La República Dominicana cuenta con muchas instituciones longevas. Tienen muchos años de existencia; y esto las coloca entre las que muestran experiencia y compromiso con el campo del conocimiento y de la cultura, que constituyen el foco central de su misión. Entre esas entidades se encuentra la Institución Teresiana, organización fundada en el 1911, en España, por el humanista y pedagogo Pedro Poveda Castroverde. Su misión, la promoción humana a través de la educación y la cultura desde instituciones públicas y privadas. Trabaja para contribuir, desde los valores del Evangelio, a la transformación que requieren las estructuras en el mundo.
La Institución Teresiana inicia sus actividades en la República Dominicana, en 1954. Cumple 70 años de labor ininterrumpida en el país. Siete décadas de trabajo marcado por la alegría que emerge de un servicio con sentido, enfocado, preferencialmente en la formación de maestros. Esto no ha sido un obstáculo para incidir, desde la diversidad de profesiones de sus miembros, en otros campos de conocimiento y de las culturas. Son 70 años marcados por los avances y las fragilidades de la sociedad y de la educación dominicana. Es un período signado por un trabajo entusiasta y complejo; una inserción progresiva en el corazón de la educación dominicana y en realidades sociales vulnerables.
En la medida en que los años avanzan, puede ocurrir que se tienda al cansancio, que se experimente el desgaste. Sin embargo, estas siete décadas encuentran a la Institución Teresiana más ocupada y preocupada por la humanización y la calidad de la educación. La encuentra atenta a la necesidad de una sociedad más inclusiva y con oportunidades para todos. Es una institución que se mantiene despierta y con el deseo ardiente de aportar lo más y lo mejor para que la educación del país se caracterice por un sentido humanizante y un ejercicio docente íntegro. Por ello ha optado por una educación transformadora.
El trabajo de la Institución Teresiana en las Escuelas Normales, en el Instituto Véritas, en el Centro Cultural Poveda y en el Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda, constituye una expresión de un servicio corresponsable e inspirador. Su actuación, desde presencias individuales y profesiones plurales, como la medicina, la agronomía, el derecho, la odontología, el trabajo social y la comunicación, fortalece la tarea educativa y social de la Institución Teresiana y de la sociedad dominicana. Asimismo, sus aprendizajes, en la vida compartida en las ciudades en las que está presente- Santo Domingo, Santiago, La Vega; y Partido, Dajabón- la mantienen alerta y lista para servir. Pero su presencia en todo el país se evidencia en la labor magisterial responsable de los miles de exalumnos diseminados a lo largo y ancho del territorio nacional.
Un rasgo propio de la Institución Teresiana es su disposición al aprendizaje continuo, al contacto con Dios, el Señor de las ciencias. Una ciencia que ha de estar al alcance de todos y abierta a posibilitar el desarrollo de las personas, sin excepción de ninguna clase ni color; pero, con una clara prioridad, los más vulnerables. Por ello no descansa en su empeño por fortalecer el desarrollo de la sociedad dominicana. No descansa tampoco en su afán de proponer horizontes transformadores a los miles de estudiantes que se formaron y se forman con los principios y valores de la propuesta socioeducativa de Pedro Poveda. Es una perspectiva sociopedagógica para ser, para vivir una experiencia cristiana en el mundo, sin dejarse envolver por aquello que niega la vida y los derechos de los otros. Es una responsabilidad personal, institucional y social, para hacer este mundo más habitable para todos, particularmente para los más excluidos.
Darse sin gastarse parece un eslogan; pero no lo es. Es una expresión hecha vida por la Institución Teresiana, que celebra 100 años en el mundo y 70 años en la República Dominicana. Con humildad y gozo, disfrutamos todo lo vivido y aprendido. Agradecemos el apoyo, el estímulo y lo que nos han aportado y enseñado otras organizaciones y personas dentro y fuera del país. Desbordamos de alegría al recibir, como regalo en los 70 años, la apertura de la Parroquia San Pedro Poveda en la Villa Magisterial de Santiago de los Caballeros. Es una oportunidad más para formar desde la espiritualidad de encarnación y el compromiso con una educación integral, inclusiva y con equidad.