III

En lo alto de la rosa

Gira el huésped

Y su giro

Transfigúrase vacío

Transparenta el caos

Del fruto que derrama

En el ritmo alucinado de la fábula

Del cisne en desconsuelo

Su templanza hereda

Agoniza a oscuras

Como el abismo descompone su prodigio

El alto palio que en el dedo

Memoriza    temor

De un reposo enloquecido

Bajo el mantra de unos senos temblorosos

 

Fui al alba y encontré

El velo de la Hermosa

La brisa que nos hace semejantes

Ella ironizó

Y viró el sueño hiperreal

Más danzantes

En la niebla

No nos detendremos

Frente al sol

Y el vaso roto de la arteria

Y jamás diremos su veneno

Que él mismo esparció

En ánforas danzantes

 

Infame movimiento

Escapa en su visillo

Como lo fugaz

Donde todo es impiedad de mundo

Que perece

En el cuerpo

Fingido de la voz

Para tensar los duendes insidiosos

Esos que mueren en su emanación mejor

Para que sea el deseo

La privación de su fijeza

La fumada quietud

Que mi cuerpo beatifica

Como terso cadáver

Se desangra

 

IV

Se extiende el anagrama

Inesperado de la luna

En el cristal flotante y perpetuo de la savia

Furiosa de la prenda

Las lágrimas más finas

Objeto del deseo perenne del desastre

Escucha     aquello es flauta vuelta aliento voluptuoso

Figura del ojo de la danza

 

Qué no habrá sido de ti

Mechón petrificado en el reloj

Andrógino tacón alto

Fugitivo por las ánforas de lunas fluorescentes

Un bastón en el brazo y el lucero del vaso

Sobre el pubis de la Intrusa

La Sedienta lleva el aura de la lámpara viajera

La ilusión correspondiente del despojo

Allí dentro el temor tumultuoso de un ahorcado

Y el desvelo axial del enano

Con lebreles    cibeles y bacantes

 

 Danzamos en colores silogísticos

Centauros retorcidos

El pálpito de duras efusiones

Y el ojo en morbidez    varar cetáceo

Hubieras deseado

El estro pervertido de tus manos

Fijar de todo un pie remolinar convulso

Equilibrio pesa-nervios con arpas de golpes asustados

Y un candil en el viento    estrictísimo del cuerpo

Cicatriz del ojo del linaje

Fusión de lo inmanente en sí difuso

 

Boca es laca sobre todo

Topo largas simetrías

Y así salinidad soportable indefinible

Espectáculo tan leve

De tus senos tumultuosos

Y rodillas prolongadas

El muslo extremo en trance inciso del incesto

El múltiple perfomance inhalado del ardor

La ubérrima embriaguez de imperfecto equilibrista

Oh glacial la noche aquella

Delicada encarnación de su perfume

Y el pacto simulado con el ojo

 

V

A través de las formas de todas las criaturas

Va un espacio vacío

Insinuación del contacto de la Imagen

Que embellece los cuerpos

Sentimiento plegable de un asombro

A través del estuario de la creación un preludio renace

Y la Hermosa rompe el centro   escápase colgada

                                                                       [de la ofrenda

Extraviado remolino de su esfera   ¿acaso hay otros
ámbitos de gozo y melodía?

Redondo un rostro asciende    lirio nipón blando

Inicua delgadez de un exceso buril de pronto se dispersa

O ya  me atrae   Eso mismo es el  peligro   extensión

De un living desdén de ella por la nuca   furiosa prenda

ya me atrae

 

VI

Ella mordió por fin apresuradamente

El mágico polvillo de los celebrantes

De un férvido violín enloquecido

En el arco de sus senos

Sin pezuñas ni pelvis

Sucios los arcos sucios o pintados

Tatuajes sin polen por el tacto

Su amor su ardor su saliva derramada

Entre sudores mirándose entre sí

El pelo del presagio

Del espanto de su sombra

Ella también huyó

Por las escalas escondidas    disfrazadas del acorde

Porque todo silogismo es fijación y es muerte