La ‘camiona’ o vehículo usado en nuestro país para apresar haitianos y deportarlos, es una grave violación de derechos.
La camiona viola la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, de la cual nosotros somos signatarios: “El extranjero que se halle en el territorio de un Estado parte en el presente Pacto solo podrá ser expulsado de él en cumplimiento de una decisión adoptada conforme a la ley” (Art.13). La camiona viola también nuestra Ley de Migración 285-04 que reivindica ese principio, y establece además que a cada sujeto de deportación se le debe llenar “un formulario con los datos e informaciones que hayan sido posible obtener, en el cual hará constar los motivos de la deportación” (Art.131-a).
Nuestra ley de Migración dice también de manera solemne: “Todo extranjero que se encuentre legal o ilegal en el territorio de la RD, sobre quien recae una orden de expulsión, tiene derecho al ejercicio de las garantías que le otorga la ley” (Art.135). Dice asimismo nuestra ley de Migración: “Todo extranjero que se encontrare ilegalmente en la RD y que haya comparecido ante los tribunales dominicanos para la sustentación de su defensa por la presunta violación de la Ley, en el caso que el tribunal dictara una decisión de culpabilidad será expulsado inmediatamente del territorio dominicano” (Art.136). La camiona además demuestra discriminación en sus actuaciones, pues solo recogen haitianos negros, y nunca recogen inmigrantes ilegales blancos, ni cubanos ni venezolanos, y mucho menos gringos o europeos. Si eso no se llama prejuicio, entrego todos mis grados académicos para ser quemados, y me busco otro oficio.
Lo grave es que, si el inmigrante ilegal logra que le traigan RD$5000, inmediatamente lo sacan de la camiona, y si lo llegan a deportar, porque no consiguió el dinero, para regresar al país solo tiene que buscar esa misma cuota, de modo que se trata de una puerta giratoria que no resuelve nada.
En cualquier país, si te cogen tratando de entrar ilegal por la frontera, te devuelven, pero solo países con gobiernos fascistas o marcados por la discriminación racial hacen redadas para deportar ilegales. ¡Gracias a Dios que a los gringos no se les ocurre hacer redadas en New York, New Jersey, Miami o Lawrence, contra nuestros compatriotas!, pues entonces veríamos lo que duele el maltrato en el propio pellejo.
La cacería es tan fuerte que nuestros agentes se meten en las casas y en iglesias evangélicas para recoger haitianos supuestamente ilegales, pues cuando quieren llenar la ‘camiona’ no importa que tengan papeles, pues de todas maneras se los llevan, incluso algunas veces se cuelan dominicanos de tez oscura, que se confunden con haitianos.
¿Podemos cumplir con el inmigrante haitiano el mandamiento de Jesucristo de amar al prójimo como a nosotros mismos? ¡La ‘camiona’ hasta a Dios lo pone triste!