Programa Nacional de Lucha contra la Pobreza (PNLP)

En nuestro país, cada vez que arriba un presidente de la República la industria terminológica se pone en marcha con nuevos bríos : se inventan un eslogan distintivo del gobierno, una sigla emblemática para cada acción, un gran nombre para cada deber del Estado. 

Así, en estos ya largos años de democracia en República Dominicana, el hacer se les consume en el nombrar a los presidentes de la República. Fue lo que sucedió durante el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004).

En ese gobierno, a la inversión social —lo que debió ser una rutina del Estado y una obligación del presupuesto nacional para abastecer y mantener el funcionamiento de la sociedad sin crisis, sin grandes traumas —se le llamó Programa Nacional de Lucha contra la Pobreza(PNLP).

En el discurso de rendición de cuentas de los Cien días de gobierno, Mejía propuso dos medidas que le permitirían obtener más dinero a fin de cumplir con el Programa Nacional de Lucha contra la Pobreza, al tiempo de combatir la corrupción, su segundo gran objetivo de gobierno:

  1. Disminuir el gasto público: plan de austeridad.
  2. Aumentar los impuestos.

Desde que se inició la democracia en 1963, esas dos medidas han sido las recetas mágicas de los gobiernos. Cada gobierno anuncia un plan de austeridad que nunca cumple y cada gobierno, desde su primer año, inicia una carrera en aumento de recaudación mediante el incremento de los impuestos a la población.

Esa fue la doble fórmula de Hipólito Mejía cuando afirmó:

“Ajustado el gasto, se necesita ahorrar un esfuerzo que nos permita elevar los ingresos del gobierno”.

¿Ingresos para qué? Para combatir la pobreza. Ningún gobierno anterior había hecho alarde con tanta vehemencia como lo hizo Mejía con respecto a la lucha contra la pobreza.

Ese gobernante acuñó un glosario de expresiones y términos con significados de tipo social orientados a describir la naturaleza de su gobierno, cuyo lema principal era “Primero la gente”, heredado del extinto líder del Partido Revolucionario Dominicano, José Francisco Peña Gómez.

El discurso pronunciado por Hipólito Mejía el 15 de febrero de 2001, “La política social del gobierno”, recoge el conjunto de significados de la política contra la pobreza.

He aquí los principales conceptos:

  • Política social
  • Lucha contra la pobreza
  • Pobres
  • La esperanza de la gente
  • Generar oportunidades de ingresos
  • Generar empleo para los desocupados
  • Mejorar las capacidades de los miembros de la familia
  • La participación de los pobres
  • Ganar espacios que no ha ganado la pobreza
  • Diseño de una política social
  • Asistencia social
  • Seguridad social
  • Política social coherente y decidida contra la pobreza
  • Poner fin a la cadena de pobreza en la nueva generación
  • Por una nación de niños sanos y educados
  • Por una nación con seguridad social para todos
  • Primero la gente
  • Desarrollo con rostro humano
  • Política con rostro humano
  • Un futuro humano

En ese discurso el presidente Mejía reiteró el objetivo central de la política social de su gobierno: disminuir la pobreza. Planteó que la consigna enarbolada en la campaña electoral “la esperanza de la gente”, no fue sólo un mensaje de campaña.

A ese respecto recordó que en el pasado todos los políticos dominicanos pronunciaron discursos contra la pobreza y a favor de los pobres, pero sólo de manera teórica y demagógica:

“Durante décadas los políticos dominicanos hemos pronunciado cientos de discursos en los que teorizamos sobre cómo reducir la pobreza. Si por discursos fuera, en el país no habría un solo pobre. Pero lo cierto es que la reducción de la pobreza y la mejoría en la distribución del ingreso no se producen con buenos discursos y buenas intenciones. Ha llegado la hora de pasar del discurso a la acción”.

Ante esa realidad del pasado, Hipólito Mejía se presenta como el Mesías de la lucha contra la pobreza. Asumía ese mesianismo como una: “manera de honrar la ideología socialdemócrata por la cual vivió nuestro siempre recordado doctor José Francisco Peña Gómez”.

En concreto, la lucha contra la pobreza en el gobierno de Mejía se limitó, a partir del discurso demagógico , a medidas asistencialistas y a los programas rutinarios del Estado Dominicano en materia de educación, salud, alimentación, empleo, etc.

Obsérvese en esa oportunidad, al inicio de su gobierno, en qué consistió la política social proclamada. Se declaró la educación como una prioridad. Mejía afirmó en ese discurso:

“La educación es la vía esencial que tenemos para librarnos permanentemente de la pobreza. Es también la vía para alcanzar el crecimiento económico con equidad que conduce al desarrollo integral"

Y a seguidas dispuso las siguientes medidas a desarrollar durante el año 2000 en el área educativa:

–Desayuno escolar: un millón 450 mil niños y niñas provenientes de hogares pobres.

–40 mil bicicletas a estudiantes aprovechados de las zonas marginales, urbanas y rurales. 

–1,250 becas de postgrado para maestros en gestión de centros. 

–Ampliación del Programa de Educación Integral para beneficiar a 20 mil niños pobres. 

–Programa masivo de asistencia médica en las escuelas: 350 estudiantes en edades de 5 a 10 años. 

–200 mil uniformes; 6 millones de libros para un millón y medio de estudiantes. 

–El importante Programa de Alfabetización de Adultos que beneficiará a 98 mil personas. 

–El Programa de Capacitación de Maestros y Directores de Centros, que abarcará 25 mil personas. 

–Construcción de 4 mil nuevas aulas y centros escolares y el equipamiento completo de estas in

¿Acabar con la pobreza o con los pobres?

La lucha contra la pobreza, el primer gran objetivo del gobierno de Hipólito Mejía(2000-2004), se derrumbó de la manera más desastrosa: la crisis bancaria colapsó todo el sistema económico del país.

 La prima del dólar se elevó a niveles nunca visto, la inflación se disparó como nunca y la pobreza arropó aún más a los pobres y a toda la sociedad dominicana. Una generalizada sensación de penuria primaba al final de ese mandato.

 La cruel realidad daba pábulo a innúmeras expresiones amargas , agridulces y jocosas en las que la población se preguntaba a manera de calambur, si en verdad, cuando Mejía decía que iba a acabar con la pobreza lo que pretendía era acabar con los pobres del país.