Recientemente visitaron República Dominicana un grupo de intelectuales, políticos, artistas de Puerto Rico, a raíz de la Feria del Libro, quienes aprovecharon para promover a la poeta Julia de Burgos, la que consideran la flor, su poeta nacional; y remozaron un monumento erigido en su honor en la capital dominicana con motivo de su centenario en 2014; y hasta estrenaron la película, Julia Vive, con una bella canción compuesta y cantada por el famoso artista Danny Rivera, puertorriqueño y dominicano, residente en este país.
Julia de Burgos, nació pobremente en un campo de Puerto Rico en 1914; justamente 16 años después de la ocupación de la entonces colonia española por Estados Unidos en 1898. Se hizo maestra rural, periodista, escritora y poeta. Su obra ha trascendido a continentes y ha sido traducida a varios idiomas.
La escritora y socióloga dominicana Cherezade -Chiqui-Vicioso relata que el profesor Juan Bosch,presentó a Julia de Burgos y sus poemas al poeta Pablo Neruda, en su casa en Cuba, y que el premio nobel chileno le comentó que estaba llamada a ser una gran poeta de América. A ella le tocó luchar contra los prejuicios, la discriminación y la opresión por su condición de mujer, campesina, pobre, y mulata o de color canela.
O sea, sufrió la opresión racista, clasista, machista y de los servicios de inteligencia del gobierno norteamericano. Hechos que no que menguaron su activa lucha por la independencia de PR; ni su colaboración con el maestro Dr. Pedro Albizu Campos. En los años cuarenta escribió poemas y marchó contra la tiranía de Trujillo en las calles de Estados Unidos. Tuvo una corta vida terrenal; y murió pobremente en un hospital de New York en 1953.
Minerva Mirabal nació en también en un campo de República Dominicana en l926. De padres comerciantes y hacendados. Era blanca y adinerada. Interna en un colegio de élite, le sembraron el amor a la lectura de libros políticos y literarios. Leía tanto que era la principal adquiriente de libros de la librería de don Alfonso Moreno Martínez, en San Francisco de Macorís y de la librería Nueva del señor Carias, en la capital.
En los años cuarenta sobresalió por rechazar las pretensiones sentimentales y políticas del tirano Trujillo. Uno de los pocos casos documentados durante la larga tiranía, donde tantas damas se le ofrecían al tirano. Y luego, casada y con dos hijos, se graduó de doctora en derecho y con notas sobresalientes, el más alto honor, en la Universidad de Santo Domingo, y viajaba de Monte Cristi a la capital.
La reconocen como la musa que inspiró a su esposo Dr. Manolo Tavares Justo, proveniente de padres terratenientes, y juntos organizaron una generación de luchadores que integraron al Movimiento Revolucionario 14 de junio, la más poderosa agrupación política que desafió a la tiranía; al decir del historiador Roberto Casaá. Por tales hechos y razones, el tirano ordenó su asesinato junto a sus hermanas Patria y María Teresa Mirabal, y el mártir Rufino de la Cruz, el 25 de noviembre de l960, hace 64 años.
El poeta nacional dominicano doctor Pedro Mir publicó su poema Amén de Mariposas dedicado a Minerva y sus hermanas, que inicia con estos versos:
“Cuando supe que habían caído las tres hermanas Mirabal,
me dije: la sociedad establecida ha muerto”
Y al borde del sepulcro, escribió un último poema llamado Julia sin lágrimas, que comienza así:
“Por un camino de sal que tiene el sol
se llega al Mar Caribe
por un camino de sol que tiene el mar
entonces Puerto Rico”.
Julia de Burgos y Minerva Mirabal eran mujeres adelantadas a su tiempo; y comprometidas con la justicia social y las luchas libertarias. Creo que Minerva fue la persona que más influyó en el derrocamiento de la tiranía de Trujillo; por lo que al cumplirse en 2026 el centenario de su nacimiento, es oportuno que el pueblo dominicano, sus autoridades y fuerzas democráticas y patrióticas inicien los preparativos para homenajearla y colocar su nombre donde le corresponde. Que vivan República Dominicana y Puerto Rico libres y soberanas. Gloria eterna y gratitud infinita a Julia de Burgos y Minerva Mirabal.
** Este artículo puede ser escuchado en audio en Spotify en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván