El arco de las Antillas mayores constituye un caso sui generis en el contexto regional de América Latina y el Caribe y quizá del mundo. Cinco distintas naciones con historias y relaciones con el mundo exterior y entre sí muy diferentes, pero entrelazadas por el peso determinante de la geopolítica, la historia y las políticas regionales de los imperios coloniales y posteriormente de Estados Unidos. Cuatro islas y cinco historias y regímenes totalmente diferentes. Cuba, Haití, Santo Domingo, Puerto Rico y Jamaica.
Cuba, es la historia y la realidad de una revolución nacional popular triunfante en 1959, que en la aplicación del programa nacionalista de José Martí, inconcluso en 1898, retoma un enfrentamiento con las políticas neocoloniales de Washington. La confrontación del gobierno fidelista y la agresividad de EEUU y la oligarquía destronada cubana, produce un proceso que en medio de la geopolítica de los años 1960, la guerra fría, lleva al gobierno revolucionario a buscar alianzas con la URSS y el entonces “campo socialista”, incluyendo China, Vietnam y los demás países, y a una radicalización que lleva a la implantación de un gobierno muy similar al del socialismo real pero también muy diferente en algunos aspectos.
Los primeros años de la revolución fueron inclusive de distanciamiento de las políticas de Moscú, incluyendo las críticas intensas de Fidel al arreglo entre Jruchschov y Kennedy en octubre de 1962 en medio de la crisis de los misiles, hasta el fracaso del zafra de los 10 millones en 1970, que obliga al gobierno fidelista a alinearse geopolíticamente en la orientación de Moscú. Se abandona el apoyo al foquismo y la lucha armada en la región con algunas excepciones como Nicaragua. El proceso cubano, que ya cumplirá 65 años, produce una sociedad muy igualitaria, una economía ineficiente y totalmente estatizada, servicios sociales de primer nivel, como educación, salud y cuidados sociales, con una tendencia autoritaria basada en el paradigma estalinista del partido único.
De otra parte están las dos repúblicas de la isla de Quisqueya, Isla de Santo Domingo o Isla de Haití. La más antigua república latinoamericana, producto de una revolución antiesclavista única en la historia, que sucesivamente es hija de la revolución francesa de 1789, de la contrarrevolución napoleónica del Consulado que intenta restablecer la esclavitud en Haití y que sufre el más brutal aislamiento de las potencias coloniales, encabezadas por Francia, pero también por Inglaterra, España y EEUU. Que ocupa la parte oriental española, la antigua colonia de Santo Domingo, transferida por España a Francia en 1795, y sufre de la imposición de unas reparaciones financieras para los esclavistas franceses a partir de 1825. El pago de esas reparaciones condiciona toda la historia de Haití desde 1825 hasta 1947 y podría decirse que hasta el presente, un periodo de imposición de la llamada “doble deuda” y la quiebra del Estado haitiano en el siglo XIX y su continuación con la sustitución del control financiero de Francia al control financiero de los Estado Unidos desde inicios del siglo XX. Hoy Haití está sumida en un pobreza y un caos social e institucional producto de esa historia y las invasiones y ocupaciones de Estados Unidos desde inicios del siglo XX y la voracidad de una “bourgoisie compradore” incapaz de tener un proyecto de gobernabilidad para el país.
Santo Domingo o República Dominicana a partir de 1844, experimenta un proceso de interacción con Haití y la colonia francesa de Saint-Domingue desde antes de la independencia haitiana en 1804, la guerra contra Francia a quien España había cedido su ex colonia en 1795, para recuperar su soberanía sobre Cataluña, Navarra y el País Vasco pérdidas en las guerras revolucionarias contra la Francia jacobina. Los criollos españoles llevan a cabo una guerra para expulsar el dominio francés y restablecer el dominio español que triunfa en 1809 –guerra de la reconquista- y hasta 1821 la metrópoli no se interesó en recuperar la antigua colonia de Santo Domingo y se vivió un periodo llamado de la “España boba” por 12 años. En diciembre de 1821 los criollos declaran una independencia efímera que es anulada por la ocupación por parte de la vecina República de Haití desde 1822 hasta 1844. De nuevo los criollos hispanistas derrotaron a Haití y declaran la independencia en 1844 hasta 1861 cuando vuelven a anexar el territorio a España y se desata en 1863 la guerra de independencia más masiva y popular de la historia dominicana –la guerra de la restauración- con la ayuda activa del gobierno de Haití. En la última parte del siglo XIX se inicia la aparición de los capitales norteamericanos y la transformación del país en una neocolonia de EEUU. Ambos países, Haití y Santo Domingo son ocupados militarmente por EEUU desde 1915 el primero y desde 1916 el segundo para imponer la agenda de los intereses azucareros y de Wall Street en el cobro de las deudas de ambos países.
Finalmente está el caso de Puerto Rico y Jamaica. Puerto Rico pasó a control directo de los EEUU al concluir la guerra hispano-americana de 1898, y hasta nuestros días es un territorio no incorporado de los Estados Unidos. Una colonia de Estados Unidos. Puerto Rico posee una cultura y un pueblo completamente hispano-antillano, igual que Cuba y Santo Domingo. Las etapas del dominio norteamericano de Puerto Rico y las luchas intensas por la autodeterminación y la independencia son muy desconocidas en el resto de la región y queremos visibilizar la situación histórica y actual de Puerto Rico.
Jamaica fue un territorio colonial británico hasta 1962 cuando, cuando se independizó y desde entonces tiene un régimen parlamentario muy similar a las otras islas antiguamente inglesas. Muy conocida por sus atletas de alta competición, por su ron, su café, por sus músicos de Reggae como Bob Marley, y por su turismo, pero poco sabemos de la realidad política y social de esta isla situada en mismo medio del Mar Caribe a poca distancia de Colombia, de Cuba, de Haití y de Centroamérica. Explorar la realidad política jamaiquina será un reto en el camino de la integración. Jamaica es uno de los líderes del grupo conocido como CARICOM (Caribbean Community) en la que se organizan las antiguas colonias británicas y holandesas.
El Caribe tiene los países más distintos y menos conocidos de América Latina. Cuando en Europa y particularmente en España y Francia se piensa en Latinoamérica, no se piensa en esta realidad de Frontera Imperial, con la excepción de Cuba. Las fuerzas armadas de EEUU, presentes permanentemente en la región, operan el llamado “Comando Sur” desde Miami. Un brazo militar del imperio que interviene cuando considera necesario y que evalúa los “desafíos” a la dominación imperial. A esto hay que agregar que El Caribe es la salida natural del Canal de Panamá, paso interoceánico fundamental para el comercio y el control militar. Conocer e integrar esta frontera imperial, es una obligación de las fuerzas progresistas y del cambio en todo el arco antillano, y en América Central, México, Sudamérica y los países hermanos de África y Europa.