaria dictatorial utilizó la escuela como un espacio de adoctrinamiento y construcción de una ciudadanía obediente, nacionalista y sumisa al poder centralizado, por lo que las fotografías de la época deben mirarse desde este contexto coercitivo. En ellas, cobra sentido la rigidez de las poses adoptadas por docentes y estudiantes, la recreación de un escenario que permite intuir lo que se espera de la educación: el maestro, de pie, en posición jerárquica; los estudiantes atentos, a veces con una de sus manos levantada en indiscutible gesto de encontrarse siguiendo la lección y que está interesado en aprender; las aulas bien equipadas, ordenadas y limpias; estudiantes debidamente uniformados y vestidos con impecabilidad; con frecuencia, un retrato del dictador colocado en posición destacada en una pared del aula.

Es una constante que los gobiernos utilicen la fotografía escolar como un discurso que muestra su ideal de progreso y modernización. Para algunos autores esa vocación narrativa podría hacer de la fotografía escolar un hecho literario. No debemos olvidar que, lo que llamamos memoria social, aquello en la que un grupo de personas se reconoce compartiendo una historia común, también puede ser manipulado y modificado desde un ámbito exterior con unos fines específicos.

Aunque la fotografía de perfil no estatal, es decir, aquella que sale de la propia institución educativa tiene un carácter más espontáneo, los investigadores de la Biblioteca Nacional de Maestros en Argentina nos advierte que:

“Sin embargo, la individualización que el dispositivo escolar habilita, no opera por identificación de los rasgos singulares de cada niño, sino más bien, por la contratación de cada alumno respecto a una norma. Esa norma, construida históricamente sobre la base de las descripciones psicológicas, médicas, pedagógicas de la naturaleza infantil, rige las miradas y las prácticas que la escuela despliega sobre la infancia y produce el cuerpo escolar que se imprime sobre el cuerpo infantil.”[2]

La primera publicación sobre fotopostales acerca de la República Dominicana la realizó el historiador Bernardo Vega, en el año 1981, bajo el título de Imágenes del ayer. En la misma, aparece una imagen bajo la descripción de: “La familia del maestro de escuela”, donde se distingue una figura con apariencia de prestancia acompañado de esposa e hijas. Posteriormente, en 1988, aparece la segunda parte: Más Imágenes del ayer, en donde aparecen 25 imágenes relacionadas con la escuela dominicana. Estas fotografías fueron tomadas por el historiador de diferentes publicaciones de época tales como: Cromos, El Gráfico, Mefistófeles, Blanco y Negro, Pluma y Espada, Cuna de América, Fémina, entre otras.

Los escenarios en lo que se efectuaron las fotografías recopiladas por Bernardo son sobre todo de exteriores: desfiles de estudiantes, paradas escolares, inauguración de planteles, ceremonias de graduación y clases de gimnasia al aire libre. Las fotografías de interior, por lo general reflejan la convivencia entre maestros y alumnos dentro de las aulas.

En una próxima entrega abordaremos la fotografía escolar como fuente documental auxiliar.

[1] La fotografía escolar: otra forma de ver y conocer la historia de Asturias.

[2] http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL006725.pdf