La Cuenca del Mar Caribe es una frontera imperial desde la llegada de los europeos. Incluye el arco de las islas antillanas, desde Cuba hasta Trinidad, y los territorios ribereños continentales que se han convertido por más de 100 años (1898) en la frontera imperial de los Estados Unidos. El crecimiento de la República Continental americana desde el océano Atlántico hasta el océano Pacifico, por medio de conquistas, compras de territorios y guerras de rapiña contra México, tuvo su siguiente etapa en la consolidación de la Doctrina de Monroe con la guerra hispano-americana de 1898. A pesar que habían otros territorios coloniales como las posesiones francesas, inglesas, y holandesas –hasta una colonia de Dinamarca llegó a existir, en las actuales Islas Vírgenes americanas compradas a inicio del siglo XX.
Si observamos un mapa del continente, veremos que Cuba, Quisqueya o Puerto Rico están muchos más cerca de Washington que el medio oeste o el Pacifico estadounidense. Sin embargo la expansión al sur se detuvo con la compra de Florida a España en 1819. Pero una vez consolidada la República Continental, después del triunfo del norte industrial contra el sur esclavista en la guerra civil, la expansión tenía que mirar a ese “Mare Nostrum” que permitía acortar las distancias entre el los grandes centros industriales del Norte y la costa Pacífica de California y el ‘lejano oeste” en plena expansión.
El fracaso de la compañía francesa del canal de Panamá, intentado por el constructor del canal de Suez, Ferdinand Lesseps, creada en 1880, fue liquidada en 1889 tras el llamado “escandalo del Canal de Panamá”. Recordemos que para esa época Panamá era una provincia de la República de Colombia, a pesar de existir un movimiento separatista importante.
En la segunda mitad del siglo XIX, fue surgiendo una doctrina geopolítica de importantes autores militares y civiles de los Estados Unidos sobre la necesidad de controlar los océanos a través de una Marina fuerte que eventualmente superará a la Royal Navy británica. Uno de los más importantes fue Alfred Mahan, historiador, militar y estratega naval estadounidense. Mahan es sobretodo conocido por la influencia que tuvo en la doctrina marítima de EEUU su obra The Influence of Sea Power upon History, 1660-1783 publicada en 1890, es un compendio del pensamiento geopolítico y militar de los Estados Unidos a finales del Siglo XIX.
Todas la acciones y estrategias implementadas a partir de entonces: la guerra hispano-americana de 1898; la compra de los intereses franceses en el intento fallido de construir el Canal de Panamá; el apoyo e impulso a la independencia o separación de Panamá respecto a Colombia en noviembre de 1903 y la firma del Tratado llamado Hay-Bunau-Varilla ocurrieron pocos días después de la proclamación de la República de Panamá, pagando un total 10 millones de dólares al nuevo gobierno de Panamá. La construcción e inauguración del canal marítimo tráfico comercial se efectuó el agosto de 1915.
Ya España había sido derrotada y Cuba y Puerto Rico pasaron al control colonial de EEUU. A pesar de ello en Cuba y en Puerto Rico existían fuertes movimientos y guerras de independencia. EEUU logró mantener a Puerto Rico en su esfera colonial y Cuba negoció una Constitución que otorgó a EEUU el control de la base naval de Guantánamo y una enmienda constitucional que otorgaba el derecho a los EEUU de intervenir militarmente y políticamente en Cuba en caso “que los intereses norteamericanos” estuvieran en peligro. La llamada “Enmienda Platt" fue una disposición legal votada por el Congreso de EEUU en 1901 y agregada a la Constitución de Cuba el mismo año. Con el control total de Cuba y Puerto Rico, solo quedaban por someter “a la obediencia” la República de Haití y la República Dominicana. En 1915 Haití es ocupado militarmente por los marines norteamericanos, y todo el oro de su banco nacional fue saqueado como primer acto. La República Dominicana fue ocupada a su vez en 1916 para imponer los intereses azucareros de las industrias norteamericanas. De esa forma, el control de las Grandes Antillas estaba bajo su control de los EEUU, así como el Canal de Panamá y la infame “Zona del Canal” que imponía una zona extraterritorial dentro de Panamá y un sistema de bases militares que sirvieron para entrenar los mayores gorilas de América Latina.
De esa forma en el pensamiento nacionalista caribeño surgió una corriente intelectual critica que planteó una Federación Antillana, inicialmente compuesta por Cuba, Haití, Santo Domingo y Puerto Rico. Las islas controladas como colonias por los poderes europeos, como Jamaica (UK), Trinidad (UK), Martinica y Guadalupe (UK) y las pequeñas Antillas controladas por Francia y Reino Unido no fueron tocadas por la acción de control imperial norteamericana dada la alianza del país del norte con estos dos países en la Primera Guerra Mundial. Los más importantes representantes de esa corriente antillanista, nacionalista y antiimperialista fueron el puertorriqueño Ramón Emeterio Betances, el cubano José Martí, el dominico-puertorriqueño Eugenio María de Hostos, el prócer Gregorio Luperón, el presidente haitiano Fabré Gefrard (que además fue el mayor aliado de los restauradores dominicanos en su lucha contra la anexión a España), Joseph-Anténor Firmin, entre otros. Con la guerra hispano-americana y la conquista de Cuba, Puerto Rico, Haití y Santo Domingo, la idea de la Federación Antillana fue borrada como corriente política por los Estados Unidos. Se cierne desde entonces un manto de dominio dictatorial en la región controlada por EEUU.
Sin embargo, grandes pensadores antillanos, como Juan Bosch y el trinitario Eric Williams, entre otros, abordaron el tema en dos obras aparecidas el mismo año de 1969, casi con el mismo nombre. De Cristóbal Colón a Fidel Castro: el Caribe frontera imperial, del ex presidente dominicano y político, Profesor Juan Bosch, y “From Cristopher Colombus to Fidel Castro: History of the Caribbean” del político, patriota y ex Primer Ministro de Trinidad & Tobago y gran intelectual trinitario Eric Williams. Ambas plantean la cuestión del peso imperial en el Caribe desde la llegada de los españoles hasta el dominio anglo-franco-norteamericano.
La consolidación de los Estados Unidos como potencia dominante y casi única desde la disolución de la Unión Soviética, permitió a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos organizar una estructura de centros de control de todo el mundo. Es lo que se ha venido en denominar los Comandos Regionales unificados de las FFAA de EEUU. El primero en formarse fue el Comando Europeo, con base en Stuttgart, Alemania, que abarca desde el extremo oriente ruso hasta Groenlandia. El siguiente fue el Comando Norte que cubre todos los EEUU, Canadá y México. Luego, en 1962 se constituyó el Comando Sur, con base en Miami, Florida. Igualmente existe el Comando Pacifico, con mando sobre todo extremo oriente, India, el Sudeste asiático y Oceanía. Los dos últimos en formarse fueron el Comando Central (USCENTCOM) que cubre toda Asia Central, el Medio Oriente, incluyendo Egipto a pesar de ser un país africano. El último en formarse es el Comando África (USAFRICACOM) además de los comandos no regionales, como el Comando Espacial, el Cibercomando, el Comando de Operaciones Especiales, el Comando Estratégico y el Comando de Transporte. Esa es la realidad de los instrumentos de dominio de Estados Unidos a nivel mundial.
Es el único imperio de la historia con presencia en todo el globo, con excepción de China, de India, de la Federación Rusa. Con más de 800 bases militares. Todos los procesos de cambio de la Cuenca del Caribe han tenido que enfrentarse a esta realidad, lo que no quiere decir que no pueden producirse: Cuba, Nicaragua, Venezuela son ejemplos positivos en la capacidad de producir cambios progresistas en la región. Otros han sido ahogados en sangre y fuego, como la revolución constitucionalista dominicana de 1965; la revolución granadina en 1989 y la revoluciones de Salvador, Guatemala y Colombia. Sin contar con esta realidad, es imposible entender y plantear cambios progresistas y nacional-populares, teniendo como norte la unidad vía la Federación Antillana.