Algunos comentarios recibidos por la entrega anterior me motivan a continuar la reflexión sobre el tema de la amistad en las realidades presentes.

Siempre he establecido algunas diferencias con respecto al tema y una de ellas es la relativa que da título a la reflexión de hoy: “Entre conocidos, compañeros y amigos…”, y claro, no faltaba más en un mundo de “redes sociales”, los llamados “amigos virtuales”.

En sentido general, “conocidos” son muchos o muchas las personas. Desde que iniciamos nuestro proceso de toma de conciencia de quienes somos y por tanto, el reconocimiento del otro como alteridad, entramos en contacto con muchas personas distintas. La escuela es una de las instituciones que mayor y mejor colabora al respecto, como lo es el barrio para muchas otras personas. Mínimo nos pasamos doce, trece, catorce y hasta quince años interactuando con personas distintas según vamos avanzando en la institución escolar. De mis primeros años en la escuela tengo vagos recuerdos. Por supuesto, por múltiples razones distintas para cada uno, hay caras y nombres más recordados y en muchos casos, siguen siendo personas con las cuales mantenemos ciertas relaciones en el momento presente. La etapa de la adolescencia y la ruptura con el propio egocentrismo, los recuerdos de esas personas y el vínculo con ellas, se hace más notable. En mi caso particular, tras la caída del régimen trujillista y por supuesto, la situación política caótica que vivimos con notables incidencias en las escuelas, los vínculos se hicieron complicados. Aun así, de ese particular período conservo nombres y caras de muchas personas conocidas. Por supuesto, también conservo vínculos de amistad que aún llegan hasta hoy, pero en menor medida. Cada quien tiene una historia y una muy particular manera de recordar los vínculos entonces.

Conocidos muchos, compañeros de trabajo y de otras andanzas algo menos. Quienes entran en esa categoría lo hacen porque nos unieron o unen lazos generados por compartir responsabilidades y funciones dentro de determinadas organizaciones tanto del tipo social, como política o del trabajo. Por supuesto, hay un sinnúmero de personas que son incluidas en ese ámbito. Lo que suele suceder con muchas de estas  es que el vínculo está realmente determinado por el lapso y espacio que se comparte, con ligeras excepciones. De esa experiencia vivida pueden nacer relaciones de amistad más o menos duraderas y profundas. Sin embargo, en sentido general, el vínculo se acaba cuando el espacio temporal termina. Así, muchas de esas personas, con el tiempo, pasan a la categoría de conocidos. Por supuesto, que las horas y responsabilidades compartidas permite establecer vínculos más profundos que aquellos que establezco con quienes solo tengo un vínculo de conocimiento. No se puede obviar que las horas que se llegan a compartir con personas dentro de esa categoría pueden ser significativas. En mi experiencia personal mis casi doce años en el Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria y los casi treinta dentro del Ministerio de Educación, más los años en las universidades Autónoma de Santo Domingo y Nacional Pedro Henríquez Ureña me permitieron conocer y compartir con un importante número de personas.

En el trabajo se llegan a vivir momentos afectuosos que generan algunos vínculos afectivos pero que no necesariamente se convierten en amistad. La amistad es una categoría de relación más profunda en la cual las múltiples expectativas compartidas pueden llegar a ser intensas. Posiblemente por eso es por lo que “amigos o amigas” son, por lo general, unas pocas personas. La amistad es una categoría de relación que nos coloca uno frente al otro de una manera especial. Si esa relación es auténtica los conflictos la fortalecen más que debilitarla pues nos dan la oportunidad de mostrarnos cómo realmente somos; y cómo, a pesar de ello, mantener el vínculo afectivo por encima de cualquier desavenencia.

Desde mi particular manera de vivir la vida, del amigo o la amiga no dudo, aunque pueda sentirme “sorprendido u ofendido” en algún momento. Es normal si partimos de que somos personas muy distintas que construyeron de manera espontánea y libre el vínculo de amistad. Cuando esa amistad genera sentimientos profundos se hermana, pues los lazos se estrechan, se hacen más próximos.

Porque sé que todo en la vida cambia y se transforma, en un sentido u otro, reafirmo el valor de la amistad hermanada como una categoría de relación protectora frente a nuestros propios egoísmos y egos que en muchas ocasiones nos “ponen a ver lo que nuestro ego quiere ver y no la realidad tal y como es. Preservarla, alimentarla día a día, es una oportunidad para ensanchar nuestro ser posibilitando un ejercicio de amor más pleno.

En la realidad de redes sociales que vivimos hoy esta tan importante categoría de relación humana se ve un tanto desnaturalizada, simplificada y hasta cierto punto relajada por un simple clic o like como para llegar a decir que “somos amigos o amigas”. Las redes, en general, son una ficción que le hace a la persona sentirse parte de algo que, a final de cuentas, no tiene existencia real, que no genera historia con sentido que nos involucre interpersonalmente. Las redes sociales son en parte la manifestación social de la soledad. De una vida de y en burbuja que no hace más que restarle sentido al vínculo interpersonal.

Muchos jóvenes hoy viven esa vida solitaria ensimismada en la burbuja de las redes sociales. Siendo su vida la red, viven como realidad lo no real. Viven socialmente solos. ¿Cómo pueden construir su identidad sin el referente del otro?

Stromae*, u joven intérprete de origen belga que hoy suena mucho entre algunos jóvenes, tiene una canción “L´enfer” (El infierno) que pone al desnudo esta realidad de una juventud que vive inmersa en esa solitaria realidad social. Si la quieres oír dale clic a: ((72) Stromae – L’enfer (Traducida al Español) | vídeo oficial – YouTube)

Y dice:

No soy el único que está solo, eso ya es algo, y si contara cuántos somos… seríamos muchos. Esto es lo único en lo que he estado pensando, es una locura cómo tanta gente ha pensado lo mismo, pero ni siquiera eso me hace sentir menos solo, de hecho, he considerado quitarme la vida varias veces y no estoy orgulloso de ello. A veces sientes que esa es la única manera de silenciar todos estos pensamientos que hacen de mi vida un infierno, todos estos pensamientos que hacen de mi vida un infierno.

¿Soy el único que tiene la televisión encendida y está viendo el show de la culpa? Pero de vez en cuando hay que despejar la mente, aunque no muy a menudo, si no, hará que tu cabeza vuelva a dar vueltas y será demasiado tarde para hacer que pare, es en ese instante cuando me gustaría olvidarme de todo esto, de hecho, he considerado quitarme la vida varias veces y no estoy orgulloso de ello. A veces sientes que esa es la única manera de silenciar todos estos pensamientos que hacen de mi vida un infierno… todos estos pensamientos que hacen de mi vida un infierno. ¿Sabes? He estado dándole vueltas al asunto y no sé muy bien qué hacer conmigo, darle vueltas al asunto, ese es justo tu problema. ¿Sabes? He estado dándole vueltas al asunto y no sé muy bien qué hacer contigo. Darle vuelta al asunto ése es justo tu problema.

La vida social acompañada en redes o la soledad vivida socialmente, es un tema para profundizar más adelante.

Stromae, nombre artístico de Paul Van Haver nacido el 12 de marzo de 1985 en Bruselas, lanzó el 9 de enero 2022 L’enfer, un sencillo cuyo videoclip llegó a su canal de YouTube superando en tres días los 13 millones de reproducciones.