Identidad pulverizada,
desdoblamiento personal,
carencias irresueltas,
enojo ante los dones del prójimo,
triste erosión del yo.
Yerro inconfesable,
rebeldía oculta,
hipocrecía nerviosa,
zancadilla voladora,
mentira bordada.
Señor, libéranos de la envidia,
perdona los temores a los dones de los otros,
robustece la autoestima de todos,
fortifica la búsqueda del bien,
ensancha nuestro corazón,
enséñanos cómo amar sin barreras,
danos el espíritu de la conversión.
Ayúdanos a encontrarte en el éxito de las personas.
Haz que nos habite la paz ante los avances humanos.
Impulsa nuestra capacidad de admiración hacia los otros.
Haznos disfrutar el triunfo ajeno en un clima de verdad.
Absuelve nuestro pensamiento mezquino.
Dispón nuestra voluntad para acoger en libertad.
Santo Domingo, 8 de septiembre de 2024