Sabe que discutir con Leonel, Danilo, o con quien sea, no conduce a nada, no resuelve nada. Sabe que pronunciar constantemente discursos grandilocuentes no hace gran liderazgo. Sabe que las estrategias de gobierno deben definirse en obras realizadas y por realizar. Sabe bien, consecuente con todo lo anterior, que gobernar bien es producir hechos concretos en cada pedazo del país, como la gente lo pide. Por eso Luis Abinader habla poco (apenas una hora semanal) y cualquier día hace un espacio en su agenda para cortar un cinta inaugural aquí, allá o más allá… (Porque sabe bien que todo Gobierno solo trasciende con las obras que le entrega al futuro).