Estamos a pocos metros de alcanzar la meta en la carrera para obtener la Presidencia de la República. Mañana son las elecciones presidenciales y congresuales.

Alguien dijo que esta ha sido la campaña más aburrida. Yo difiero, es posible que haya sido la más aburrida, pero la más impertinente.

Soy un poco ermitaña, vivo dentro de mi casa, salgo poquísimo, pero no por eso me siento ni sola ni aburrida. Me despierto de madrugada, primero leo los obituarios por si conozco a alguien, luego todos los periódicos nacionales y algunos extranjeros, después hago unos cuantos crucigramas y por último subo a mi azotea a regar las plantas de mi jardín.

Como mi vida es tan metódica, además de cocinar, que es mi gran pasión, veo muchas películas en las mejores plataformas. También “intruseo” en el Facebook de mi hijo, que me lo ha dejado fijo en mi computadora, para que pueda ver lo que publican.

Abro mi correo, aunque soy como el coronel, no tengo quien me escriba, pero quien sabe, la esperanza es lo último que se pierde. Cuando cierro me salen una serie de titulares que llaman mi atención. Siempre relacionado con los artistas internacionales, me gusta enterarme de tantas curiosidades, pero hay un problema, entre artista y artista me sale Omar Fernández. Como este joven es aparente, en días pasados voy viendo los artistas y me sale él. Me dije, “pero este me parece muy conocido”, parece que ya sí que estoy perdiendo la chaveta.

Siempre me gustó el cine, por lo que estoy feliz de poder ver las películas en mi casa sin tener que movilizarme. En medio de las películas que estoy viendo, cuando más interesantes están, la interrumpen y me salen: Luis Abinader, Leonel, Abel. Suerte que no me sale Vargas Maldonado, pero, estoy JARTA.

Sí, tengo una pena y por qué no, envidia. Mi amiga Idalia me dijo que Leonel la ha llamado tres veces a su casa para que vote por él.  Cuando se lo dije a mi hijo me dijo que me esperara, me puso su celular a escuchar a Luis Abinader que lo había llamado, también para que vote por él.  Hoy me doy cuenta de que no soy importante, ni tomada en cuenta. No solo soy como el coronel, tampoco nadie tan notable me llama.

La campaña puede que haya sido aburrida, pero no nos podemos quejar, porque hasta la iglesia católica con su representante farandulero, y quien tanto ha metido la pata, no se ha quedado atrás diciéndole a sus fieles por quien votar.

Yo no he estado en la iglesia porque a pesar de ser católica, ni a misa voy. Y, según leí en los periódicos, tenían una Eucaristía especial en la catedral con los candidatos preferidos y recomendados.

Puedo asegurar que la campaña en los medios de comunicación virtual, en YouTube, Nétflix, Prime, en medio de las películas, me tiene hasta la coronilla.

Con relación a la iglesia, diré como hubiera dicho el padre Avelino, “Que Dios nos encuentre confesados”.