La educación en derechos humanos parece que ha pasado al terreno del olvido en la República Dominicana. Los centros educativos, las instituciones universitarias y las organizaciones de la sociedad civil han descuidado su responsabilidad en este campo. La carencia de atención sistemática a este aspecto queda reflejada en los resultados de la Encuesta Nacional de Derechos Humanos (ENDH 2022), aplicada por el Defensor del Pueblo. Este estudio indica que el 54.4 % de la población no tiene conocimiento de los derechos fundamentales que consagra la Constitución de la República Dominicana. De igual manera, sostiene que solo el 3.25 % tiene conocimiento de todos los derechos. Estos porcentajes tan dispares han de provocar en las autoridades y en los educadores conscientes una acción que transforme la situación.

 

Es inadmisible que lo reflejado por la ENDH 2022 se asuma como una información más. La ignorancia de la población en materia de derechos humanos afecta el desarrollo de los ciudadanos y del país. Una sociedad con una población que desconoce sus derechos fundamentales está expuesta a la colonización permanente en todos los órdenes. En este contexto, no le puede extrañar a nadie la frecuencia con la que se escucha a muchas personas desear la vuelta del estilo de Trujillo y de Balaguer al poder. Tampoco puede extrañar el índice delincuencial en esta pequeña nación. El desconocimiento de los derechos por las personas las convierte en objeto de las acciones más viles y denigrantes.

 

El desconocimiento de los derechos propios crea distancia de lo que significa ser persona. Son, simplemente, cuerpos que habitan espacios sin saber por qué, para qué y con quiénes se relacionan y conviven. Si en la sociedad tenemos un porcentaje tan elevado que vive en estas condiciones, la esperanza de cambios cualitativos se torna difícil. ¿Cómo impulsar el desarrollo humano sin que las personas conozcan sus derechos? ¿Qué fundamento y alcance tiene el macro desarrollo económico del país, con un alto porcentaje de la población inconsciente y manipulable? ¿Qué hacen las instituciones públicas y privadas para propiciar en sus empleados el conocimiento de sus derechos? Estas instituciones y las organizaciones de la sociedad civil necesitan asumir con más responsabilidad la formación en derechos humanos.

 

Asimismo, tanto en Educación Básica como en Educación Superior, se debe poner más empeño en que los estudiantes, docentes y personal administrativo conozcan el contenido de la Constitución de esta nación y se apropien de él. Es tarea y compromiso ineludibles. Ningún sector se puede sentir satisfecho con ese porcentaje de ciudadanos que vive como una veleta de políticos, empresarios, dirigentes gubernamentales y religiosos. Este año preelectoral es propicio para la alienación extrema de las personas. Por ello este período es, también, un tiempo adecuado para intensificar la educación en derechos humanos y la profundización de los que contempla la Constitución nacional. Los Medios de Comunicación Social han de asumir un compromiso más visible con la educación en derechos humanos.

 

En este marco, también las redes sociales deberían asumir como estandarte el conocimiento y la defensa de los derechos humanos. Trabajar en esta dirección es garantizar un desarrollo humano y social sostenible. Además, supone un mayor bienestar para la sociedad. El ideal es avanzar de la tarea de educar en derechos humanos al compromiso de convertirlos en experiencia cotidiana. Pero, al menos, celebremos que se pueda asumir como tarea.