“… Esta crisis, a la que generalmente se presenta como separación entre sociedad y Estado, declinación de la confianza de los ciudadanos en los gobernantes, disolución del consenso o deterioro del sistema partidista, es efecto de una profunda subversión de las relaciones entre real e imaginario encaminada a disolver el arraigo de la política en la realidad social…”. (Mario Perniola: La sociedad de los Simulacros).

Las estadísticas oficiales exponen el espejo de la realidad sociodemográfica y socioeconómica de la sociedad dominicana. La Encuesta ENHOGAR 2021 con una muestra seleccionada de 32,154 y 28,132 hogares entrevistados, relievan el peso atroz, horrido, en pleno Siglo XXI del atraso social secular en que vive una gran parte de la población dominicana.

La Encuesta ENHOGAR 2021 visibiliza la enorme arritmia social y económica en que nos encontramos como nación. De un país que está situado como la novena economía de los 34 países de la región y que viene exhibiendo su crecimiento en los últimos 55 años. Los datos nos paralizan, no para el encuentro de constituirnos en nihilistas, sino para resaltarnos que somos una sociedad tradicional en todo lo que contiene la vida material, social y de identidad. Constituimos una sociedad dolida porque no nos reconocemos ni nos conocemos en todo lo que tiene que ver con la fragua identitaria, instancia medular para poder construir un proyecto colectivo de largo alcance, sostenible y de respiro.

¿Por qué somos una formación social enteramente tradicional, cuasi precapitalista, por el eje transversal de su existencia? Los datos que arroja la Encuesta ENHOGAR son propios de la pre modernidad, vestigios del Siglo XIX y los primeros 45 años del Siglo XX, en el mundo donde prevalece una democracia plena. Veamos:

1) El 46% de los hogares no recibe agua en su vivienda.

2) Servicio de agua en los hogares: Promedio de horas por día (Provincias).

  • Independencia: 6.4
  • Pedernales: 6.1
  • Hato Mayor: 5.7
  • Hermanas Mirabal: 8.8
  • San Pedro: 7.2
  • Barahona: 9.3
  • Azua: 9.7
  • Puerto Plata: 10.6
  • Samaná: 11.5
  • Distrito Nacional: 11
  • Santo Domingo: 11.2

3) La Provincia que más recibe agua por hora es Valverde con 20 horas promedio.

La falta de agua potable puede propiciar alrededor de 25 enfermedades que drenan y destruye la salud de un ser humano. La modernización como proceso de cambio no llegó en los últimos 25 años. Eso hace que la deuda social acumulada se extrapole potencialmente por el aumento de la población. En un mundo donde prevalece la sociedad en red y los diferentes mecanismos de integración social que generan nuevas formas de cohesión social, y esferas paradigmáticas que hacen posible la conexión para articular, vía el capital social, mejores prácticas de cooperación y asociatividad que vinculen a las comunidades a ser protagonistas, no solo de sus necesidades, sino arquetipos de sus sueños y esperanzas, en una praxis redimida.

La voluntad de convivencia de la vida social, que es lo que caracteriza a una sociedad, se encuentra pesarosamente truncada, donde los niveles de interacción sociedad-Estado acusan una disrupción profundamente vertical. Sociológicamente, por las dimensiones económicas y sociales, una sociedad pre-industrial, con todo lo que ello trajo en el mundo, en las condiciones materiales de existencia de la humanidad.

El nivel educativo, medido en la distribución porcentual de los jefes o jefas de hogares por sexo, es el siguiente:

a) Postgrado, Maestría o doctorado: 2.5 mujeres. 1.6 hombres.

b) Universitario o Superior: 26.3 mujeres. 20.6 hombres.

c) Secundaria o Medio: 29.0 mujeres. 32.1 hombres.

d) Primaria o Básico: 37.6 mujeres. 39.4 hombres.

e) Ninguno: 4.2 mujeres. 4.8 hombres.

Estas informaciones nos indican como país cómo andamos con respecto al capital humano y en gran medida con el capital intelectual y, por consiguiente, la forma de relacionamiento con la fuerza de trabajo y el mercado de trabajo. Tenemos más personas ocupadas que se encuentran en el grado de Primaria y Ninguno que de universitario o bachiller. Solo el 49.3 de los seres humanos que ingresan a la educación básica terminan el bachillerato. El 85% termina la básica quedándose fuera el 15%, en la Era del Conocimiento y de la Información. ¿Qué trabajo pueden conseguir?

Las brechas, caracterizadas en la desigualdad, exclusión y marginalidad, se ponen de manifiesto con toda propiedad cuando vemos el Acceso a Internet de dispositivo electrónicos en los hogares: 1) El 46.1% de los hogares con acceso al servicio de internet aumenta en función de los grupos:

  1. 9 % en los hogares del grupo muy bajo.
  2. 1, en los grupos muy alto.

2) El 75.4% de los hogares no tiene computadora.

Las características de las viviendas nos colocan en el hondo abismo de una sociedad lacerada por el atavismo más demencial desde la dimensión humana. Veamos según ENHOGAR:

  • El 84.9% de las viviendas ocupadas, el material predominante de las paredes es bloque o concreto.
  • En la Zona Rural el 77.6% de las viviendas tienen zinc. El 23%, subrayamos nosotros, viven en esta zona.
  • Como material predominante en el techo: 48.2% de las viviendas ocupadas del país, el material predominante del piso es cemento.

Donde existe un problema de identidad y de estar de espalda al Caribe es con relación a la autopercepción racial. ¿Qué nos dice la Encuesta ENHOGAR?

  • Mestizo o indio: 47.9
  • Moro o Mulato: 27.5
  • Blanco: 11.6
  • Negro o Afrodescendiente: 6.6
  • Asiático: 5.8.
  • No sabe o no Responde: 0.3.

La ideóloga dominante, que es la ideología de la clase dominante en cada época, se impone a las demás clases, empero, en nuestro país esa clase dominante no tuvo ni ha tenido un decantamiento con la identidad dominicana. Nos desfiguraron para alejarse de los colonialistas españoles y “pintaron” para negar nuestros ancestros afrodescendientes en un alto porcentaje. Dice la Encuesta ENHOGAR que desde el punto de vista conceptual el 82% de los dominicanos y dominicanas es afrodescendiente. Sin embargo, solo el 6.6% se ve así.

Aquí, ni siquiera tenemos una concepción elitista de la cultura, mucho menos, vista la cultura como una forma de cohesión social, como expresión viva de la diversidad y el eje articulador para comprender la gestión de los conflictos. La integración social, así, se diluye, se difumina y penetra en las hendiduras del malestar en la cultura. Para hacer hincapié sobre el peso de una sociedad tradicional y de la enorme transformación de la composición de la familia, la dimensión de las características económicas y composición porcentual de la población, a pesar de que hay más mujeres que hombres, tenemos que la Población económicamente activa está constituida por:

  • Mujer: 43%.
  • Hombre: 57%.

Solo en la categoría de empleados del Gobierno hay más mujeres que hombres: 54% y en Trabajadoras (e) domésticos: 93.2% mujeres y solo 6.6% hombres. Una sociedad que discrimina fuertemente a la mujer, desconociendo el Artículo 39 numeral 5 de la Constitución acerca de la igualdad. El mundo contemporáneo nos encontró fuera de la modernidad, que como muy bien lo explica Salvador Giner, tiene que ver con la movilización social “con los ligámenes de los individuos con las instituciones culturales, económicas, políticas y primarias preexistentes son erosionados y rotos, de modo que estos vienen a estar libres o disponibles para nuevas formas de conducta o socialización”.

Se expresa, diríamos, en el “reclutamiento de sus individuos y recursos en la sociedad en general, y no según criterios de localismo, regionalismo, o por razones étnica, clasistas, o de afinidad política”. En la modernidad cuenta más la competencia del individuo, su valor intrínseco con relación al mercado de empleo y de trabajo.