En el siglo XXI se necesita más que nunca la colaboración pública-privada para lograr resultados positivos en beneficio de la sociedad. La búsqueda de soluciones efectivas e integrales a los problemas nacionales requiere una comunicación y escucha asertiva constante del sector público y privado. No es razonable suponer que exclusivamente desde uno de esos sectores se obtendrán los mejores resultados para la solución de los desafíos que tiene nuestro país.
Ejemplos recientes de éxito donde la sinergia y colaboración del sector público y privado han demostrado lograr resultados extraordinarios, es el caso del turismo, de la reactivación de la aviación, y de los temas logísticos, para lograr convertirnos en un verdadero hub, por mencionar algunos. No es casualidad que, en esos casos, desde el sector público y privado han puesto los intereses colectivos y del país por encima de los particulares, actuando de manera planificada, colaborativa y transparente.
En medio de una sociedad y entorno global cambiante, los gobiernos como la sociedad se encuentran en un punto de inflexión que exige una reflexión sobre las responsabilidades y funciones de cada uno en la construcción de un futuro colectivo y sostenible. Actualmente, se ha vuelto imperativo incorporar valores y métricas que antes no se tenían en cuenta o simplemente no existían, como el compromiso con las futuras generaciones, la promoción de una sociedad inclusiva, adopciones de prácticas sostenibles, sólo por mencionar algunos. Estos pilares, entre otros, nos guían en nuestra búsqueda de un progreso equilibrado y duradero, que logre generar valor y riqueza para toda la sociedad.
Si bien uno de los principales objetivos concretos del sector privado es generar valor, y beneficios en sus proyectos y para sus accionistas, hoy en día, se amplía para todas las partes interesadas o stakeholders del proyecto, que incluye, por ejemplo, a sus colaboradores, suplidores, comunidad, responsabilidad y compromiso social, entre otros. Por eso creo que el enfoque empresarial, como ha sido conocido hasta ahora, cada vez más se irá transformando para tener un mayor compromiso con la sociedad y sostenibilidad del país.
Por igual en el sector público, por lo menos desde la perspectiva del ámbito de la República Dominicana, donde el principio de subsidiariedad permea la actividad empresarial estatal, el enfoque de la Administración Pública debe concentrarse en una efectiva regulación colaborativa, técnica, profesionalizada, transparente y debidamente motivada, considerando y analizando las consideraciones que puedan tener los sectores e industrias que se vayan a regular, para poder elaborar las políticas públicas necesarias y efectivas para seguir transformando a la República Dominicana en un país de mayor oportunidades para todos.
Creo que como sociedad debemos enfocarnos en cambiar los hábitos que tenemos para poder evolucionar y acercarnos a lo que queremos convertirnos como país. Este enfoque requiere necesariamente la colaboración de lo público y privado. No es sencillo cambiar hábitos de décadas, en los que se ha sustentado la relación público-privada, muchas veces ineficiente y solo velando por intereses particulares, que no benefician a la colectividad. Las mejoras que se han experimentado serían solo temporales si no se incorpora como parte intrínseca de la persona, en este caso del sector público y privado, de lo que son o lo que quieren ser.
Los comportamientos de cada sector público y privado suelen ser un reflejo de su identidad. Lo que se hace es una indicación del tipo de “sector” o persona que crees que eres, sea consciente o inconscientemente. Cuando un comportamiento se encuentra completamente alineado, es decir, se cree, tiene la certeza y convicción con su identidad, ya no se busca un cambio de comportamiento, simplemente se actua como el tipo de persona o sector, que ya crees que eres. Por eso, propongo ese cambio de enfoque en la relación público-privada. Uno orientado a la colaboración, transparencia, objetivo común, y beneficio para todas las partes involucradas “Stakeholders”, que generar valor y riqueza para toda la sociedad, traduciéndose en un beneficio efectivo para las personas.
El antagonismo del sector público vs. privado es populista, inefectivo y retrógrado, por lo que no debe ser una narrativa, de cara a las próximas elecciones del año 2024. Los discursos extremistas en uno u otro sentido no son saludables para un efectivo y eficiente desarrollo. Trabajemos para apoyar y resaltar las relaciones positivas y simbióticas del sector público-privado y estemos alertas para cuestionar y condenar las perjudiciales, basado en criterios objetivos y profesionales.
Se deben seguir resaltando y comunicando efectivamente los proyectos y colaboración público-privada que han sido exitosos y mediante los cuales se comprueban fácilmente los beneficios para todos, ya que como es sabido la percepción puede ser fácilmente manipulada por los medios. La comunicación juega un rol importante para transmitir real y objetivamente los beneficios de los proyectos. Debemos comenzar a cambiar hoy lo que queremos construir como sociedad en el largo plazo. Esto toma tiempo, principalmente cuando existen comportamientos repetidos en el pasado y se tiene una concepción, aún sea equivocada, de cómo cada sector se comporta.
En definitiva, la colaboración y buena relación entre lo público-privado debe ser el norte a seguir en nuestro país, trabajando en común con objetivos específicos, sin dejar de tomar en cuenta la naturaleza da cada uno de ellos, y que habrá momentos en que las posiciones se distancian, pero la solución y su acercamiento se producen si existe un objetivo común en beneficio de la sociedad. Estoy seguro de que todos queremos un país más inclusivo, sostenible, y con mayores oportunidades, que se construya sobre la base del respeto, donde sea un orgullo vivir por la estabilidad, seguridad, y la mejor calidad de vida que se pueda obtener.
Muchas veces creo que no estamos tan conscientes del potencial que tenemos en República Dominicana y jugamos a perderlo. Solo hay que observar lo que sucede en algunos países de Latinoamérica. Concentrémonos en continuar trabajando juntos para desarrollar proyectos en beneficio de nuestros ciudadanos. Estoy totalmente convencido de que no existe un desarrollo efectivo de un Estado sin la colaboración público-privada.
Hoy día se requieren más infraestructuras y servicios públicos de calidad, siendo estos proyectos sólo alcanzables con una eficiente colaboración público-privada orientada a una efectiva regulación, transparencia, comunicación certera, inclusividad, sostenibilidad, tomando todos los stakeholders. Con un compromiso por el futuro, que permita una distribución de los beneficios para que la sociedad, las personas reciban los resultados directos de las iniciativas y proyectos que se ejecutan con la sinergia de ambos sectores. Sólo así podremos consolidar la confianza y aprovechar el potencial que tiene la colaboración público-privada para el desarrollo sostenible de nuestro país.