Ahora que medio mundo está en pánico por el ascenso de Trump a la presidencia de los Estados Unidos por segunda vez, que la extrema derecha está tomando país por país a toda Europa y que un Milei siembra la miseria en Argentina con tal de complacer la métrica del FMI, muchos se preguntan cuál es la naturaleza de esos cambios en el orden político y económico. La respuesta es sencilla, es el capitalismo en su expresión más pura, sin ningún tipo de disfraz, impulsando la codicia de las minorías de siempre (con Elon Musk como ídolo) y profundizando el autoritarismo en el orden político (disolviendo todo el orden político basado en los Derechos Humanos).
La supuesta división (pura fantasía) durante la Guerra Fría entre la democracia capitalista y la tiranía comunista, hoy se devela como el gran engaño ideológico. La destrucción de la democracia es hoy acuerdo implícito entre todas las grandes potencias: Estados Unidos, Rusia, China y Europa. Han comenzado suspendiendo la dignidad de los extranjeros y migrantes, negando los avances de las mujeres, aniquilando la libertad de pensamiento y expresión (elevando la mentira a discurso permanente), y por los visto continuarán con la prohibición de expresiones políticas de disenso y fortaleciendo discursos insensatos y fundamentalistas en todos los órdenes.
Recordemos que la esclavitud de hombres y mujeres africanos en América estuvo integrada en el sistema capitalista y que el proceso de emancipación fue debido a la menor productividad de la esclavitud con relación a las nuevas tecnologías de producción. La codicia, como motor esencial del capitalismo, no conoce límites en las formas de explotación y control político a la hora de buscar el mayor grado de ganancia. La dignidad humana es una farsa que el sistema capitalista usa a conveniencia, y ahora no le interesa. Destrucción de los sistemas de pensiones, eliminación de la educación y salud gratuitos para los sectores más pobres, expulsión de la clase media de la posibilidad de una vivienda accesible, en fin, todo lo que se consideraba como parte de un sistema capitalista desarrollado, hoy se devela que eran patrañas para mantener el control y que en la actualidad no se requiere “respetar derechos”.
El neoliberalismo, que inicialmente fue implementado en países de renta media y baja para que el gran capital internacional controlara sus recursos, luego se extendió a los países más desarrollados. Una vez disuelta la Unión Soviética, sin competidor a la vista (luego surgirá China), Wall Street pasó a destruir la clase media en Estados Unidos y Europa, generó la crisis del 2008 y posterior a ello fue disolviendo en varios países el Estado de bienestar y avanzando agresivamente hacia Rusia.
La pandemia sirvió para hacer un experimento global de control autoritario del planeta sin resistencia significativa y una vez salimos de ese drama se gestó la guerra de Ucrania y se le dio luz verde a la extrema derecha de Israel para perpetrar el genocidio de Gaza y avanzar contra Irán a través de sus aliados y posiblemente directamente (ese escenario no está del todo cerrado). La guerra de Ucrania ha servido para medir la capacidad económica, política y militar de Rusia (no contaban con el respaldo de China e India a Putin) y ha debilitado la economía europea obligándola a comprar energía mucho más cara (Rusia era un proveedor barato) y gastar más en armamento. Los europeos ven disminuir sus presupuestos sociales y acercándolos a un abismo político: la extrema derecha.
Para el gran capital la extrema derecha es un socio más confiable que los demócratas de izquierda o centro, ya que no respetan ningún derecho a la hora de garantizar la estabilidad de las grandes inversiones y el acumulamiento de grandes ganancias. La codicia reina, la inmensa mayoría de los seres humanos van camino de la miseria y la opresión. La respuesta a este escenario de las mayorías empobrecidas (aún más) y las clases medias en proceso de depauperación, sobre todo los jóvenes, hasta ahora ha sido girar hacia la extrema derecha. Lo que ocurrirá cuando las mayorías se enfrenten al poder reaccionario que los hunden en la miseria y los oprime de manera brutal está por verse.