Tengo la certeza que la mayoría de los dominicanos saben el significado de la palabra light, proveniente del idioma inglés, esta ha sido acuñada en nuestro lenguaje aplicándoselo a todo aquello que es muy superficial, sin importar si se trata de personas o cosas. Hace referencia a algo que está vinculado con la superficie y que las posibilidades de llegar hasta la profundidad son casi imposibles o no se quiere que avance hasta un determinado nivel de conocimiento o profundidad. Hoy tenemos alimentación light y parece que hasta el amor es parte de la superficie y no de la profundidad.

Esa palabra también ha entrado a formar parte de nuestro estilo de vivir, ha penetrado en nuestra generación, me refiero aquellos que estamos viviendo la madurez o el otoño de nuestra existencia. Se ha introducido con fuerza en todos los ámbitos en que nos desenvolvemos y por supuesto también en la educación donde nunca debió haber penetrado, se ha hecho parte consustancial de ella.

No hay áreas o niveles donde esta no haya penetrado. Hacer el trabajo en las aulas cada vez se está volviendo más difícil, angustiante y estresante, especialmente para los profesores y académicos de larga experiencias en los salones de clase, de manera muy especial cuando se requiere hacer uno de los mejores ejercicios, nos referimos   trabajar para desarrollar la capacidad de pensar.

En la gran mayoría de los centros educativos, sin importar el nivel no parece importarle mucho lo que está pasando, lo cual defino como muy grave. Lo que está saliendo de las aulas en ese nivel de escolaridad vienen con serias deficiencias, las cuales quisieran poder remediar en las propias universidades. Estas instituciones no están para esos fines. Esa grave situación está empujando a las universidades a bajar el nivel, lo cual debe ser tomado muy en serio, simplemente el gran perjudicado lo será el país. Se pierden pilares fundamentales en construcción y avance de la sociedad, citamos algunos de ellos: La capacidad para desarrollar el pensamiento, renunciar a fomentar la lectura y con ello la pérdida de la capacidad para analizar situaciones del diario vivir, entre otros pilares importantes.

Para mantener el ritmo de crecimiento económico de los últimos años es necesario profundizar ahora y de manera muy especial en la enseñanza de las ciencias de la naturaleza, las matemáticas y la lectura, sin ellas no hay esperanza de que se pueda llegar a un puerto seguro, garantizando con ello un desarrollo indetenible y el mantenimiento de una tasa de crecimiento económico que gradualmente vaya eliminando la pobreza extrema.

Observando con los ojos de un profesor de ciencia (física) no veo un panorama muy esperanzador. Si tuviéramos la capacidad de predecir cuál sería el crecimiento económico del país en las próximas décadas y para ello contáramos con el aporte de nuestro sistema educativo y que este se mantuviera como está en este momento no tendríamos que cambiar nada porque todo está bien y nuestras preocupaciones carecerían de asidero. Sin embargo, una evidencia del retroceso lo he probado al impartir un examen de la misma asignatura y los mismos temas que había impartido cinco años atrás a grupos actuales obteniendo resultados descorazonadores y muy preocupantes.

El crecimiento económico de hoy se sustenta en las plataformas profesionales de las generaciones pasadas, si no se dan pasos de avance, el retroceso es inevitable. lamentablemente sin darnos cuenta nos estamos comiendo la herencia que construyeron las

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generaciones que nos han precedido. Tenemos muchas evidencias con la desaparición de importantes herencias familiares que desaparecieron en la segunda generación y a la tercera no le llegó nada, conformándose con la frase de consuelo «mis antepasados fueron ricos»

El mejor camino para mantener el ritmo de crecimiento económico es fortalecer la educación, más que un asunto de estado, debe ser un asunto de conciencia y compromiso por todo lo que esto implica.

Las experiencias vividas nos han enseñado que el país siempre tiene que mantener vínculos de dependencia de las grandes potencias y de las principales fortunas que imponen reglas para salir beneficiados de muy diversas maneras, con proyectos de inversión, colocando personas de su confianza en posiciones relevantes de la administración pública. ¿Habría un interés real en mejorar nuestro sistema educativo, sabiendo el poder liberador de una buena educación? Ciertamente hay sectores de mucha influencia que de manera sincera apuestan a un mejoramiento de la educación, hay otros que definitivamente eso no está en su agenda.

El desarrollo impulsado por las generaciones venideras, no tengo muchas esperanzas de que pueda ser logrado con personas que han hecho del término «Light» parte de su filosofía de vida, ese no es el camino que debe seguirse para hacerse competitivo, tampoco tendremos una educación de calidad, ni hablar de la escasa base cultural que todo estudiante debe poseer, la cual no está garantizada con una educación carente de profundidad.

Son muchas la preguntas que podemos formularnos y casi adelantarnos y saber cuáles son las posibles respuestas. Por ejemplo:

Si partimos del nivel secundario, hoy nivel medio, sería muy oportuna la pregunta ¿Cuántos libros han leído los estudiantes durante ese periodo de cuatro años o visto según el nuevo ciclo de seis años? Esta pregunta puede ser extendida hasta el nivel universitario. No me atrevería a preguntar si han leído obras de los grandes clásicos de la literatura universal, prefiero dejarlo ahí y no seguir torturándome.

¿Serían capaces de hacer una operación sencilla de matemática sin hacer uso de una calculadora?, por ejemplo: sacar la raíz cuadrada de los números que tiene cuadrados perfecto   menores de cien. ¿Poseen la capacidad de relacionar aspectos fundamentales de lo aprendido en la escuelas y universidades con problemas que se presenten en su entorno o fuera de él?

No soy de los que pregona que los tiempos pasados son tiempos deseados, eso no es totalmente cierto. Sin embargo, quizás por no tener tantos distractores era necesario dedicar mucho más tiempo y esfuerzo a la formación de los estudiantes. En diferentes lugares, me refiero a centros educativos donde el maestro responsable del curso está dedicado a su celular y no al trabajo con sus estudiantes y ahora que ha hecho su entrada triunfal la Inteligencia Artificial creo que hemos completado el triste panorama para tener la educación light que tenemos hoy día.

Es muy penoso lo que estamos viviendo en las aulas, a veces he pensado en la fábula del agricultor que decía que iba deshierbando y detrás iba la hierba creciendo, en definitivas su predio nunca estaría limpio lo cual obstaculizaba el crecimiento de los frutos que había plantado con tanto esfuerzo e inversión de sus pocos recursos.

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Se luchó por el 4% para el presupuesto de educación, fue una lucha global, era muy difícil que un sector, sin importar su estrato social no se integrara a la lucha para que se le diera cumplimiento a la ley. Las expectativas que se tenían y las promesas que se hicieron, creo que la hemos recibidos como grandes frustraciones. Hay que estar en las aulas para tener el convencimiento de que no estoy exagerando.

Durante muchos años hemos escuchado que ofrecer una educación de calidad era cuestión de presupuesto, como esto no ha funcionado como se esperaba, ahora se dice que es cuestión de voluntad política de los ministros y hasta del gobierno central, más bien creo que debe ser cuestión del ministro que tiene un marco legal muy amplio que le permite ejercer los controles y los mecanismos de supervisión de la calidad que está saliendo a la calle y llegando a las universidades o insertándose en alguna actividad laboral. En el peor de los casos que hubiera evidencias de que alguien, nos referimos a sectores que estén saboteando el trabajo del Ministerio de Educación porque le resulte más beneficioso a sus intereses económicos o de otra naturaleza una educación light.