Ministro de Educación, Ángel Hernández, y la diputada Ydenia Doñé.

David Álvarez Martin, dilecto compañero de ACENTO.COM.DO, se me adelantó al tratar un exceso de protagonismo de los diputados de la Comisión Especial  de Educación de esa Cámara Baja del Congreso con su artículo de opinión “Diputados sin oficio”, disponible en el siguiente enlace: https://acento.com.do/opinion/diputados-sin-oficio-9112525.html

Por mi parte, reacciono ante el comportamiento de los legisladores: como una recua de animales, acechando a una presa para darse con un festín en una celada premeditada con un argumento falaz, aquel que los diputados son el primer poder del Estado. SÍ, lo son, en un régimen parlamentario. Nosotros somos un presidencialismo excesivo que quiere experimentar con un sistema de controles entre los poderes del Estado y hacerlo transparente con sus mismos funcionarios. No uno en que todos los funcionarios son fiscales de todos, como creen los de la Comisión Especial de Educación de la Cámara Baja del Poder Legislativo. Ellos también deben cumplir con el debido proceso.

¿A dónde nos lleva un parlamentarismo sin ética (aunque los diputados sean hombres y mujeres de Dios), como por ejemplo el parlamento brasileiro, la mayoría está compuesta por ministros evangélicos? ¿Es el modelo de la injusticia congresual brasileira que se quiere imponer aquí, que en 2015 llevó a un presidente a juicio, Lula da Silva, anulado posteriormente por la falsedad de las acusaciones, y a una presidenta a la destitución, Dilma Rousseff, comandados por un presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, quien luego fue destituido por corrupción?

El escándalo que no llegó a producirse estaba montado en una cita solicitada por uno de los “honorables” diputados. Pero se presentaron varios, el día de la reunión, a una supuesta sesión convocada de la Comisión Especial de Educación de la Cámara Baja con un ejército de periodistas y camarógrafos dispuestos a “vender” como noticia una confabulación. Gracias al altísimo de cualquier denominación que la sangre no llegó al río. Pero, yo recalco que el afán de “atemorizar” a los funcionarios está en marcha por unos “diputados-anarquistas” quienes quieren dinamitar los procesos que con nombres de fauna marina lleva a cabo la Procuraduría General de la República.

 

La Diputada Ydenia Doñé, informan los medios, presentó lo que no se muestra con evidencias, un altercado en la visita al despacho ministerial. Una crónica aparece en El Caribe, el pasado 28 de septiembre, reseñando los informes de los diputados concernidos en el incidente en el despacho del MINERD, con el sugestivo título de portada: Comportamiento de legisladores contribuye merme calidad investidura.

En verdad no interesa si las aguas llegaron al río, pero sí, ¿quién está “revoloteando” esas aguas en la Cámara de Diputados para que lleguemos a la anarquía congresual brasileira? Y, según parece, esta urdimbre no tiene fronteras religiosas (la derecha evangélica coincide con un conservadurismo moral de los católicos de la inquisición), ni políticas (tanto los considerados oposición, como aliados circunstanciales del oficialismo así como diputados supuestamente oficialista están en el mismo saco del desorden), ni sociales (ya que el desorden busca la continuidad de las prácticas partidocráticas que permita el saqueo a diestra y siniestra, a dos manos) para crear un infierno de nuestra democracia.

El “Educador” del título me trae a la memoria cuando –en el experimento que era el Instituto Tecnológico de Santo Domingo en los tiempos heroicos de su fundación por los años ochenta del siglo pasado, el hoy ministro Hernández recibía mi docencia solitaria en un post-grado que solo él se inscribió (entonces no tenían tanto marketing) en el patio del campus en que se convirtió el “fornicatorium” que Trujillo mantenía en la Hacienda Galá, desde entonces, campus de tan prestigiosa universidad. En palabras de David Álvarez Martin, se hizo Doctor en Educación “de verdad”, en Francia.

 

Su mundo se expandió a la medida de crear la Universidad Abierta para Adultos (UAPA), de donde egresó mi difunto hermano Ping Jan Adriano como abogado con maestría. Así que estoy en capacidad de titularlo con ese rango de Educador. A partir de este conocimiento, es que su meta ha sido la del profesional creador y creativo, no la del político que quiere resultados “agradables” a una imagen basada en falacias. Desde el Plan Decenal, allá por los años ochenta de Balaguer, venimos arrastrando una pesada losa: la experimentación de los políticos de turno que no dejan que las soluciones maduren. Las tumbamos cuando están verdes, porque cambió el ministro. ¡Por Dios! Que alguien ilumine a los ministros de turno en Educación para dejar fructificar los procesos de largo aliento y mayor alcance.

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Les recuerdo el drama de Brasil: aunque el caos político “mareó” al país y llegó a experimentar con un inestable como el actual presidente-candidato a la reelección, en este fin de semana celebran la primera ronda de las elecciones presidenciales. Enfrenta a “aquel” sindicalista que intentaron anular con juicios amañados. Hoy lunes amanecemos con la noticia del resultado del “País más grande del Mundo” o si habrá una segunda vuelta.