La Educación Superior de la República Dominicana vive en estos momentos una fase singular. Más de 30 instituciones de este ámbito participan del proceso propio de la Evaluación Quinquenal. La evaluación indicada se desarrolla del 31 de enero al 18 de febrero. Es un proceso liderado por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Está orientado a evaluar y a verificar las condiciones institucionales de las universidades y de los institutos de educación superior que participan en el proceso. No todas las instituciones de este ámbito participan al mismo tiempo en la evaluación quinquenal, sino que están agrupadas de acuerdo con una diversidad de criterios previamente establecidos por el ministerio. En atención a estos criterios, se han organizado en tres grupos. Actualmente, participan en la evaluación las instituciones de educación superior registradas en los grupos 2 y 3.
Es una experiencia que se desarrolla cada cinco años e involucra, de manera activa, a todo el personal de las instituciones implicadas. De este modo, se genera un proceso reflexivo-crítico capaz de movilizar a los diferentes actores y sectores que forman parte de la vida institucional. Ninguna de las instituciones participantes puede sustraerse de los procesos que rigen el protocolo para la organización y el desarrollo de la evaluación quinquenal (EQ). Es una tarea obligada que le permite a la institución de educación superior encontrarse con ella misma y constatar qué cambios cualitativos se han producido en su interior; qué mejoras demanda su accionar y qué aspectos o dimensiones requieren atención prioritaria.
Lo más relevante de este proceso de evaluación es que permite a las instituciones participantes una mirada integral del estado en que se encuentran la gestión institucional, la gestión académica, la investigación, la vinculación con el medio, la realidad de los estudiantes, del personal académico; de los servicios y estructuras de apoyo institucional y el aseguramiento de la calidad. Cada una de estas dimensiones constituye un foco de atención individual y colectiva. Esta mirada crítica facilita la construcción compartida de nuevas rutas para afirmar y reimpulsar los hallazgos positivos. Facilita, también, la identificación de oportunidades para redimensionar la misión institucional. Posibilita, además, el diseño de nuevas estrategias para reorientar los aspectos más rezagados y frágiles.
Las instituciones de educación superior del país deben celebrar la ocasión que les permite evaluar sus procesos y acciones. Los cambios y transformaciones que experimenta el mundo requieren instituciones académicas con mayor consistencia. La calidad de la educación superior dominicana requiere una articulación estrecha entre investigación y evaluación. Si se le presta atención sostenida a estos dos campos, el aseguramiento de la calidad se convierte en cultura institucional. Este es el reto de las instituciones de educación superior, para superar la reproducción de discursos y prácticas. En más de una ocasión se lee y se escucha en los medios que las instituciones de educación superior de la República Dominicana están obsoletas, que son simuladoras. Se plantea que su forma de educar y su producción científica empobrecen la formación de los estudiantes y las competencias de los docentes. Planteamientos de esta naturaleza se pueden desmontar acogiendo, con lucidez y tesón, los resultados de la evaluación quinquenal. Todas las instituciones participantes deben asumir, con el mayor rigor, las conclusiones que deriven de los resultados de la evaluación.
Una postura abierta a los procesos evaluativos favorece cambios cualitativos demandados por la sociedad y por los actores de la educación superior. Pero los resultados no bastan por sí solos; requieren toma de decisiones de calidad, que garanticen la aplicación de estos, acompañados de una estrategia de seguimiento sistémico. ¡Que las instituciones de educación superior se abran a cambios cualitativos para avanzar y dejar atrás la obsolescencia!