Mañana, último domingo de mayo, el pueblo dominicano lo dedica de manera especial a honrar y rendir tributo de  especial cariño y respeto a la figura materna. Mañana es el “DÍA DE LAS MADRES”, por lo que nuestra colaboración de hoy estará dedicada a evocar los orígenes históricos de esta especial celebración en nuestro pais, consagrada oficialmente a partir de 1926, durante el gobierno del presidente Horacio Vásquez.

En los Estados Unidos ya se celebraba desde principios de siglo, quedando instituida oficialmente por el presidente Woodrow Wilson a partir del año 1914, el  segundo domingo de mayo de cada año.

1.- Dos distinguidas damas de Santiago de los Caballeros inspiraron e iniciaron la gestación del día de las madres

A dos damas beneméritas  de Santiago de los Caballeros corresponde la gloria de haber inspirado e iniciado, respectivamente, la gestación de la celebración del día de las madres en la República Dominicana.

Inspiradora de la idea, lo fue la poetisa y filántropa señorita María Electa Stefani Espaillat (1884-1962), nieta del ilustre repúblico Don Ulises Francisco Espaillat.

Señorita María Electa Stefani Espaillat, inspiradora del día de las madres. Foto cortesía del historiador Edwin Espinal .

Conforme lo consigna el destacado historiador Edwin Espinal Hernández, tomando como fuente las aseveraciones de don Román Franco Fondeur, Stefani Espaillat tuvo conocimiento de la celebración del día de las madres, “por medio de los sellos conmemorativos que recibía de amistades en los Estados Unidos”.

Fue ella quien transmitió la idea a su hermana Octavia Stefani de Valverde (1882-1967), una de las cumbres más altas de la filantropía de Santiago y el país, quien junto a distinguidas damas de Santiago y Santo Domingo, conformaron el Comité Pro- Día de las Madres.

Doña María Filomena Octavia Stefani Espaillat de Valverde, propulsora del día de las madres. Foto cortesía del historiador Edwin Espinal.

Preciso es significar, tal como lo destaca Edwin Espinal, que para entonces también surgió la propuesta de dedicar un día a honrar de manera especial a las madres por parte del cura párroco de Jarabacoa, el padre Miguel Quezada, idea que encontró eco favorable en el destacado periodista Rafael César Tolentino, director del periódico “ La Información”.

A doña Tavita y doña Trina de Moya, delicada poetisa que tanto tuvo que ver, de igual manera, con la gestación del día de las madres, les unía entrañable amistad desde principios del siglo XX. Honra de doña Tavita, la cual contó con el valioso concurso de doña Trina y otras damas meritorias, fue la adquisición de los terrenos en los que se edificaron, ya en 1901, el famoso Club de Damas de Santiago.

En el loable iniciativa de honrar con un día especial a las madres dominicanas,  secundaron en Santiago a doña Tavita y su hermana María Electa, entre otras, las insignes educadoras Ercilia Pepín, directora del colegio de señoritas y de la escuela de graduadas No. 2 y Rosa Smester, quien fungió como vicepresidenta de la Junta Pro- Día de las Madres, doña María V. de Asensio, secretaria, y doña Eloísa E. Vda. Vega, tesorera.

En Santo Domingo, se formó, de igual manera, el Comité Pro- Día de las madres,  destacándose como directivas del mismo, entre otras,  la entonces primera dama Doña Trina Moya de Vásquez, Doña Carmen González de Peynado, Doña Mercedes Soler de Peynado, la Señorita Mercedes Amiama, Doña Angélica A. de Benítez, Doña  Cachita S. de Moya y Doña Chana A. de Henríquez.

En muchas otras localidades del país prendió tan elevada iniciativa, concitando inusitado fervor y adhesión, como quedó recogido en la prensa y otros documentos de la época.

2.- Oficialización mediante ley del Día de Las Madres

Tan encomiables esfuerzos de las damas mencionadas, motivó la iniciativa legislativa que dejaría consagrado para siempre de manera oficial tan especial celebración.

El 29 de enero de 1926, la Cámara de Diputados, presidida entonces por Ernesto Bonetti Burgos, y teniendo como secretarios a Juan de Jesús Curiel y M. R. Castellanos, conoció de  la moción legislativa presentada por los diputados Rafael Brache y Gregorio Mateo, la cual sólo constaba de un considerando y un artículo.

En su considerando único establecía: “El Congreso Nacional- en nombre de la República- Visto que debe ser consagrado a las madres un día que debe ser guardado con júbilo y respeto en toda la República” y un sólo dispositivo mediante el cual se estatuía: “declarar el último domingo de mayo del mes de Mayo de cada año, día solemne con la denominación de DIA DE LAS MADRES”.

Al día siguiente de ser aprobada la ley en la Cámara de Diputados, publicaba  el Listín Diario  su emotivo editorial  titulado “El DIA DE LAS MADRES”, en el cual se señalaba: “las elocuentes prédicas de alguna distinguida dama santiaguesa, la señora Valverde, secundada en esta ciudad por nuestra ilustrada colaboradora Carmen G. de Peynado, fueron saturando el ambiente público de simpatía en favor de la hermosa idea de establecer, de crear, de fundar, EL DIA DE LAS MADRES, cariñosa oblación de amor y de respeto al ser que nos llevó en su seno, dándonos todo el calor de su sangre y de su vida, en el gesto más puro y desinteresado del mundo. De ahí la moción presentada por los señores representantes de la Cámara de Diputados señores Brache y Mateo, quienes se han conquistado la voluntad del país con su oportuna proposición, que en breve, así lo esperamos todos, será Ley de la República.

 

Aquí no se tienen que hacer gastos de ninguna especie. Es la sencilla consagración oficial de un homenaje a las madres, ya adoptado por todos los pueblos civilizados de la tierra, y el cual dice mucho a los ojos de quienes observan el desenvolvimiento de nuestras pequeñas nacionalidades hispanoamericanas.

En Estados Unidos, por ejemplo, es un día solemne. Cada hijo recibe una flor de la mano de la madre adorada, la cual luce ese día en la solapa como un trofeo de honor, que no tiene nombre. Quienes hayan sufrido el dolor de perder al ser más querido, en ese día especial llevan flores a la tumba de la madre muerte.

Entre nosotros, podríamos adoptar la azucena que es la flor que más abunda en el mes de mayo, para hacer de ella el símbolo del amor maternal. Y en ese día jubiloso ¡con cuanto orgullo no lucirán su azucena al pecho quienes aún gozan la merced divina de poder besar a la madre cariñosa, buena, pía, santa y venerable! Quienes pasamos por el dolor de no poseerla ya, aquí abajo, iremos al cementerio a depositar empapada en lágrimas, las azucenas que recoja nuestro inextinguible amor filial.

Los hombres y los pueblos necesitan alimento espiritual. Esto que comentamos recocijados lo es, y de clase superior.

Que pronto sea ley la Moción de los Diputados, señores Brache y Mateo, a quienes aplaudimos con ambas manos. Agradecidamente! “.

La feliz iniciativa, también conocida y aprobada en el Senado de la República el 19 de febrero de 1926, presidido entonces por Gustavo A. Díaz y los secretarios V. Linares E. y Abigail del Monte, fue promulgada por el presidente Horacio Vásquez el 24 de febrero del mismo año, quedando así oficializado el día de las madres, mediante la ley No. 370 (G.0 No. 3731), refrendada por Ricardo Limardo, a la sazón Secretario de Estado de Interior y Policía.

3.- Preparativos del día de las madres tras consagrarse por ley la festividad

Tras promulgarse la ley que dejaba consagrada la celebración del día de las madres, se acrecentaron los aprestos en todo el país  encaminados a organizar su celebración, siendo especialmente llamativo el hecho, cuando el retrospectiva se estudian las incidencias organizativas de nuestro primer día de las madres tanto en Santiago,  Santo Domingo y otras provincias de la República, que las damas propulsoras y los comités organizadores  del mismo centraron su atención, ante todo, en favorecer y reconocer a las madres necesitadas y acudir en socorro de los niños que, por desgracia de la fortuna, se encontraban en condiciones de miseria y orfandad.

En el caso de Santo Domingo, en la terraza del hotel restaurant Fausto, organizaron las damas precitadas la primera velada piadosa, encaminada a recabar fondos para la esperada celebración. Así se motivaba a la colaboración en las páginas del Listín Diario el miércoles 4 de mayo de 1926:

Vayamos todos en ayuda del Comité Pro- Día de Las Madres: contribuya cada escolar con un centavo, que harán muchos pesos para ir en ayuda de los niños sin padres, los hijos de la desgracia y del dolor; dé su óbolo el comerciante, tú mismo que pasas por la calle, el industrial, el hacendado, todos los que quieran hacer de esta institución un abrigo contra la desnudez de los niños pobres, contra la desventura infantil.

Que sea el Día de las Madres tan grande en el corazón del pueblo dominicano como inmenso en ese mismo corazón el 27 de febrero”.

Y el viernes 28 de mayo de 1926, dos días antes de nuestro primer día de las madres, reseñaba el Listín Diario:

hemos dicho que la celebración del DIA DE LAS MADRES en Santo Domingo revestirá todo el carácter y la solemnidad de una fiesta piadosa y cristiana. Y es así, toda vez que las damas encargadas de dirigir la solemnidad de este día de una gran significación espiritual, están empeñadas en hacer sino una obra perfecta, una obra de misericordia y de bien.

Desde hace algunas noches hemos visto con el afán, con la ternura, con la piadosa devoción, que la distinguida Señora Mercedes Soler Peynado, entusiasta miembro del grupo de damas, iniciadora del DÍA DE LAS MADRES en Santo Domingo, prepara los obsequios con que serán favorecidos los niños huérfanos de esta Ciudad, que concurran a la celebración del clásico DIA DE LAS MADRES. Hemos visto desde la confección de trajecitos, la preparación de paquetitos de chocolates, leche condensada y otros muchos alimentos, hasta tomar la medida a infelices niños que son llevados allí en reclamo de piedad.

Por ello sugerimos, se ayudara al grupo de damas que se empeña, en un manifiesto gesto de piedad, en enjugar lágrimas y llevar la alegría a seres cuya orfandad temprana, no ha encontrada no ha encontrado sino dolor y miseria en la existencia.

Grande es el DIA DE LAS MADRES porque en él la caridad que vive aún en almas buenas, será pródiga…”

4.- Incidencias en  Santiago y Santo Domingo de la celebración del primer día de las madres.

Por los reportes que desde las distintas localidades del país fueron reseñados en la prensa de la época, se advierte que en todas se hicieron notables y meritorios esfuerzos para dar al primer día de las madres una señera importancia. Por razones de espacio, se destacan en el presente algunas incidencias de lo ocurrido el primer día de las madres en Santiago y Santo Domingo.

En el caso de Santiago, su reportero  Rafael Meyreles Soler, remitió a la redacción una pormenorizada crónica de las principales incidencias de lo ocurrido en la hidalga ciudad el 30 de mayo de 1926, primer día de las madres.

 

Conforme reseñaba, en  vísperas de la celebración: “…en todas las escuelas de la ciudad y sus contornos, reunieronse las madres de los alumnos, previa invitación del Director del Plantel, colocándolas en sitio de honor. Se comenzó por las palabras del Director, explicando a los alumnos el significado de la fiesta y su bienhechora influencia en la educación de los pueblos. Hubo cantos y  recitaciones alusivas al acto, terminándose con un acto conmovedor que consistió en obsequios a las madres por los hijos, alumnos de la escuela, junto con un beso como prueba de un intenso amor filial. Al comenzar y al terminar se cantó el Himno a las Madres y el Himno Nacional”.

Reseñaba que sólo bastó una ligera  insinuación de las organizadoras, para que “los hijos que no tenían la dicha de tener sus madres vivas, llevaran flores a las tumbas de sus madres muertas, para que desde muy temprano el campo santo se viera invadido por una nutrida concurrencia, portadora de flores…”

De igual manera, reseñaba el cronista, “se vieron nuestras  iglesias llenas de fieles, que fueron a escuchar con recogimiento la misa cantada por el sufragio del alma de sus madres muertas y por la salud de las vivas”.

Y continuaba: “en la Iglesia Parroquial Mayor, la misa fue solemnizada por la capilla San José, meritoria institución filarmónica y vocal, integrada por bellas damitas y cultos caballeros de nuestra sociedad y dirigida por el doctor S.A. Cocco, amante del arte en todas sus manifestaciones. Ofició el Presbítero Bornia y leyó una bellísima pieza oratoria el canónigo Manuel de Jesús González.

Desde muy temprano en la mañana, diversas comisiones distribuidas en varios sitios de la ciudad, colocaban en el pecho de toda persona una flor simbólica, que era un clavel rojo para los que tenían su madre vida y una azucena para los que la tenían muerta, recibiendo en cambio un pequeño óbolo de cinco centavos para la Casa de la Maternidad. En el parque Duarte llenó a cabalidad  su cometido doña Teófila B. de Benedicto, ayudada por un grupo de discípulas de su taller de costura”.

Y conjuntamente con los actos de devoción cristiana, tendría Santiago para las madres necesitadas un gesto de admirable altruismo. Por iniciativa del Ayuntamiento, se dejaría inaugurada en la ocasión la “Casa de la Maternidad”, ocasión en la que pronunciaría un hermoso discurso el Padre González. A la referida casa, le fue puesto el nombre del Dr. Font Sterling, destacado médico y filántropo cubano que residió en Santiago por más de tres décadas.

La dirección de la referida casa le fue asignada a Doña Eloísa E. Vda. Vega. La   institución benéfica  sería  colocaba bajo el patronato de la Virgen de Altagracia.

En Santo Domingo, de igual manera, la celebración del primer Día de Las Madres, tuvo incidencias dignas de resaltarse.

 

Además de las actividades religiosas y manifestaciones diversas de piedad cristiana en veneración y respeto de las madres, vivas y fallecidas, se realizó un solemne acto en el Teatro Colón, acto en que se escogió como “símbolo del amor y las virtudes de la madre dominicana”, a Doña Dolores Lavastida Vda. Nivar.

Doña Dolores, esposa que fuera de José Nivar Pratts, había quedado viuda con apenas 27 años, viéndose ante el enorme desafío de tener que educar ocho hijos pequeños sin contar con apoyo paterno.

El discurso en aquel primer día de las madres, solemne y emotivo, sería pronunciado por Doña Mercedes Soler de Peynado, quien al propio tiempo,  colocaría sobre el pecho de Doña Dolores una medalla de oro con la siguiente inscripción: “A Doña Dolores Lavastida Vda. Nivar. Homenaje de reconocimiento”. Comité Pro-Día de las Madres, gesto que fue agradecido, en nombre de la homenajeada, por  su nieta Doña Amada Nivar de Pittaluga.

5.- Estreno del himno a las madres

Portada del Himno a las madres distribuido por la Superintendencia de Enseñanza en 1926.

Por vez primera, aquel 30 de mayo de 1926, nuestra primera celebración del día de las madres, resonarían las letras y notas sublimes del “Himno a las Madres”, escrito inicialmente como “El DIA DE LAS MADRES”,  de la autoría de la inspirada poetisa Doña Trina Moya de Vásquez y música del destacado sacerdote, compositor y  músico Manuel de Jesús González, párroco de “Nuestra Señora de La Altagracia”, en Santiago de los Caballeros.

Dos días antes de su estreno y encomiando tan feliz iniciativa destacaba el Listín Diario:

El “HIMNO DE LAS MADRES lo consideramos, aparte su mérito literario, como la inspiración más elevadamente consagradora de la poetisa, pues ese canto, armonizado por la expresión musical del Padre González, endulzará por siempre los infantiles labios que han de pronunciarlo y las armonías que broten en las gargantas infantiles o adultas, en adoración del ser más querido, la madre; proclamarán, hasta cuando el amor se extinga, la dulce inspiración de la poetisa.

Dona Trina Moya de Vásquez, con sus alados versos y el Presbítero Canónigo Manuel de Jesús González, hermanados en el delicado sentir, serán proclamados años tras año, en los hogares, el día de las grandes dedicaciones a la consagración del santo, del inextinguible, del inmenso amor que se tributa a las madres.

Bien ha hecho el Consejo Nacional de Educación, acogiendo la iniciativa de la Supertindencia de Enseñanza, en imprimir profusamente el dulce HIMNO DE LAS MADRES y distribuirlo en todos los hogares”.

Fuentes

Espinal, Edwin. Santiaguera inspiró dia de las madres. Periódico El Siglo, Suplemento “Ciudad Corazón”, 21 de mayo de 1997

Octavia Stefani Vda. De Valverde. Siempre viva. Períodico La Información, Santiago, 6 de mayo de 1967.

Periódico Listín Diario, año 1926