–para Alfred-

Buen viaje, querido amigo. Escribes

mucho. Siempre. Aquí te seguimos

leyendo y viendo. No tenemos

ni otra vida ni otro planeta. Cuando

camines por la orilla del río

o del mar de tu nuevo continente

recuerda que el agua nos une

y la tierra fue una vez un solo cuerpo

sin muros y sin fronteras, y no siento

vergüenza de rezar por ese mundo perdido.