CONCIERTO
Nadie pudo avisarnos de que hoy era el concierto, no bien inició, la gente salió despavorida de allí. Entre empujones y gritos, el saxofonista, un joven tímido llamado C. P., huyó hacia el palco vacío, con la otra parte del público que salía por la puerta trasera del teatro.
TU CUERPO
“Yo moriré en la flagelación de tu vientre y vendré en otro cuerpo”, le susurró al oído a su amante, mientras se escondía en otro habitación, donde varias mujeres corrían detrás del reflejo de un enano sin bigotes, lejos del aura de la habitación contigua, donde nacen los placeres y los enanos huyen de la sombra.
EL HOMBRE SOLO
“Estoy harto y cansado”, se dijo y viró los ojos hacia el libro que tenía en las manos, pero que nunca pudo terminar de leer. Allí leyó la historia de un hombre hastiado de sí mismo, que nunca pudo encontrar refugio en una ciudad desolada, donde las mujeres se arrastran hasta desgarrarse y sus amantes se desdoblan hasta desaparecer. “¿Acaso es esta mi propia historia?”, se preguntó a sí mismo, e inmediatamente dejó de leer y se dirigió a su habitación, donde encontró a la mujer que había visto anteriormente entrar, cuando, finalmente, pudo terminar de leer aquel enigmático libro.
LA INTRUSA
Aquella era la fecha, el día y el lugar que habían pactado. Solo eran falsas las circunstancias, el tono de su voz, y dos o tres nombres propios que no quiere recordar, cuando por fin se quedó dormido.