Este 16 de agosto se cumplen tres años de la llegada del PRM al poder. Aquel 2020 era difícil. El COVID-19 dominaba el escenario mundial y nacional, y aquí también se registraba el fin de 16 años consecutivos de gobiernos del PLD, que terminaba con división partidaria y escándalos de corrupción.
El lema del CAMBIO sirvió de norte al PRM para ganar adeptos y generar esperanzas en el electorado. No obstante, en esas elecciones se produjo una altísima abstención: de 30% en el 2016 pasó a 45% en el 2020. La razón señalada fue la pandemia, así que queda pendiente para el 2024 saber si fue un fenómeno coyuntural o no.
El primer gran desafío del nuevo Gobierno fue enfrentar la pandemia y el país salió bastante bien de aquella prueba. Una conjunción de factores que en su momento expliqué ayudaron. Eso contribuyó a que el Gobierno se fortaleciera en su difícil inicio.
La segunda prueba internacional fue en el 2022 con la invasión de Rusia a Ucrania. Los precios que venían subiendo por efecto de la pandemia aumentaron más con la guerra.
Los economistas pueden debatir si el Gobierno dominicano ha hecho todo lo necesario para enfrentar la inflación, pero tomó una medida crucial para calmar los ánimos del público: congelar el precio de los combustibles ante la espiral de aumentos a nivel internacional. Eso significó subsidios públicos inicialmente, pero después el Gobierno ha ido recuperado lo gastado porque los precios internacionales bajaron, no los locales.
Favorable a la estabilidad económica ha sido la gran entrada de divisas por la alta dependencia de la República Dominicana de los Estados Unidos, donde las ayudas económicas por la pandemia fueron muy generosas. Eso se tradujo en más envíos de remesas.
También ayudó el flujo de dominicanos residentes en el exterior, los primeros en llegar cuando abrieron los aeropuertos. El Gobierno, por su parte, estableció medidas flexibles para atraer turistas.
Durante estos tres años ha prevalecido la narrativa política de que el presidente Luis Abinader tiene buenas intenciones, y lo que sale mal es culpa de sus funcionarios. Eso ha fortalecido la figura del presidente en un país presidencialista.
Al igual que presidentes anteriores, Abinader ha registrado altos niveles de aprobación en sus primeros tres años. En décadas recientes, solo Hipólito Mejía registró un desplome de aprobación en su tercer año por la crisis financiera de 2003.
Los casos de corrupción del Gobierno anterior constituyen el principal legitimador político del Gobierno actual. De ahí el empeño de que la población perciba que el PRM combate la corrupción.
En esta próxima campaña electoral la tentación clientelista será muy fuerte para el PRM. Ya el Gobierno se estrenó con el anuncio del bono escolar de mil pesos.
Hacia adelante, el principal desafío del Gobierno será la oferta de mejores servicios públicos. El país sigue acumulando déficits en educación, salud, transporte, etc. que se harán más evidentes en la medida que avance el tiempo.
Por ahora, el Gobierno descansa en la paciencia del pueblo que espera los cambios.