“Desear” metas, logros; o “tratar” de que se realicen cosas…, para el año 2022, por ejemplo; es, a mi juicio, tener una mirada realista. Sobre el futuro, algunas personas creen que saben lo que va a pasar y planifican con cierta certeza como si pudiesen suceder tales cosas.
Se acostumbra en determinadas sub-culturas a decretar las cosas para que sucedan; ese optimismo puede tener una influencia psicológica de sugestividad, de imprimir pasión a lo que queremos suceda. Pero he visto muchas personas unidas orando, mandando vibraciones al universo para fortalecer que sucedan deseos, y no es posible; yo digo: ¡A Dios! ¡A la Diosa! ¡A las vibraciones espirituales!, no se gobierna.
Son cuestiones de fe, de metafísica, de interrogantes, sobre lo que se desconoce bastante. Pero existen teorías, propuestas…como la de la sincronización, la ley de la atracción…que tendrán sus leyes, requisitos…y debe ser todo un arte, explicaciones, condiciones, para desenvolverse en ese universo de creencias.
Carlos Vallés es un sacerdote jesuita español que residió unos 50 años en la India (falleció en el 2020). A través de la lectura de su libro Al andar se hace el camino: El Arte de vivir el presente, hace unas décadas, fui impresionada por esa concepción de la cultura oriental y su concepto de aceptar la realidad sin pretender asegurar con certeza el futuro. Escribió que para parte de la cultura oriental es chocante nuestra mentalidad occidental de expresarnos sobre el futuro como algo seguro de que van a suceder las cosas.
Uno esta reflexión a una parte de un escrito de Eduardo Galeano en el texto llamado Nuevo Año:
“Así que, en estos días, cuando todos corran al supermercado y a los centros comerciales, ve al parque, camina lento, mira el cielo, escucha los pájaros, observa a los demás. Y dale la bienvenida a lo nuevo. Estás de estreno. Siempre”.
Fortaleciendo este concepto de hacer del año nuevo un estreno en cada instante, invito con este poema a amar a cada instante. Es mi manera de coincidir con Carlos Vallés y su invitación de ejercer el Arte de Vivir el Presente.
Amar
La añoranza no puede ser
porque estoy mirando la paloma que se atraviesa entre mis pasos
y me deleita el brillo del sol sobre sus alas.
Luego saboreo los pasos en solitario
organizo para que se aleje el desamor
escucho sonidos
y me hundo en sus pupilas tristes;
colchoncito soy, a veces,
por favor, descansa en confianza dentro del brillo de mis ojos
en los dibujos que digo son palabras.
Yo no quiero contestar
no quiero preguntas
es que estoy mirando las nubes
también tiendo la cama
huelo la flor
dejo que acontezca la suavidad del pelambre del gato
sobre los dedos de mis pies.
En el balcón se divisa el frondoso y alto pino;
se merece una mirada renovada.
En cada instante
solo hay tiempo para amar.