Óyeme Eduardito, te voy a contar un cuento

Anja, tú me dices Eduardito. ¿Ahora el chiquito soy yo?

No, ya sé que tú eres un hombre grandísimo, pero tú sabes que esas son expresiones que uno usa de cariño

Bueno, pues vamos a oír el cuento, pero yo espero que no sea de tu niñez en Villa Trina, que esos los he escuchado todos, o de los campos de Moca, que los conozco tanto como tú.

No, de ninguna manera. Ya sé que tú los conoces todos. Ni siquiera es de tus vivencias ni las mías

Vamos. No le des más vueltas al asunto. ¿De qué se trata el cuento?

De la creación divina

Ja, ja, ja, ja. Qué comiquería. Ahora vas un ateo como tú venir a darme clases de religión.

No voy a evangelizarse. Recuerda que es un cuento

Dímelo, Isidorito

Ahora me dices chiquito tú a mí

¿Pues cómo debería decirte?

Dicen que cuando Dios estaba creando el mundo, a todos los humanos les dio dos cualidades, pero el ángel que fungía de secretario le advirtió de un error, pues en el caso de los dominicanos les dio tres, y que siendo así, estarían llamados a dominar el mundo.

¡Ah, sí! Que serían políticos, inteligentes y honestos.

Entonces ya tú te lo sabía.

Sí, pero el Señor no se equivocó; o, mejor dicho, corrigió a tiempo, porque les advirtió que de esas tres cualidades solo podían usar dos.

Exacto, pero no fue esa la equivocación.

¿Y cuál era?

En la segunda mitad del siglo XX hubo en la República Dominicana tres grandes líderes políticos, y uno de ellos era simultáneamente político, inteligente y honesto. Ahí fue donde se equivocó.

Pero el Profesor Bosch era un hombre muy inteligente y honesto.

Exacto. Ese era.

¿Pero, y el Dr. Peña Gómez?

El Dr. Peña Gómez era político y honesto.

¿Tú quieres decir que no era inteligente?

¿Y qué hombre inteligente negocia un contrato en la tarde, y por la noche lo firma, habiendo advertido que lo habían engañado en la transcripción?

Ciertamente. Dicen que por eso nunca llegó a ser presidente. ¿Pero ahora dime, y el DR. Balaguer? No querrás decir tú que no era inteligente

El Dr. Balaguer era político e inteligente

Tú no estarás hablando en serio, pues el Dr. Balaguer era un hombre profundamente honesto

¿Y cómo tú lo sabes?

Nunca se robó ni un centavo del Estado

Eso no es verdad. Dice Transparencia Internacional que la corrupción consiste en usar el poder público para beneficios privados.

¿Y Balaguer lo usaba?

Los usaba todos, al extremo. Para comenzar, cada obra pública que construía las exhibía y publicitaba como si fuera él, con su dinero, que las hacía.

¡Ah bueno! Pero eso lo hacen todos los políticos.

Por eso es que tienen solo dos cualidades.

Pero esas son cosas pasables, que la gente ya asimila como normales.

Solo en países como el nuestro. Fíjate que en la autopista Duarte se gasta tanto dinero en publicitarla como la inversión en ampliarla. Ahora te voy a hacer una pregunta.

Dígame, Don Isidoro, para que no te ofendas.

Nunca me he sentido ofendido por mi aspecto físico. La pregunta es la siguiente, si tú tienes un visitante en tu casa, y descubres que es un ladrón; ¿cuál sería tu temor?

Pues que se lleve algo a escondidas. Pero yo estaría muy muy atento para impedirlo

¿Y si no necesita llevárselo para su casa?

Entonces no me estaría robando nada

¿Y si te roba la casa?

Pero eso es imposible; yo llamaría a la Policía

¿Y si la policía responde a él?

Pues lo sometería ante la Fiscalía

¿Y si el Ministerio Público lo nombra él?

Por más que los fiscales puedan adornar las cosas, alguna forma habrá de llevarlo a la justicia

¿Y si los jueces los nombra él?

¿Qué tipo de instituciones puede haber en un país así? Habría que cambiar las leyes

¿Y si los legisladores los controla él?

Entonces no sería democracia, pues debe haber legisladores que respondan al interés común

Sí, algunos son de otros partidos, pero tú sabes que también son políticos. Sus votos pueden resultar muy baratos

Ciertamente es así, pero el Dr. Balaguer siempre gobernó legítimamente.

Nos conocemos. No me hagas creer que tú crees lo que estás diciendo.

Bueno, vamos a terminar esta discusión.

Ok. Solo quería, en Navidad, contarle al lector un cuento menos aburrido que esos artículos de los economistas. Eso lo he aprendido de ti.