Poema

A: Remedios y Zahir, líricas extensiones de mi ser.

Franklin Chahín, soporte cuerdo de mi espanto.

Médar Serrata y León Félix Batista, maestros alucinados del poema.

José Mármol, por el pedazo de vida, en el verso compartido.

 

Diríase que paga al espacio con bellos actos exactamente iguales, y que con el talón acuna las efigies sonoras del movimiento. Paul Valéry

…como pura hybris (orgullo sacrílego) e impiedad… Fiedrich Nietzsche


I

Contemplemos pues la obra del reposo

Exhausta en voluptuoso torbellino

Agotada en el racimo de la piel

De un tobillo sacrílego y celeste

Transfigurado

Tardío de azafrán en Circe

Semejante al eje inmóvil

Que mira hacia Hermópolis Auker

Como ahogados gemelos inferiores

De altísimos espejos

Porque Ella estaba en ti oh movimiento

Andrógina drogada bailando entre fulgores

A través de la estructura altiva y desgarrante

De las cosas vacías

Con un palio de pus pintado sobre el seno

 

Bailaba Oh Bailaba

Como cisne que florece en el reposo

Agotado fulgor transido de misterio

Ingrávida deidad de convulso paraguas

Zafando el otro Iat del cuarzo limpio

Descansaría inmóvil

En el propio centro de su movimiento

Aislada, parecida al eje

O al punto vertical del exterminio

–variedad celeste del reposo–

Enajenada   imposible

Más altiva que el caos moviendo el aura

Danzando entre sudores para que Auni

Alertara el muslo la sierpe transformada

Del vigor la incesante mudanza del celo

Excepto por ese punto, el inmóvil

Punto, no habría danza

¿Dónde retornar entonces

La diferencia

La vacía otredad arrebatada

El instante y su agónico exterminio?

Allí  solamente hay danza

Excitarse es enajenar la diferencia

Abolir las huellas

Corporizar el aquelarre de lo estoico

Gótica heredad del hueso

El rostro que especula en el ojo y también danza

-la Idea transfigurada-

Y zafa el ojo

La pelvis colgada de un diamante del balcón

El baile inmóvil

Como un mantra agonizante

El pecho   el seno   la palma vacía allí

Disuelven el punto detenido    centralizan

El potro erguido de la perfección

 

Oh melodía    liviandad de fijas formas

Música en las ostras desatadas

Otro mágico Brahms esbelto en el tropiezo

Vibrante de las sucesiones

En fugaz incandescencia y trazo arbóreo

Hechizo del daimon transfigurado

De la carne   don con manía

Hechicera que perece

Sin ascenso ni bajada

Libación pura en el práctico temblor

Instantaneidad concentración y reposo

Moviendo una pierna en la plegaria de la luz

Y el pubis pascaliano de la ausencia

 

Oh desdichada temblorosa

Trenza del cuerpo alado de la sangre

Del mágico arco misterioso y loco

Hechicera inmóvil

Hija del fervor y el aquelarre

Púrpura esquizia tendida en otra sombra    liana

Embriagante de la fuga

Lúdico satori alucinado

No aunarás saliva del dedo del paraguas

En reposo

                                           -oh deseosa en cauteverio

erótico misterio del seno intorable

desbordamiento aterrador monotonía?

Tua goce manantial ciego de llanto prolongado

Mi angustia bajo espuma distiende hacia la llama

Intimo socrático

Gnóstico phármakon que libera su libera su danza

 

En la efusión helada de sus pies

Enjambres substrayendo

La emanación del soma

Pervirtiendo flujos del licor ofrecido en libaciones

Se encadenan ebrios todavía los amantes

–la consumación es casi alucinada–

Yo sé del temblor de las resplandecientes

Noches de sus trenzas ahítas supurantes

Eléctrico élan que libera su voz

Inerte como un arpa o como un alto lirio

En armónica luna

Oh bailarina

–esencia helada de la fiesta

en la superficie de lo sucedido–

Imperturbable arquea allí tu bellísima forma

Movimiento exterior escondido

Aprehensión de lo invisible que se extingue

–bailando entrecruza su karma

 

Contemplad el misterio de su danza

Sólo líquido fluyendo al exterior

El ser la nada tantísimo hondo tantálico tántrico

Como esas volatineras que tuercen

Las bestias rodando por el canto

De púrpura encarnado el lamento

En su relente resbala

En superficie adolorida

 

¿Dónde retornar entonces el ritmo el ala

Tu pecho erguido en el matiz

Arco polimorfo que persigue?

Danza vamos a las pasarelas escondidas

Estrictísimo incorpóreo punto enamorado

No a ese tierno simulacro que te tiende

Esa tersa hilandera de la sombra

Detén la infalia informe

Reblandícimo de tu ardor

Después furiosa arroja hacia el vacío girando

El muslo los cabellos colmados

El ansia tu fulgor

Ánfora sigilosa de la sangre

Vete a danzar mujer del nadir

Y enciende los frutos vacíos

Y desretorna atravesando