Los avances de las tecnologías de la información y de la comunicación han generado cambios significativos en diversos órdenes de la vida de las personas, de las instituciones y de la sociedad. Estos avances deslumbran a la mayoría de las personas, de tal modo que los impulsan a lanzar pronunciamientos dogmáticos en torno a las personas, la escuela, el libro y otros aspectos relacionados con el desarrollo humano y científico.  Con respecto al libro con formato físico se ha plantea y se subraya, que su desaparición es inminente. Además, se expresa que su resurgimiento no será posible. La fuerza de la “ciencia de la tecnología” que se está denominando ahora, parece que no dejará rastro del libro físico. En este marco, el libro digital, se convierte cada vez más, en una herramienta que concita la atención y el interés de niños, jóvenes y adultos. El formato digital se encuentra en un período de auge total. Se incrementa la cantidad de lectores de libros digitales. Este ha provocado la optimización del tiempo de muchas personas. El tiempo ocioso de muchos, ahora es un tiempo productivo; la lectura de este recurso en su formato electrónico, lo convierte también en un compañero permanente, que no supone carga alguna, para los que se adhieren a su lectura. De otra parte, la sentencia que se ha emitido en relación con el libro en su formato físico no creo que se cumplirá.

El libro tiene fuerza suficiente para resurgir en medio de las innovaciones más elevadas. Es un recurso que transforma. Su impacto incide de forma directa en la mentalidad y en la cultura de las personas y de las instituciones. Su incidencia indirecta en la mejora de la educación de los ciudadanos de una sociedad es indiscutible. A mayor cantidad y calidad de los lectores, mayor desarrollo en las familias y en la sociedad, por las habilidades que se activan en las personas. La transformación que produce el libro en las personas y entidades, se traduce en el desarrollo de la capacidad para pensar, escribir y comprender la realidad que le circunda. Se manifiesta, también, en un desarrollo cultural con perspectiva más global. De igual manera, con flexibilidad mental, espacial y temporal. Esto le permite afrontar los acontecimientos, cotidianos y extraordinarios, con mejor comprensión de la complejidad de los hechos y acontecimientos, personales y sociales. El libro en su formato físico no es una carga para el que decide potenciar su autodesarrollo y el de la sociedad a la que pertenece. Cada ciudadano que se adhiere libremente al círculo de los amantes de la lectura, aun sin darse cuenta establece un pacto de impulso al desarrollo educativo, socioeconómico y político de la sociedad. Muchos de los errores y de los actos de corrupción, tienen como líderes, a personas de formación muy pulida; otros, evidencia déficit de lectura, escasez de contacto con libros que le den direccionalidad a su cerebro y a su comportamiento en la sociedad. Estimular la lectura, la relación amigable con el libro, constituye una tarea fundamental en las familias y en los centros educativos. Por ello los retrasos en la entrega de los libros de textos constituyen un atentado al desarrollo de la sociedad. El desarrollo de los niños, jóvenes y adolescentes, se afecta seriamente. No vale ninguna excusa de ningunos de los gobiernos, de ningunos de los ministros cuando pretenden justificar la demora y las deficiencias relacionadas con los libros escolares. El deterioro del desarrollo integral de los estudiantes dominicanos es estimulado, entre otros factores, por las deficiencias lectoras; por el desencuentro entre los estudiantes y los libros. Esta misma realidad se observa entre los docentes, del ámbito preuniversitario y de educación superior. No perdamos la oportunidad de reaprender y de disfrutar, el contacto, el encuentro con el libro, en formato físico o digital. Lo interesante es complacerse leer el libro con  la razón y el corazón hermanados. El libro en cualquier formato es una opción transformadora. Otro indicador fehaciente de ello es  que amplía la visión que la persona se forma del mundo, al tiempo que le permite un mayor conocimiento de su propio contexto.